VIDEO. Llegó a la gloria deseada jugando lejos de su mejor versión, pero con mucho corazón
Edición Impresa | 14 de Diciembre de 2023 | 05:47

Por MARTIN MENDINUETA
Campeón que sufrió primero y gozó, muchísimo, después. Campeón por primera vez de una Copa que no le había deparado muchas satisfacciones. Campeón poniendo el firme carácter que tanto disfrutan sus hinchas y que, además, le demandaba su rica historia. Campeón de brillos mesurados y plena identificación con la idiosincrasia de una institución que jamás le es infiel a sus señas tan particulares. Campeón repleto de madurez y valoración por lo que significa haber vuelto a festejar un título después de aquella época bañada en oro. Campeón otro 13 de diciembre, como en el 2006; un número que muchos intentan eludir y que el Pincha va a remarcar con fibra roja en dos almanaques de su frondoso palmarés.
dudas, espacios y marcas que no se tomaron complicaron al León
Extremadamente dócil e incapaz de imponer condiciones en el juego, Estudiantes no la pasó bien en el primer tiempo. Tuvo más posesión de pelota, pero de nada le sirvió para jugar mejor que su oponente.
Nicolás “Uvita” Fernández, con movilidad, picardía y buen trato de pelota se destacó usufructuando el peligroso espacio que nunca cubrió bien el equipo de Domínguez entre sus zagueros y la espalda del dubitativo “Corcho” Rodríguez.
Los albirrojos sólo inquietaron a Bologna en una aparición fugaz de Zapiola y con un remate franco de Mancuso; el resto fue del Halcón de Florencio Varela, con claridad en el manejo de la pelota en las inmediaciones del área pincha y con las proyecciones por derecha de Sant ‘Ana.
El primer tiempo no entregó una imagen convincente de los albirrojos. Defensa lo complicó bastante
Estudiantes se fue preocupado al descanso y su entrenador, elaborando el momento indicado para realizar la primera variante.
domínguez sabía que debía mover el banco para buscar la mejoría
Primero ingresó Piatti, después el Rusito y Boselli, más tarde Federico Fernández (en ese momento puso todo el énfasis en el Plan Aguante del resultado) y, finalmente, el Vasquito Benedetti como para que el reloj pasara un poco más rápido.
Y sí, Estudiantes mejoró algo en el segundo tiempo y la verdad es que le hizo bárbaro el gol que, con oficio de jerarquizado artillero, facturó Guido Carrillo, jugador de esencial importancia en el funcionamiento de este equipo.
Las constantes proyecciones de Leonardo Godoy (otro que se subió al podio de una noche que nadie olvidará) fueron demoledoras para el buen equipo orientado por Julio Vaccari. El lateral derecho albirrojo coronó su gran temporada sirviendo el centro atrás que terminó provocando el primer gran alarido de la noche, porque el segundo, sin dudas, fue el pitazo final de un árbitro en franco ascenso como Nicolás Ramírez.
Estudiantes terminó levantando el trofeo que tanto deseaba con el contrapeso de una floja labor de Benjamín Rollheiser, quien ha sido un baluarte indiscutido en las mejores producciones.
El boletín del campeón valoró la garra, el fervor y las ganas de todos los que fueron utilizados por el cuerpo técnico.
EL PRÓCER DEL ARCO NO DEBIERA IRSE PORQUE IRRADIA LIDERAZGO
Párrafo especial y plagado de méritos para ese referente gigante que fue y sigue siendo Mariano Andújar. Uno de los mejores arqueros de la historia del club jugó con la seriedad y el alto nivel de seguridad que merecía su tremenda carrera como futbolista profesional. Andújar NO está para retirarse y tampoco para irse de la institución que lo marcó para toda la vida. Luciendo la remera negra con la imagen de Alejandro Sabella, llorisqueando como lo hacen los hombres que se permiten ser gobernados por la emoción, y escuchando que miles de gargantas rotas lo ovacionaban con mucho acento en la U y sin pronunciar la última parte de su apellido, ese tipo recio se merece seguir disfrutando lo que supo construir con los guantes puestos.
Guido Carrillo, aun con dolores que lo limitan, facturó el gol que ingresó en las vitrinas del club
Sólo el implacable paso del tiempo ubicará este éxito en el estante indicado. El cierre de un ciclo brillante puede mutar en el inicio de una etapa donde, quizás, el director técnico Eduardo Domínguez pueda continuar su obra, la que ya empezó a ser reconocida por la mayoría de los hinchas.
El Barba, mesurado y serio como tanto le gusta a la gente que se identifica con la camiseta a bastones verticales rojos y blancos, tiene campo libre para avanzar en la conducción y en la nueva construcción de un plantel al que le esperan vivir episodios relevantes.
Anoche, entre tantos cánticos con cariño personalizado, desde la tribuna le hicieron sentir que quieren que siga con su obra. Observado con deseo por varios poderosos, todo parece indicar que renovará el vínculo con el Pincha.
Estudiantes se fue de vacaciones con un campeonato más en la mochila de los sueños cumplidos y la felicidad de la gente que está siempre a su lado.
Terminó el año como quería, con la gloria de compañera y el orgullo inflándole el pecho una vez más.
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