Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar

VIDEO. "La Casa de las Muñecas": una historia de amor, magia y dolor

5 de Julio de 2022 | 18:01

Stella Maris Cuartucci tiene 67 años y toda una vida rodeada de muñecos. Nacida y criada a la orilla del río en Punta Lara, dedicó su tiempo a cuidar a los muñecos que su madre, Blanca Arandía, empezó a recoger cuando recién llegaron a la Ciudad con sus cuatro hermanos mayores. 

Blanca partió a los 96 años. La tradición de reunir muñecos lleva sesenta años e inició de una manera muy particular: en Punta Lara solo había tres casas y era todo monte. Para que su familia, que venía desde Buenos Aires, pudiera ubicarla, pensó que debería identificarla con algo especial. Así fueron pasando los años y hoy, la propiedad tiene una cantidad incontable de ejemplares de todo tipo.

Ubicada en el camino costero Almirante Brown entre 6 y el arroyo El Zanjón, recibe a grandes y chicos todos los días de 15 a 20 hs. Muchos se acercan a pedir por un familiar, a recibir energía positiva o simplemente a agradecer. Otros tantos deciden depositar allí sus muñecos o los juguetes de un ser querido que no la está pasando bien a nivel salud o que partió hace tiempo. 

Stella los cuida como si fueran “sus chicos”, les habla, les dedica tiempo y pasa horas confeccionando ropa para vestirlos. Ya sean peluches, muñecos, muñecas, duendes, brujitas o bebotes, todos tienen su historia, su nombre y una energía personal que ella resguarda y potencia.

Magia y muñecos van de la mano

“Acá tengo a mis guardaespaldas”, dice Stella Maris mientras muestra los distintos objetos relacionados a las distintas religiones y creencias. Se lleva bien con todos y recibe “todo lo bueno”. 

La Señora de los Muñecos, como se la conoce en su barrio, tiene un don que no mezquina: “Mi misión es ayudar”. De noche se acuesta y siente que le acarician la cara, luego descansa y no siente nada malo, pese a absorber los problemas y las tristezas ajenas. 

“Me di cuenta hace mucho”, reveló sobre este don que no fue heredado por su madre, sino que ella misma alimentó y ayudó a crecer para ayudar a quienes no la están pasando bien. “A mi me gusta la soledad, caminar por la playa, andar en bicicleta pero a veces siento que me necesitan en algún lado y ahí voy”, destacó. 

Para dar cuenta de la dimensión de su obra, Stella contó una anécdota con su nieto hace tiempo: “Una vez arreglé un muñeco que estaba todo roto y mi nieto vino a decirme ‘¿Viste abuela? Está contento, se ríe’”. Cada ejemplar, que trae consigo una historia y una carga de tristeza, lo siente como un amigo: “Ellos son mi familia”. 

Le ha pasado incontables veces de recibir a niños pequeños con enfermedades terminales que, por alguna razón, sienten que antes de partir deben visitar a “la abuela Stella”. Tras la partida, el dolor que siente es “el más grande que se puede sentir” y reza por ellos. Los padres de los pequeños vuelven a agradecerle por la tranquilidad que le transmitió en ese difícil momento. 

“Es como un museo de energías positivas”, destacó en medio del recorrido por el Vivero “Blanca Rosa” que tiene como decoración la historia de grandes y chicos que depositaron su fé en la dueña de la propiedad. 

Stella no cobra por ayudar. Ni siquiera se queda con las donaciones que recibe: “todo lo que junto lo dono o lo reparto”. Su alma limpia refleja una imagen transparente y quienes la conocen o recurrieron a ella en los momentos más oscuros no tienen palabras para describir el cariño que sienten por ella. 

“La abuela Stella te va a curar”, es la frase que más repite ante la desesperación. Siente que solo es un instrumento de Dios para hacer el bien. Sus muñecos, su verdadero mundo, están constantemente estrenando ropa que ella misma confecciona, recolecta o repara: “Para mi son niños reales, como mis hijos, mis nietos y todos los chicos que vinieron a traerlos”. 

Pobreza, dolor y una vida feliz

A pesar de los obstáculos que la vida le impuso, Cuartucci tiene en claro que su vida es una “vida feliz”. Su madre Blanca llegó a La Plata con veinte años, su marido y sus cuatro hijos mayores. Hoy son 14 hermanos y quien inició la tradición partió a los 96 años pero “siento que está acá”. 

Como familia, los 14 hermanos y sus padres lucharon, se quedaron “en el barro, con la casa abajo del río” cuando éste subía pero “éramos felices. Con hambre, sin agua pero felices”. Por ello es que su premisa de vida es: “La plata va y viene. Lo importante es el amor de la familia y es la mayor razón de la envidia”. 

De sus primeros años recuerda un lugar “feo, lleno de agua, descampado y todo vacío”. Con el tiempo, Blanca Arandía comenzó a darle color y así se formó el Jardín de los Muñecos. Si hay algo que se mantiene intacto a la fecha es el recaudo: “cuando llueve o se viene una tormenta, los llevo adentro”. 

Comenzó a trabajar en un frigorífico a los 17 años y estuvo allí hasta que fue portera, oficio que mantuvo durante 40 años. De aquella época solo tiene recuerdos felices. Todavía hoy, los alumnos la visitan y le transmiten ese amor que les ofreció. Fue esta comunidad la que con esfuerzo reunió el dinero suficiente a sus espaldas para reponer la bicicleta que le había robado.

Partir a la inmortalidad

Stella tiene cuatro hijos y siete nietos pero ninguno de ellos tiene intenciones -al menos por ahora- de continuar con su tradición. La charla sobre qué pasará con los muñecos cuando ella no esté es recurrente pero la respuesta siempre es la misma: “Yo voy a decidir”.

“Se va la dueña de los muñecos y se va todo, ya no va a haber quién los cuide y les dé energía”, mencionó emocionada. Segura de que existe vida después de la muerte, desea y espera que “Dios diga ‘Hasta acá llegaste’” y la deje partir en su hogar, rodeada de “mis chicos” y con una carta en donde da instrucciones sobre qué hacer con ellos. Siempre con la tranquilidad y el alma pura a flor de piel.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE a esta promo especial
Multimedia
+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Full Promocional mensual

$650/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $6100

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme

Básico Promocional mensual

$500/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3950

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme
Ver todos los planes Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional mensual
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$500.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $3950.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla