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“Potraza”: la platense con millones de seguidores que se muestra tal cual es

Con tan solo 24 años, Sol Carlos es una de las estrellas latinoamericanas de las redes sociales gracias a sus videos con contenidos que hablan de amor propio desde el humor y la empatía

“Potraza”: la platense con millones de seguidores que se muestra tal cual es
27 de Febrero de 2022 | 08:59
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“Potraza”. Esa es la palabra que define a Sol Carlos, la platense de 24 años que es una de las mayores influencers en Latioamérica y que se ganó el cariño de más de 1 millón en Instagram por generar contenido donde destaca el cuerpo real, la libertad el respeto y el amor.

Desde Florida, Miami, donde vive desde hace años, la joven que también es actriz, cuenta cómo nació su vínculo con las redes sociales: “fue casualmente, ya que subía videos a TikTok como hobbie, pero con la llegada de la pandemia todos los sitios de actuación estaban cerrados, no podía audicionar y yo tenía muchas ideas para mostrar, por lo que empecé a subir 5 videos por día todos los días, no me tomaba descanso. Y así fue que empezó todo. Me lo tomaba muy en serio pero al principio no pensé en que fuera un trabajo. Recién pudo llegar lo monetario para que sea mitrabajo full-time después de un año de subir contenido todos los días, no fue algo rápido más allá de que tenía millones de seguidores. Ahora sí lo pude lograr”, explica.

Es que ahora esta platense tiene una comunidad de más de 4.5 millones de seguidores en TikTok y más de 230.000 en YouTube.

Al principio sus videos eran en clave de comedia ciento por ciento, y Sol atribuye el éxito de los mismos a su personalidad. “Desde chica fui una persona que amé entretener a otros, siempre hacía obras de teatro, era la que contaba chistes, era el payaso de la familia. Pero además también buscaba conectar con otros. Por ejemplo, a la hora de cenar era la que les preguntaba a mis abuelos `¿Cuál es tu sueño más grande?´, `¿Cómo fue tu infancia?´, y creo que crecí mucho en Internet por hacer ese tipo de preguntas que implican interés en el otro. Siempre fui muy genuina, real, auténtica, y tengo ese don de entretener a otros, que viene con mi pasión por la actuación. Son varias herramientas que me ayudaron a que me vaya bien”.

Sol ama lo que hace. le pone pasión a cada contenido que sube a sus redes, más allá de que sea su trabajo

El perfil de contenido que produce esta actriz no es el más habitual que circula entre los jóvenes. Canta, baila, se muestra con y sin maquillaje, sonriendo y llorando, no usa filtros, se ríe de ella misma, muestra sus “defectos” y plantea debates en torno al feminismo y los derechos de las personas. Pero Sol tuvo que atravesar un momento muy doloroso en las redes para empezar a hablar de temas serios.

“Mis videos eran de humor, hacía chistes y contaba mis experiencias culturales de Estados Unidos comparándolas con cosas de Argentina, por ejemplo. Pero un día subí un video bailando y de la nada el 99 por ciento de los comentarios eran sobre mi cuerpo: que estaba embarazada, que cómo me ponía un vestido que me marcaba todo... la verdad que me pegó mucho eso porque no tenía el autoestima muy alta. Entonces me dije `acá tenés dos opciones: o dejás que las críticas te ganen y se acaba tu sueño o aprendés a trabajar en vos y que no te afecten esos comentarios´, y elegí la segunda opción”, explica la actriz.

Para poder revertir la situación que la dañaba, hizo cursos y talleres de autoestima y “me sentí súper empoderada, `potraza´y fabulosa. En ese momento también me enteré que Argentina es el segundo país del mundo con más personas afectadas con trastornos alimenticios, por lo que me espanté ante la situación y la ignorancia de los comentarios que criticaban una barriguita que es normal, que muchas mujeres la tienen y que la única explicación lógica para ellos es que estás embarazada. Hay mucha ignorancia, como un lavado del cerebro. Mi contenido más humano empezó por querer cambiar eso. Muchos seguidores me proponían que hable de otros temas problemáticos, así que los investigué y cada vez me metí más y es algo que me apasiona tanto: la diversidad, la libertad y el respeto”.

“Yo tuve que ir a terapia por el odio y las críticas que me llegaban por parte de los haters”

 

“No sé cuánto tiempo más seguiré en las redes, si la gente se va a cansar de mí o las aplicaciones van a dejar de existir. Pero quiero que mi paso por acá sea para hacer un cambio positivo, porque es un privilegio la plataforma que tengo y quiero usarla para hacer un bien, ya hay mucha negatividad en el mundo y las redes necesitan más positivismo”, enfatiza Sol.

Su clave del éxito es mostrarse siempre auténtica, “cuando estoy mal y cuando estoy bien. Es muy importante ser real para que la gente entienda al final del día que somos humanos. Muchos piensan que no tenemos sentimientos porque nos insultan en las redes y creen que lo tenemos que tolerar porque nos exponemos. Y nadie merece esa violencia”, destaca.

