La opción creativa de una profesora
Edición Impresa | 5 de Octubre de 2025 | 04:19

Por MARCELO ORTALE
Ella no para de crear y trabajar. Su último libro de poemas –De las exiguas flores (Vinciguerra, 2025) que toca temas variados –entre ellos un homenaje a Marilyn Monroe- será presentado a fines de noviembre en la sede de la Academia Argentina de Letras. Y tendrá como introductores a tres figuras potentes de la literatura argentina: el presidente de esa entidad, el platense Rafael Felipe Oteriño, el avezado escritor Antonio Requeni y la editora Lidia Vinciguerra.
Pero el año pasado “Marita” Minellono (que así la llaman los que más la conocen) presentó Los poetas en sus voces; el anterior (2023) dos libros- Vigilia y A la intemperie- y así sucesivamente hasta redondear más de 30 libros de prosa, poesía y de investigación, sin incluir en esta reseña centenares de trabajos académicos presentados en la Argentina. Dedicada ahora a la escritura, no desacredita sino que rescata y valora sus años y sus trabajos de académica.
Como profesora fue muchos años titular en Humanidades de la cátedra de Literatura Argentina y adjunta en la de Literatura Latinoamericana en la UNLP, además de ex decana de Letras en la Universidad Católica de La Plata. Ahora -según lo cuenta en su maravillosa casa antigua (que originalmente fue de Don Juan Berisso) ubicada cerca del parque Saavedra- y en donde vive con su familia dice: “Me siento libre de tanto trabajo académico y escribo: estoy paladeando la libertad y el gusto de escribir”.
Y ya está preparando su próximo libro, una serie de entrevistas que realizó a escritores de renombre como Sebrelli, Sarlo, Viñas, Arreola, Donoso, Marta Lynch, Sánchez Sorondo y el recordado novelista Gabriel Báñez, entre otros.
Es amplio y diverso el abanico de temas de su último libro, porque junto al poema a la Monroe, se habla de Sarmiento, de Echeverría, de José Hernández. De una cabalgata mágica de ella por la llanura bonaerense helada y blanca, de sus viajes a Europa y todo enhebrado por una argentinidad esencial. “Sí, lo que pretendo sin arrogancia es contribuir a una literatura argentina. Agregar mi pequeño valor a los valores que ya están, a sumar un capital simbólico a la literatura argentina. Cuando estuve dando unas cátedras en la Universidad de Bologna me di cuenta que los europeos esperan de nosotros un pintoresquismo que no existe. Yo les hablé de Lugones y de Borges y ellos, supongo, querían que les hablara de la guayaba o algún otro tropicalismo. Por fortuna tenemos incorporada en forma natural esa argentinidad esencial”.
Sobre la tarea y la obra literaria de Minellono se reflejan aquí testimonios del poeta Oteriño y del periodista Román, que hace años la conocen. Oteriño comenzó señalando que la formación académica y la condición de Minellono de nativa del interior bonaerense –nació en Azul y se crió en Las Flores, para vivir después y hasta hoy en La Plata “se observa en todos sus trabajos, Pero en este nuevo libro –De las exiguas flores, prima de modo preponderante la primera de ellas. Los libros leídos y las clases dictadas, lo visto y lo vivido en sus viajes, le dejaron huellas que surgen entrelazadas en una suerte de vivaz recapitulación”.
Con una vida literaria notablemente rica, Minellono sigue queriendo transmitir su mundo interior
Román, que en 2018 presentó de Minellono su libro El campo y sus representaciones literarias, comenzó señalando que “como los escritores y académicos de verdadero talento, Marita Minellono ha explorado géneros diversos, desde el ensayo hasta la poesía. Y lo ha hecho siempre con una forma o original, que combina erudición con un estilo franco y ameno”,
Como profesora fue muchos años titular en Humanidades de la cátedra de Literatura Argentina
Oteriño agrega que “los poemas de Minellono tienen la franqueza y el tono de la oralidad que le gustaba a Borges para definir la voz argentina. En la senda de Lucio V. Mansilla, Almafuerte, y de tantos otros “conversadores” que pusieron un sello distintivo a nuestra literatura, ella se vale de un lenguaje ameno con el que cuenta, canta y piensa, confiándonos sus descubrimientos líricos como si se tratara de un intercambio de verdades. Y de eso se trata. Musical, pero no bulliciosa en sus acordes, atravesada por el tono pausado y meditativo de la otrora -hoy lamentablemente menos acostumbrada- habla rioplatense”.
