Alto, cada vez más alto: escalar como terapia

Escalar requiere audacia, fuerza, coordinación y valor. Hay expertos que afirman que es un deporte que puede ser parte de una terapia, con resultados sorprendentemente buenos. Pacientes con trastornos de ansiedad o depresiones pueden mejorar su bienestar con la escalada terapéutica, afirman los especialistas.

En nuestra ciudad hay espacios con muros para escalar a los que concurren personas de todas las edades. Algunos van a aprender a trepar para luego alcanzar la cima de una montaña o algún otro objetivo de ese tipo. Otros lo hacen con una finalidad recreativa, que les produce satisfacción física y espiritual.

“Vengo y me relajo; pienso sólo en mí mismo y en mi objetivo del día: superarme, ver cuánto más alto puedo llegar”, afirma Ezequiel Macías (38), quien tiene como rutina escalar tres veces por semana, cuando finaliza su jornada laboral como contador. Su fin es netamente deportivo, recreativo… y terapéutico. “Es una actividad que me relaja un montón; me pone la mente en blanco; me hace muy bien”, detalla.

Para escalar hay que tener calzado especial

MUROS LOCALES

En Ringuelet hay un Rocódromo que abrió sus puertas en 1999. Desde ese entonces, chicos y grandes asisten a trepar con distintos fines. Juan Martín Miranda, profesor de Educación Física e instructor de escalada del lugar, cuenta que “acá concurren desde nenes de 5 años, a los que sus padres traen porque empiezan a trepar por todos lados y quieren que canalicen ese interés, hasta un matrimonio de casi 70 años, que viene tres veces por semana religiosamente porque dice que le hace bien. Esa pareja es la más fanática del lugar”.

“Contribuye a desarrollar la fuerza y la resistencia muscular, así como a la coordinación”

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Matrimonios, y algo más...

“La escalada deportiva, en muro, tiene muchos aspectos. Además del bienestar físico, aporta un gran autoconocimiento, enseña a superarse día a día, a esforzarse y a conocer los límites propios”, subraya Miranda.

“En el Rocódromo hay prácticas recreativas, que muchas veces tienen una transferencia para personas que quieren ir a escalar una montaña, por ejemplo, o para niños y adultos que quieren aprender la actividad. También desarrollamos la otra faceta, que es la competitiva, ya que este es un deporte olímpico y tiene instancias de competición en todos lados. Acá hay nenes que empezaron desde chiquitos y hoy son campeones argentinos”, se enorgullece el instructor.

Escalar es una actividad que implica mucha concentración, más allá de la fuerza

“Trepar es una actividad motriz básica; los nenes, desde chiquitos, empiezan a trepar por todas partes. Es algo que está dentro de nuestro desarrollo, por eso hay padres que traen a los hijos a explorar esa área y también jóvenes y adultos a los que les resulta una actividad de mucho bienestar”, cuenta Miranda, quien empezó a escalar a los 15 años, y entre otras cimas ha conquistado la del Aconcagua.

Por su parte, Marco Filippelli es el responsable de un nuevo gimnasio céntrico que abrió hace solo un par de semanas y cuenta con muro para escalar. “Tiene un espacio para escalar porque nos interesa mucho dictar la actividad, ya que es muy completa para el entrenamiento físico y mental. E ideal, también, para llamar la atención de la gente a acercarse a practicar un deporte”, comenta.

“Acá viene un matrimonio de casi 70 años, tres veces por semana”

“La escalada refuerza las extremidades del cuerpo y aumenta la agilidad. También trae un gran bienestar mental, ya que ayuda a perder los miedos a las alturas y genera confianza”, asegura Marco, a la vez que explica que “se puede escalar a cualquier edad; practican tanto niños como adolescentes y adultos”.

En cuanto a lo deportivo, recomiendan practicar “como mínimo, 3 veces por semana, pero es una actividad que puede hacerse todos los días si uno quiere, sin exigirse al máximo”.

DISTINTOS TIPOS

Escalar puede ser muy útil, entre otras cosas, como terapia tras un ACV, en el caso de una hernia discal o incluso en el tratamiento de la esclerosis múltiple. Sin embargo, cabe mencionar que existen diversas formas de hacerlo.

“Por un lado, existe el llamado búlder”, dice Mario Meuser, fisioterapeuta en las clínicas Mediclin en Bad Wildungen, Alemania. “Búlder” viene del inglés “boulder” y significa roca. Quien practica búlder, escala bloques de roca o pequeñas paredes artificiales, sin cuerdas ni arnés, pero siempre a una altura de la que puede saltar sin riesgo de lesión. En el suelo, hay colchonetas que amortiguan el choque de la caída.

