La historia real de los espías rusos que vivieron infiltrados

Hugo Alconada Mon construyó un testimonio crudo y necesario sobre los nuevos métodos de espionaje en tiempos de guerras híbridas y democracias vulnerables

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Durante siete años, una pareja aparentemente común vivió en Buenos Aires, educó a sus hijos, fundó empresas, asistió a eventos culturales y llevó adelante una vida sin mayores sobresaltos. Pero detrás de esa fachada se escondía una operación de inteligencia que parecía salida de una novela de espías. Se trataba de Artjom Viktorovič Dulcev y Ana Valerevna Dulceva, dos agentes del servicio secreto ruso entrenados para operar como “ilegales”, es decir, sin cobertura diplomática ni vínculos visibles con su país de origen.

El periodista Hugo Alconada Mon reconstruyó su historia en Topos, un libro fascinante de no ficción que combina investigación periodística con el pulso narrativo de un thriller político.

La trama real que revela Topos comenzó en 2012, cuando la pareja llegó a la Argentina con pasaportes falsos, identidades completamente reconstruidas y una leyenda perfectamente armada: nombres falsos, nacionalidades ficticias, historias familiares plausibles, referencias culturales que sostenían sus personajes y una cuidada estrategia para evitar cualquier gesto que delatara su origen. En Buenos Aires vivieron como emprendedores discretos, sin lujos ni ostentaciones, sin hablar jamás en ruso ni consumir productos de su país. Incluso sus propios hijos desconocían su verdadera identidad. Lograron fundar empresas de importación, una galería de arte y hasta abrieron cuentas bancarias en paraísos fiscales. Todo formaba parte de un operativo de largo aliento con proyección global.

En 2019 se mudaron a Eslovenia. Allí fueron arrestados en 2022 por la inteligencia local en colaboración con agencias europeas. La noticia, al principio, pasó desapercibida, pero pronto comenzó a generar inquietud: ¿cuántos “topos” como estos hay infiltrados en otras democracias? ¿Qué sabían realmente sobre América Latina? La respuesta llegó poco después. En 2024, tras un canje de prisioneros, fueron repatriados a Rusia y condecorados como héroes por el propio Vladimir Putin. La escena, tan cinematográfica como perturbadora, consolidó la idea de que estos agentes no eran casos aislados, sino parte de una estrategia más amplia del Kremlin para ampliar su red de inteligencia en Occidente.

Alconada Mon, periodista de investigación del diario La Nación, se topó con esta historia casi por azar. En 2023, un cable sobre la detención de los espías llamó su atención. A partir de ese momento, comenzó un trabajo minucioso que incluyó entrevistas, revisión de documentos judiciales y coordinación con colegas europeos. El resultado es un libro publicado por Editorial Planeta que no solo relata las peripecias de la pareja rusa, sino que también advierte sobre la fragilidad de los sistemas de inteligencia en América Latina y la creciente presencia de espías rusos en la región. El título, Topos, alude tanto a su condición de agentes infiltrados como a la profundidad con la que cavaron sus nuevas vidas para no ser descubiertos.

Más allá de la intriga internacional, el libro plantea preguntas inquietantes sobre el rol de los medios, el estado del periodismo de investigación y la vulnerabilidad de los Estados frente a redes de espionaje sofisticadas. En palabras del autor, “no se trata solo de Rusia ni de estos dos agentes: se trata de qué tipo de mundo estamos construyendo cuando las mentiras se institucionalizan y la verdad se vuelve un territorio peligroso”.

TOPOS
HUGO ALCONADA MON
Editorial: Planeta
Páginas: 384
Precio: $25.900
Hugo Alconada Mon
Topos

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