Por su parte, Román agregó que “tal vez por la propia experiencia y sensibilidad de Minellono, que anuda la ciudad con el campo, la producción con la academia, el interior con la capital, su obra se distingue por la articulación de mundos diversos a los que se asoma con la mirada de una intelectual de fuste, pero a la vez, de una ciudadana con los pies sobre la tierra”.
ALMAFUERTE Y LÓPEZ MERINO
La Ciudad y la literatura argentina le deben a esta mujer el rescate y la sistematización de la obra de Almafuerte y de Francisco López Merino, a través de exhaustivas investigaciones que realizó Minellono hace décadas. Y sobre ambos publicó también hace muchos años sendos libros –Almafuerte, Poesía completa y El universo poético de López Merino-, sobre los cuales ofrece ahora detalles muy valiosos.
“Existió una extraña tendencia que intentó, digamos, representarlo a Almafuerte dentro de un populismo que no corresponde a la época en que vivió. Pero Almafuerte fue un hombre notablemente culto, que sabía muy bien el idioma francés y el italiano. Además fue mano derecha en la campaña iniciada por Sarmiento en favor de la escuela pública. Se sabe que a los dos les decían locos, acaso porque pujaron por educar a miles de chicos, sobre todo a los más pobre. Se conoce también que alcanzaron a reunirse una vez en la ciudad de Chacabuco y que Sarmiento quedó deslumbrado por la inteligencia y cultura de Almafuerte”.
Minellono valoró aquí el aporte prestado por Horacio Rosotti, secretario privado del poeta, “Rosotti preservó todos los manuscritos inéditos de Almafuerte durante varias décadas” y ello le permitió a Minellono consultar ese material muy valioso. La familia Rosotti después le donó esa documentación literaria a la sobrina de Horacio, Carmen Ordoqui, que fue la que a Minellono investigar y ordenar los valiosos manuscritos almafuerteanos.
En cuanto a López Merino, ella dice que “cultivó su mundo interior y lo hizo sin arrogancias formales, cuidando su tono menor frente a la entonces vigencia del simbolismo y fue por eso que Borges lo admiró, porque Borges debió corregir sus primeros libros para recluirse en un mayor ascetismo formal y López Merino fue siempre intimista. Borges debió corregir su énfasis juvenil y en cambio López Merino se recluyó de entrada en su tono menor y eso garantizó su vigencia”. El trabajo sobre López Merino fue republicado por la Municipalidad local el año pasado.
Con una vida literaria notablemente rica, Minellono sigue queriendo transmitir su mundo interior. Y ahora este poema de su libro aún no presentado, que recuerda a Martín Fierro cuando, desencantado, decide irse al desierto: “Mientras avanzo y busco la frontera/-convalidando un texto/ que en mi clase enseñaba-/vuelvo los ojos para mirar las luces/ y los trazos cautivos/ de inhóspitas distancias// Le cabe al paria fingir/ para ocultarse,/ renegar de su historia,/ padecer la amañada/ protección de la ley la justicia/ que inclina la balanza/ Y envejecer al roce de las fieras,/ apostar al destino con barajas/ de virtud y lealtad/ dolor y acatamiento/ de las trampas y embustes/ de Vizcacha”.
De las exiguas flores
María Minellono
Editorial: Vinciguerra
Páginas: 80
Precio: $20.000
“Estoy paladeando la libertad y el gusto de escribir”, afirmó Millenomo
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