VIDEO. Hace 53 años estallaba el Watergate, el escándalo que sacudió a EE UU y se llevó puesto al presidente Nixon

Un 17 de junio de 1972 cinco hombres fueron sorprendidos por un guardia de seguridad mientras forzaban una cerradura en las oficinas del Comité Nacional Demócrata. Fueron arrestados con equipos de espionaje, cámaras fotográficas, micrófonos y sobres con miles de dólares. Dos jóvenes periodistas del Washington Post revelaron cómo el robo estaba vinculado directamente a la Casa Blanca y a la campaña de reelección del mandatario, que renunció dos años depsués

Eran cerca de las dos y media de la madrugada del sábado 17 de junio de 1972 cuando cinco hombres fueron sorprendidos por un guardia de seguridad mientras forzaban una cerradura en las oficinas del Comité Nacional Demócrata, ubicadas en el complejo de edificios conocido como Watergate, en el corazón de la capital estadounidense. Nadie lo sabía aún, pero ese pequeño incidente marcaría el inicio del mayor escándalo político en la historia moderna de Estados Unidos y llevaría, dos años más tarde, a la renuncia del presidente Richard Nixon, el único mandatario norteamericano que ha abandonado el poder antes de terminar su mandato.

Los cinco hombres -entre ellos exagentes de la CIA y empleados vinculados a la campaña de reelección de Nixon, conocida por sus siglas en inglés como CREEP (Committee to Re-Elect the President)- fueron arrestados con equipos de espionaje, cámaras fotográficas, micrófonos y sobres con miles de dólares en efectivo. El objetivo del allanamiento era instalar dispositivos de escucha y obtener información estratégica del Partido Demócrata, principal rival político de Nixon de cara a las elecciones presidenciales de noviembre de ese año.

Lejos de ser un hecho aislado, el robo era parte de una campaña mucho más amplia de sabotaje político, vigilancia ilegal y encubrimientos ordenados desde lo más alto del gobierno. La investigación revelaría luego que el grupo había ingresado a esas oficinas semanas antes para instalar micrófonos, y que esta segunda incursión buscaba reparar un error técnico en uno de los dispositivos.

El rol del periodismo: Woodward, Bernstein y “Deep Throat”

A pesar de que los grandes medios inicialmente trataron el hecho como un caso menor de espionaje político, dos jóvenes periodistas del Washington Post, Bob Woodward y Carl Bernstein, comenzaron a seguir la pista del dinero y las conexiones políticas. Guiados por una fuente confidencial apodada “Deep Throat”, los reporteros revelaron cómo el robo estaba vinculado directamente a la Casa Blanca y a la campaña de reelección de Nixon.

El editor Ben Bradlee y la dueña del diario, Katharine Graham, respaldaron las publicaciones a pesar de las presiones del gobierno y la falta de apoyo inicial del resto del periodismo. La investigación del Post no solo fue clave para mantener vivo el caso en la agenda pública, sino que marcó un antes y un después en la historia del periodismo investigativo. Décadas más tarde, en 2005, se revelaría que “Deep Throat” era Mark Felt, subdirector del FBI al momento de los hechos.

La caída del presidente Nixon

Mientras la Casa Blanca negaba cualquier implicación, las investigaciones oficiales avanzaban. En 1973, una comisión especial del Senado comenzó a realizar audiencias televisadas que revelaron detalles comprometedores sobre la operación y el encubrimiento. Una de las revelaciones más impactantes fue la existencia de un sistema de grabaciones secretas en el Despacho Oval, que registraba todas las conversaciones del presidente.

Presionado por el Congreso y por la opinión pública, Nixon se negó a entregar las cintas, lo que derivó en una batalla legal que llegó hasta la Corte Suprema. En julio de 1974, el máximo tribunal ordenó por unanimidad que el presidente entregara las grabaciones. En una de ellas —la conocida como la “smoking gun tape”, del 23 de junio de 1972— Nixon aparece claramente participando en el intento de obstruir la investigación del FBI.

Con el escándalo ya desbordado y frente a un proceso de impeachment inminente, el 8 de agosto de 1974 Nixon anunció su renuncia. Al día siguiente, su vicepresidente Gerald Ford asumió el cargo y, un mes después, le concedió un polémico perdón presidencial “por cualquier delito que haya cometido o pudiera haber cometido durante su mandato”.

El legado de Watergate

Más que un escándalo puntual, Watergate dejó lecciones profundas sobre la vulnerabilidad del poder ante la rendición de cuentas, el papel de los medios de comunicación y la importancia de las instituciones democráticas. Tras el caso, el Congreso impulsó una serie de reformas legales para limitar los poderes del Ejecutivo, mejorar la transparencia en la financiación de campañas y fortalecer la supervisión del Congreso sobre la Casa Blanca.

En el ámbito periodístico, el trabajo de Woodward y Bernstein se convirtió en una referencia del periodismo de investigación y en una inspiración para generaciones de reporteros. Su historia fue llevada al cine en Todos los hombres del presidente (1976), con las actuaciones de Robert Redford y Dustin Hoffman.

En un mundo donde los escándalos políticos siguen sacudiendo gobiernos y la desinformación circula a gran velocidad, el caso Watergate permanece como un recordatorio de la importancia del periodismo libre, el equilibrio de poderes y la vigilancia ciudadana como pilares de la democracia.

Las claves del Watergate

Fecha del robo: 17 de junio de 1972

Medios clave: The Washington Post, con la investigación de Bob Woodward y Carl Bernstein

Fuente clave: “Deep Throat” (Mark Felt, subdirector del FBI)

Pruebas decisivas: Grabaciones de la Casa Blanca

Renuncia de Nixon: 9 de agosto de 1974

Perdón presidencial: 8 de septiembre de 1974, por Gerald Ford

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