“Escalar también puede contribuir a recuperar la confianza perdida en el prójimo”

Por el otro lado, existen los escaladores de “top rope”, como precisa Meuser. “Top” en inglés es arriba y “rope” es soga. Es decir, al escalar uno está asegurado con una soga por una segunda persona que está en el suelo. No hay discusión respecto de que el deporte tiene un efecto positivo sobre muchas enfermedades. Pero en el caso de la escalada terapéutica, muchas veces se trata de algo más que de movimiento físico.

MAYOR AUTOESTIMA

“Lógicamente, en una escalada de la modalidad top rope uno puede tener miedo”, dice el psicoterapeuta Thomas Lukowski. En esos momentos, hay que tomar conciencia de que hay alguien que lo asegura a uno y que en cualquier momento puede hacerlo bajar. Pero si el escalador sigue hacia arriba y concluye con éxito una ruta peligrosa, eso puede aumentar considerablemente su autoestima.

“Es una actividad que puede hacerse todos los días si uno quiere, sin exigirse al máximo”

Marco Filippelli,
Responsable de Hit

“En el rocódromo hay que estar muy concentrado, para poder manejar la situación y no resbalarse”, dice Kerstin Rohde-Vogt, colega de Lukowski y responsable de dirigir esta terapia en las clínicas germanas Mediclin. Es decir que escalar también genera una distracción mental y hace que personas depresivas tengan pensamientos completamente diferentes. De esta manera pueden superar el hecho de estar dando vueltas siempre en torno a los mismos problemas y, además, disfrutar de una experiencia exitosa después de realizar una ruta.

Varias opciones para cada paso. Escalar es recomendable como terapia y actividad física

CONFIANZA PERDIDA

“Escalar también puede contribuir a recuperar la confianza perdida en el prójimo”, agrega Lukowski. Eso es relevante para pacientes que fueron víctimas de violencia o abusos. Después de todo, en la modalidad top rope, hay que confiar plenamente en la persona que está abajo asegurando. La escalada terapéutica no solo puede ayudar en depresiones o trastornos de ansiedad, sino también en todos los demás trastornos psíquicos, como por ejemplo los ataques de pánico.

No obstante, debe quedar claro que no es una terapia en sí misma, aislada. Escalar más bien puede ser parte de una psicoterapia, a petición del paciente. Pero no es una obligación.

ERGOTERAPIA Y FISIOTERAPIA

No solo en el marco de la psicoterapia se utiliza frecuentemente la escalada, sino también en la ergoterapia o en la fisioterapia. Por ejemplo, niños con trastornos posturales pueden trabajar en ellos en el rocódromo, para que estos mejoren.

“Contribuye a desarrollar la fuerza y la resistencia muscular, así como a entrenar la coordinación y la motricidad fina de manos y pies”, dice la experta Rohde-Vogt sobre los efectos de la escalada.

La modalidad top rope practicada con indicaciones terapéuticas, por ejemplo, mejora la movilidad de partes del cuerpo tras una hernia discal o la movilidad de hombros y rodillas tras lesiones. Durante la escalada, a través del movimiento diagonal, se genera en la columna una tracción que, por ejemplo, quita presión a los discos intervertebrales y al mismo tiempo moviliza todo el sistema músculo-esquelético.

Es importante que los principiantes tengan asistencia profesional

También en el caso de derrames cerebrales (ACV) o en pacientes con esclerosis múltiple, la escalada terapéutica puede apuntalar la capacidad de coordinación y generar una mejor percepción del cuerpo.

Sin embargo, no hay todavía suficientes estudios científicos sobre el tema. “En general, los estudios aún son insuficientes y mejorables”, dice el psicoterapeuta Lukowski. Sin embargo, subraya que “siempre vale la pena el intento”. Y que es posible incluir la escalada terapéutica en el marco de un tratamiento ambulatorio o con el paciente hospitalizado, por ejemplo, a modo de rehabilitación.

De todos modos, quien simplemente quiera probar el búlder o el top rope lo puede hacer en los muros de escalada de la ciudad. El fisioterapeuta Meuser aconseja prestar atención a una cosa: que siempre esté presente durante la prueba un profesional con experiencia. Lo demás: superarse día a día. Y llegar alto. Cada vez más alto.