De la fe y la alegría del clásico a un final anunciado

Domingo 19 de marzo. Gimnasia le ganó 2 a 1 a Estudiantes, le dio vuelta el resultado y terminó con una sequía de 13 años sin victorias. A pesar de que apenas era la segunda victoria desde que Sebastián Romero era el DT mens sana, parecía que el futuro asomaba como más alentador que a principio de año: un par de juveniles mostraban un nivel importante (Ignacio Miramón, Alan Lescano) y desde el respaldo de los hinchas parecía que podría ser una campaña que lo alejara del fantasma del descenso.

Más allá de los puntos flacos (la eliminación de la Copa Argentina ante Excursionistas, un rival de Primera C fue uno de los más bajos), la campaña tuvo una medianía sin riesgos, incluso jugando una Copa Sudamericana casi desperdiciada por las condiciones en que Gimnasia la afrontó, en un grupo en el que con poquito más se podía avanzar ante rivales sin gran poderío.

Sin embargo, en el tramo final desaparecieron los buenos resultados, cuando inclusom parecía que al enfrentar a rivales directos podía terminar bien el torneo, llegar a la orilla del mercado de pases y reforzar al equipo con los tres o cuatro jugadores que podía necesitar. Nada de eso pasó. Absolutamente nada.

Chirola terminó la Liga con un empate sobre la hora frente a Platense. Ese resultado, el octavo partido sin triunfos, lo condicionó para el inicio de la Copa de la Liga. Una película ampliamente vista cuando dirigieron Maturana o el Topo Sanguinetti, mirados con lupa al inicio del nuevo torneo por el arrastre. Aquí, con el agravante del descenso en un puñado de partidos.

La paciencia se terminó en un mercado de pases muy hablado y poco ejecutado, con reclamos cruzados entre la dirigencia y el cuerpo técnico (“No me traen lo que pido”, “Planteamos jugadores y el cuerpo técnico les baja el pulgar”), tardío y sin reinversión luego de las ventas de Ignacio Miramón, Alan Lescano, Tomás Muro y la rescisión con cargo de Matías Melluso. De los seis jugadores que llegaron, solamente dos implicaron una erogación, los uruguayos Matías Abaldo y Rodrigo Saravia). Pablo De BLasis y Lucas Castro fueron una decisión dirigencial; Cabral y Luciano Gómez un manotazo en la coyuntura compleja. Así, todos se gastaron el crédito acumulado y el Lobo se metió en un lío bárbaro.

Hoy desde las 10.00 el plantel volverá a las prácticas con Gabriel Perrone al frente. Será solo un interinato, porque para el partido frente a Vélez en el Bosque (en principio pautado para el miércoles 13) Gimnasia ya tendrá nuevo entrenador.

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