“Red”: ¿Por qué las películas de Pixar no van más al cine?

La cinefilia ya ha debatido largamente sobre el cambio de hábitos de consumo que la pandemia aceleró: la mayor parte del consumo audiovisual se realiza en casa, y las salidas al cine se reservan para las películas “evento”, los grandes tanques de Hollywood cuya espectacularidad precisa de una gran pantalla y un sonido envolvente para ser apreciada. El cine mediano y pequeño ha quedado así relegado a la pantalla chica, y su audiencia se ha reducido, con un público cada vez más acostumbrado a ciertas propuestas, ciertas texturas y ciertas gramáticas.

Se suponía, sin embargo, que esta tendencia no incluía a Pixar, el estudio de animación que tras revolucionar la industria a mediados de los años 90, estrenará el viernes “Red” en la pantalla chica sin pasar por cines, en lo que será la tercera película al hilo para el estudio debutando en la plataforma Disney+ sin estrenarse en salas.

Llamativo, teniendo en cuenta que Pixar que trabaja en un medio como el animado que, aunque bajó su rendimiento en pandemia (creció el consumo en casa de las películas familiares, mientras que el cine de superhéroes, destinado a un público joven pero más adulto, sostuvo su rendimiento en la taquilla) sigue siendo uno de los más convocantes del mercado.

Eso, sin contar que Pixar ha sido garantía de éxito en la pantalla grande: de hecho, su última película estrenada en pantalla grande, “Los Increíbles 2”, es la película animada más vista de todos los tiempos en Estados Unidos (a nivel mundial, ese honor le pertenece a “Frozen 2”). Cinco de los diez títulos animados más vistos, de hecho, pertenecen a la casa de la lamparita.

Más llamativo aún es que se trata de la película número 25 para el estudio, un número redondo que el staff de Pixar esperaba celebrar en la pantalla grande y que además intentaba sumar votos en la taquilla con los tickets de la audiencia asiática y asiática-americana: “Red” presenta una historia sobre la diversidad, el crecimiento y lo que supone tener 13 años, inspirada en la relación de la directora, Domee Shi, con su madre, y también en las fábulas orientales. En el estilo de animación de “Red”, y hasta cierto punto, en el trasfondo de toda la película, “Oriente se encuentra con Occidente”, según sus creadores, mezclando iconos de la cultura pop occidental de la década de 2000, como las bandas de chicos y los accesorios brillantes, con influencias orientales de las películas de anime y los programas de televisión. “Un término que usé mucho fue ‘sueño de fiebre preadolescente asiática”, señala la directora.

“Me encanta lo expresivo que es el anime y cómo los personajes pueden cambiar de expresión en un santiamén. Puede pasar de muy, muy enojado a muy, muy triste... creo que utilizan la animación de forma genial y audaz. Me inspiré mucho al hacer esta película”, explica Shi.

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La cinta, que además es la primera del estudio que tiene un equipo de liderazgo exclusivamente femenino, presenta a Mei Lee, una chica de 13 años algo rara pero segura de sí misma, dividida entre ser la hija obediente que su madre quiere que sea y el caos propio de la adolescencia. Para su desgracia, su madre, Ming, sobreprotectora y un poco autoritaria, no se separa de ella. Y por si los cambios que están sufriendo su cuerpo, sus intereses y sus relaciones no fueran suficiente, cada vez que se emociona demasiado -lo que ocurre frecuentemente-, se convierte en un panda rojo gigante.

La directora confiesa que la cinta está basada en su propia relación con su madre: “Nací en Chongqing (China) y emigré a Toronto (Canadá) cuando tenía dos años. Y como Mei Lee en la película, soy hija única. Siempre fui muy cercana a mis padres, especialmente a mi mamá, ya que mi papá tenía que ausentarse a menudo por trabajo. Ella y yo éramos como dos guisantes en una vaina, hacíamos todo juntas”, cuenta.

“Sin embargo, cuando llegó la adolescencia y comencé a involucrarme en el anime, los cómics, y salía cada vez más con mis amigos y menos con mi madre. Ella no entendía por qué estaba obsesionada con esos personajes ficticios y por qué me gustaba estar más tiempo sola, y yo simplemente estaba creciendo”, agrega entre risas.

Según la directora ciertos elementos de la película, hasta el cuaderno secreto de Mei lleno de dibujos de sirenas, eran homenajes a su propia experiencia al crecer. Shi explica además que el que la protagonista se convierta en un panda rojo gigante “es una metáfora de la pubertad”, una etapa en la que los adolescentes tienen los sentimientos a flor de piel y en la que sienten mucha vergüenza en ciertas situaciones. “’Red’ está inspirado en esta lucha universal de crecer y descubrir cómo manejar ese tira y afloja, cómo honrar a tus padres, pero también ser fiel a ti mismo”, dice.

“Quisimos usar el panda rojo como una metáfora del desagradable fenómeno de la pubertad, por todos los cambios aterradores, incómodos y vergonzosos que atravesamos durante esta etapa. De cómo de la noche a la mañana estás cubierto de pelo, hueles más fuerte, tienes hambre todo el tiempo y tus emociones están por todas partes”, agrega.

DESCONTENTO

Pero a pesar del prestigio de Pixar y de la potencialidad de la película en la taquilla, teniendo en cuenta el crecimiento del influjo animado oriental en las juventudes, “Red” irá a parar directamente a la pantalla chica. Por tercera vez consecutiva, para Pixar: la ganadora de dos Oscar “Soul” y “Luca” se estrenaron directamente en la plataforma de Disney, mientras que los dos estrenos animados de Walt Disney Animation Studios fueron a cine. Incluso, “Raya y el último dragón” tuvo un estreno en plataforma para el cual había que pagar sobre la suscripción. “Red”, en cambio, aterrizará el viernes como sus predecesoras en el servicio básico de Disney+.

Todo esto no sentó muy bien a los creadores, que pensaban que esta cinta iba a suponer el regreso del estudio a la gran pantalla: “No queremos ser un título más en “Disney+. Nuestras películas son para la pantalla grande, queremos que las vean sin distracciones, sin mirar al teléfono”, contó un miembro anónimo del equipo de Pixar a Business Insider.

Disney, claro, quiere impulsar su plataforma, y respondió a las críticas afirmando que la cantidad de público para el cine familiar todavía no se había restablecido en las salas en este pospandemia. Sin embargo, esto no explica la diferencia entre las cintas animadas del estudio del Ratón y las de Pixar, parte de la misma casa matriz. Entonces, comienzan las teorías conspirativas: Disney es dueña hoy, tras la adquisición de Fox y otras propiedades, de un número alto de estudios, algunos de los cuales, incluso, se dedican a lo mismo. La falta de promoción que se dio a algunos estrenos de los diversos estudios de Fox había impulsado a muchos a pensar que en realidad Disney quiere comenzar a plegar divisiones y volver más magra su estructura. Pero ¿plegar Pixar, un estudio que es una marca propia, a su unidad animada, y para ello boicotear sus estrenos? Parece un plan descabellado.

Por lo pronto, en Pixar están enojados, como muchos artistas que durante los años pandémicos vieron como los estudios enviaban sus películas derecho a la televisión para aumentar el interés en sus nacientes plataformas. La seguidilla en pantalla chica, en tanto, tendrá su fin para Pixar en junio: aterrizará entonces “Buzz Lightyear”, película derivada del universo “Toy Story”, una de las gallinas de los huevos de oro para la Casa del Ratón, y nadie se imagina que no se estrene en la pantalla grande.