Pasó de discutido a respaldo de otros pibes

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El año pasado, muchos hinchas triperos reclamaban la vuelta de Marcelo Weigandt (de gran paso por el Lobo y presente opaco) y los errores de Guillermo Enrique (que los tiene) eran resaltados, porque el hincha de la tribuna también tiene sus preferidos y una misma equivocación tiene reproches o mantos piadosos según la injusta vara del gusto personal.

Este año es tiempo de vacas flacas para Gimnasia y en el marco de las necesidades que el equipo tiene en todas las líneas, del lateral derecho casi no se habla. Quizá, sea un beneficio a futuro que el mercado de mitad de año no haya permitido la llegada de Leonel Di Plácido o que hoy no se plantee la llegada de un marcador de punta, puesto que debe fabricarse siempre en Estancia Chica.

Físicamente potente, deberá medir sus fuerzas y ser inteligente para no cometer penales como ante Defensa o esas infracciones que en un partido como frente a Banfield pueden tirar a la basura más de 100 minutos de esfuerzo, pero Guillermo Enrique demostró que puede jugar. Y ya no es tema.

 

Gimnasia

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