Por sentirse cómodo en el 1 a 1, perdió y el ciclo suma críticas

Repleto de contradicciones, siendo incapaz de definir su identidad colectiva, Gimnasia ratificó en Tucumán que su actualidad está muy lejos de conquistar la aceptación mayoritaria de sus hinchas.

Lejos de hacerlo crecer en confianza y autoestima, el hecho de haberse puesto en ventaja con el gol de cabeza de Eric Ramírez, frenó al Lobo. El equipo mostró una postura conformista que se acentuó de manera evidente en la forma en que salió a disputar el segundo tiempo.

Ante un rival pobre, de mala campaña, Gimnasia no supo aprovechar la ventaja parcial para dejar expuesto al equipo de Facundo Sava ante las hirientes protestas de los hinchas locales.

Ganó el Decano, en parte, porque lo permitió la estrategia siempre cautelosa (en exceso) de quien pareciera sentir vértigo cuando se pone arriba en el marcador.

Más allá de los bajos rendimientos individuales, el director técnico volvió a ponerse en el “ojo de la tormenta”. Después de lo observado en el segundo tiempo, queda la nítida sensación de no haber querido acelerar en la búsqueda de la victoria.

Castro volvió a bajar su nivel; en cambio, De Blasis ratificó que es la brújula de este Lobo irregular

El repunte del dueño de casa se apoyó en la actitud conformista de quien viene recibiendo severas críticas en ese sentido.

SE PUSO ARRIBA EN EL MARCADOR Y , LEJOS DE AYUDARLO, LO CONDENÓ

Gimnasia llegó al vestuario luego del primer tiempo y seguramente creyó que el 1 a 1 era un resultado como para sostener hasta el final. Craso error.

Empezó el capítulo final “abrazado” a una coyuntura que calificó beneficiosa y justamente allí radica el rasgo más censurable.

¿Por qué no apostó por ganar y darles un mensaje contundente a los miles que lo estaban observando por televisión? ¿No se arrepiente el entrenador de haber tardado demasiado en dar la orden de ir hacia el arco de enfrente con decisión?

Cuando dispuso los tres primeros cambios (Saravia, Abaldo y Castillo ingresaron a los veinte minutos y perdiendo 2 a 1), era tarde, la gente ya se había dado cuenta mucho antes de sus genuinas intenciones.

Como ocurrió después de aquella tan dura derrota ante Instituto en el Bosque, la suerte de Leonardo Madelón parece cosa juzgada.

Queda una fecha, pero antes deberá transitar una semana bastante sencilla de imaginar en el comportamiento popular.

Mientras tanto, los dirigentes del deberán buscar el momento y la manera de comunicar lo que tienen prácticamente definido.

Gimnasia perdió por un gol, pero lo peor fue la imagen que se alejó demasiado del protagonismo que desea cualquier hincha para su equipo.

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