Para ella, “hay que enseñar que esos comentarios hacen mal. Yo tuve que ir a terapia un tiempo por el odio y las críticas que me llegaban. Yo quiero que todas las personas tengan respeto y muchos no lo entienden. No les gusta que uno esparza empatía y amor, recibo mucho acosos y violencia a causa de eso, a veces es difícil poder sostenerse en ese lugar con las agresiones. Algo que también quiero normalizar, porque en algunos países está mal visto, que es ir a terapia es muy bueno porque ayuda muchísimo”.

Claro que no toda la exposición es negativa y las respuestas buenas que Sol tiene de sus seguidores son las que la hacen seguir generando contenido. “Hay personas que se me acercan llorando y temblando para contarme que por mis comentarios están usando por primera vez en años una bikini, o que gracias a mis videos están comiendo de forma sana y quieren su cuerpo. Eso es muy hermoso. Los haters hacen mucho ruido, pero el amor y la comunidad de mi página se ha vuelto tan hermosa que uno trata de concentrares en eso porque somos como una familia”.

Aún con los millones de seguidores que tiene no se considera conocida porque la mayoría de sus seguidores no vive en el mismo lugar que ella. “Algunos beneficios que tengo son conocer a personas de muchos países, voy a algunos eventos donde hay famosos, aprendo de otras culturas y me gusta poder invitar a otras personas a que vengan a mi página a mostrarse. Peor mi vida no cambió tanto, al final del día estoy como todos, de entre casa viendo Netflix, vivo una vida dentro de todo bastante normal”, dice.

Sol junto a Sebastián Yatra, a quien conoció en uno de los eventos al cual la invitaron por su rol en las redes sociales

Detrás de cámara

No hace tanto que esta joven logró ganar dinero como para mantenerse mediante su trabajo en las redes sociales. Y eso lo consiguió poniendo el cuerpo y la mente con un promedio de 10 horas de trabajo al día. “Ahora, definitivamente esto es un trabajo. Yo antes no entendía cómo los instagramers se quejaban de todo lo que tenían que hacer y después lo viví. Y la verdad que es una tarea de la que no se sabe realmente el ejercicio mental y físico que lleva, quedás exhausto”, dice.

“Subo entre 3 y 4 videos todos los días, tal vez me tomo un día por semana libre. Pero no más que eso. Por más de dos años no me he tomado un día libre, por más que esté enferma. Y no solo subo en una red social: estoy en Instagram, en TickTok, en YouTube, interactúo con mis seguidores, respondo mensajes privados, contesto e-mail, porque muchos no entienden que sos el talento, la edición, somos nuestros propios managers, nos contactamos con marcas... es un trabajo que honestamente uno se levanta temprano y son las 12 de la noche y sigue haciendo cosas. Tenés que tener mucha pasión porque sino no podés sostenerlo ya que es muy demandante. Por suerte ya pude ganar un poco más de dinero y tener estabilidad”, expresa Sol que sabe que Internet es muy volátil.

“Esto de las redes es impredecible. Un día están interesados en vos y al otro se aburren porque sale algo nuevo. Pero yo voy a seguir porque me apasiona. También soy actriz y estoy en pausa con eso porque esto me requiere muchas horas y no tenía tiempo para audicionar, pero sí creo que también seguiré con eso. La verdad, ni idea qué pasará con las redes sociales, creo que es cuestión de adaptarse, aunque da miedo porque es todo un tema juntar tantos seguidores y no saber si después te van a acompañar en otras plataformas. Trato de no pensar mucho eso porque es estresante”, analiza y profundiza un poco más.

“A veces lo malo de las redes es que se promueve el burnout -estrés laboral- porque si no compartís contenido por algunos días, después no te dejan compartirlos, es como que te castigan y te obligan a estar todo el tiempo en interacción. A mi me pasó que me tomé cinco días de vacaciones después de dos años y el algoritmo no me reconocía. Como que siempre tenés que crear cosas nuevas y estar pensando en lo que falta”, reflexiona.

“No sé cuánto más seguiré en las redes. Pero quiero que mi paso sea para hacer un cambio positivo”

 

Para finalizar, Sol cuenta cuáles son sus deseos vinculados a las redes sociales: “espero que empiecen a mostrarse la realidad, sin filtros, no sólo los buenos momentos sino también las cosas normales de la vida. Me gustaría que la gente me siga en YouTube donde subo contenido sobre trastornos alimenticios y TOC, que es lo que me diagnosticaron y muy poco se habla en los medios, muchos lo usan en chiste y es otra cosa, porque muchos tomamos medicación para tratarlo”.

“En el futuro me gustaría, no se cómo se podría lograr, que en las escuelas enseñen sobre el autoestima y la salud mental. Porque a la gente le falta amor y para canalizar esa falencia agrede a otros. Si se enseñara cómo tener autoestima, sobre todo en los adolescentes, habría menos agresiones. No hay clases de trastornos alimenticios, ansiedad, el TOC, o amor propio en los colegios. Por eso muchos llegan a límites que ponen en juego su salud, porque falta información y acompañamiento. Yo descubrí mi trastorno gracias a una clase escolar a los 18 años y pude empezar a tratarlo, pero lo venía padeciendo desde siempre”.

 

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