Otros grandes espías de la historia
Edición Impresa | 15 de Octubre de 2022 | 01:03

Kim Philby
(1912-1988)
Nacido en la India británica, se lo considera el mejor espía de la historia. Philby fue un comunista que formó parte de la red de espionaje conocida como “Los cinco de Cambridge”. Trabajó como periodista para The Times cubriendo la Guerra Civil española; tras ser herido en la batalla del Ebro, fue condecorado por el propio Franco. Luego ingresó al servicio secreto de MI6, convirtiéndose en doble agente tanto para el Reino Unido como para la URSS, a quien reveló el arsenal nuclear estadounidense. En Washington, fue el enlace entre la embajada británica y la CIA, que ya sospechaba de su doble labor. La URSS lo condecoró con la prestigiosa “Orden de la Bandera Roja”. La película El topo con guión de John Le Carré y protagonizada por Gary Oldman, está basada en su historia.
Isser Harel
(1912-2003)
Nacido en 1912, Isser Harel llegó a territorio palestino en 1930 como inmigrante ruso para instalarse en un kibutz y fundar su propia compañía para comerciar naranjas. Era tan discreto que ni su mujer ni su hija sabían cómo se ganaba la vida. Jamás apareció en los medios de comunicación ni en ningún acto público. En 1948, el primer ministro israelí David Ben-Gurion lo puso al frente del Shin Bet, la agencia de contraespionaje. Participó en la creación del legendario servicio secreto israelí, el Mossad, que dirigió entre 1952 y 1963. Pero sobre todo, su nombre es recordado por la caza y captura en 1960 del criminal de guerra alemán Adolf Eichmann en un suburbio de Buenos Aires, al que posteriormente llevó a Jerusalén para ser juzgado por su implicación en el Holocausto judío.
Sidney Reilly
(1873-1925)
Nacido en Rusia en 1873, mujeriego y afecto a un estilo de vida extravagante, se lo considera la gran influencia de Ian Fleming para su personaje de James Bond. Apodado el “As de espías”, fue agente al servicio del Imperio Británico, de Japón y de la Rusia zarista. Participó en el intento de golpe de Estado y de asesinato a Lenin en 1918. Aunque el complot falló, Reilly logró escapar. El periodista Robert H. Bruce Lockhart publicó en 1932 “Memorias de un agente británico’, que se convirtió en un auténtico bestseller y dio fama mundial a Reilly. En 1925, volvió a Rusia para ayudar a derrocar al régimen soviético, pero esta vez no tuvo suerte, ya que fue capturado en el marco de una operación rusa para eliminar a antiguos disidentes, y luego ejecutado ese mismo año.
Juan “Garbo” Pujol
(1912-1988)
Nacido en Barcelona en 1914, está considerado como el doble agente perfecto. Tan bueno que logró ser condecorado por los dos bandos de la contienda, sin pegar un solo tiro. Participó en la Guerra Civil española y en la II Guerra Mundial. Gracias a su astucia, contribuyó al éxito del Desembarco de Normandía al despistar a los alemanes con informaciones falsas, en el marco de la “Operación Fortaleza”, haciéndoles creer que las acciones que permitirían la reconquista de Europa Occidental iban a tener lugar en Calais, a 250 km de donde sería en realidad. Conocido como Garbo en el ambiente del espionaje, recibió la Cruz de Hierro alemana y también la Orden del Imperio Británico por sus servicios, algo insólito en la historia. Murió en Caracas en 1988.
Krystyna Skarbek
(1908-1952)
Nacida en Polonia en 1908, y también conocida como Christine Granville, Skarbek fue a Hungría y a Polonia en 1940 como agente británica para ayudar a escapar a los combatientes de la resistencia polaca. Se dice de ella que era la “espía favorita del Winston Churchill”. Una de loas cosas que se le atribuyen a Skarbek es haber fomentado el aumento del reclutamiento de mujeres espías durante la guerra. La Gestapo la arrestó en 1941 y, para escapar, convenció a los alemanes de que sufría de tuberculosis mordiéndose la lengua y tosiendo la sangre de la herida. Durante los años siguientes, también emprendió distintas misiones en Francia. Condecorada tanto por Francia como por Gran Bretaña, murió apuñalada por un admirador despechado, en 1952.
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