"No hablamos del título por respeto al resto"
| 17 de Noviembre de 1998 | 00:00

A la hora de enumerar lo méritos que tuvo Carlos Bianchi para el armado de este Boca que se encamina al título, habrá que reservar un párrafo especial a la decisión de mantener a José Horacio Basualdo dentro del equipo, cuando muchos lo daban fuera del plantel. ®Me cuidó mucho, me dijo que solucionara mis cosas, que me ponga bien físicamente y que iba a tener mi oportunidad¯. Y la oportunidad llegó y el Pepe sin sutilezas, ni grandes actuaciones, logró convertirse en el técnico dentro de la cancha: hace relevos, grita, acomoda al equipo, mete la pausa y tiene tiempo para soñar con un Boca campeón.
-¿Qué sintieron cuando Talleres empató?
-Como estaba el partido no había mucho para pensar. Creo que el equipo no se desordenó y en los minutos posteriores no pasó por sobresaltos, tuvo la pelota. Pero en el fútbol vale lo mismo hacer un gol en el minuto uno que en el noventa.
-La gente por ahí lo sintió más.
-Sí, adentro de la cancha se sentían algunos silbidos. Lo que pasa es que cuando entramos a la cancha y convertimos el primer gol teníamos una diferencia de nueve puntos y al final esos nueve puntos podían quedar reducidos a tres. La gente se puso nerviosa por primera vez en el campeoanto, pero al final pudieron festejar con todo.
-Pepe, el equipo juega tácticamente casi siempre igual, si bien los entrenamientos son duros no hay trabajos rebuscados, los demás equipos saben cómo juegan, pero nadie les pudo ganar, ¿cuál es el secreto de esta campaña?
-Acá es todo muy simple, y si hay algún secreto está en la convicción que tienen los jugadores para hacer lo que nos pide el técnico. Igualmente somos conscientes de que nos pueden ganar en cualquier momento, pero la mentalidad que demostró el plantel sumado a la preparación física que tenemos hace que se den los resultados. Después también está el respeto que el rival le tiene a Boca, fijate que casi todos salieron a especular y nosotros esos partidos los salimos a ganar.
-¿Se habla mucho en el vestuario?
-No. Hablamos algo antes de los partidos entre nosotros del equipo contrario, cómo se para y lo que el técnico quiere de nosotros. Esa charla no va más allá de decir quién va a cabecerar, quién se queda y esas cosas. No hay misterios, Bianchi se basa en lo que puede hacer su equipo y no tanto en lo que hace el rival, en el fútbol argentino nos conocemos todos.
-¿Cómo se maneja la ansiedad que viene desde afuera?
-Creo que antes se jugaba mucho más con el estusiasmo de la gente y ahora pensamos más en lo que tenemos que hacer en la cancha. Ahora le gente entró en el ritmo que proponemos nosotros, saben que los partidos duran noventa minutos y el gol puede llegar en cualquier momento. Igual la ansiedad no se puede controlar, pero desde dentro de la cancha se siente que hay otro clima.
-¿Esa seguridad que ves en la gente parte de la solidez que trasmiten ustedes?
-Es un grupo muy bueno el que se formó, nos apoyámos en todo momento, nos aplaudimos y también nos criticamos, y eso creo que se nota dentro de la cancha. Lógico que como en todo equipo están las figuras, los más carismáticos, pero todos tiramos parejo, pensamos en el equipo. No hay otro objetivo que no sea el bien del equipo.
-Los jugadores que hoy son figuras, como decís, no lo eran en la temporada pasada, todo pasaba por Caniggia, Latorre y Fabbri. ¿Fue bueno para el grupo comenzar esta etapa sin grandes nombres?
-Al principio no. Cuando volví, sin saber si iba a seguir, charlaba en la pretemporada con Cagna y Riquelme y nos preguntábamos si iban a traer a algún jugador más, porque vos mirabas y veías que había pocos jugadores de nombre, muchos chicos y tipos como yo que no sabían si iban a seguir. Al principio había muchas dudas, pero a base de confianza y de la preparación física que hicimos con Santella se armó un grupo bárbaro.
-Se dice que Boca no brilla, que no juega bien, ¿qué tenés para decir?
-Primero, nos tendríamos que poner de acuerdo en qué es brillar. Siempre y de alguna u otra manera se le busca algo al equipo que va arriba. O es un campeonato mediocre, o porque la mayoría no pelea, es una torneo aburrido. Al principio era que Boca no le había ganado a nadie, cuando le ganaba a un equipo importante era que lo había agarrado en un mal momento, siempre aparece algún calificativo para desmerecer lo que se está haciendo, a veces molesta, pero uno es como que ya se acostrumbró. Claro que después uno mira los partidos ganados, los goles a favor, los goles en contra y se da cuenta que no es una campaña más. Esta historia le pasó a todos los equipos, si es chico, dicen que se cae; si es grande, porque lo ayudan. Es un juego de palabras que si te agarra bien no pasa nada, pero si te toma mal te calienta un poco.
-¿Esto pasa porque Boca es el puntero?
-No. En Vélez la cosa era igual. Al principio decían que lo único que sabíamos hacer era meterle pelotazos al ®Turu¯ Flores y al ®Tanque¯ Asad, que los volantes únicamente recuperaban la pelota, y era un trabajo de equipo, Pompei hacía lo suyo, Bassedas tenía su función, yo la mía. Nos decían que éramos un equipo opaco, amargo; pero creo que en el fondo es una cuestión de envidia. Ahora, otra vez con Bianchi como técnico se utilizan los mismos calificativos, esperemos que esto siga de la misma forma que siguió lo de Vélez.
-¿Cuál es la actitud que asume el equipo rival cuando juega contra ustedes?
-Y cambia. Si vos ves los partidos anteriores te vas a dar cuenta que contra nosotros juega distinto. Por ahí interiormente aceptan que podemos ser campeones, pero al menos quieren quedarse con nuestro invicto. Talleres necesitaba los puntos y luchó hasta el final, pero los cuatro partidos que nos quedan los rivales nos van a jugar a muerte, para decir ®yo le gané a Boca¯. Quizás íntimanente nosotros nos sentímos muy seguros de lo que podemos llgar a lograr, pero debemos superar esos escollos para probarnos.
-Decís que se sienten seguros, contra Talleres mostraron que la suerte del campeón está del lado de ustedes, ¿por qué no se animan a hablar del campeonato?
-Hay momentos en que uno quisiera decir esa palabra que todos quieren escuchar, pero por respeto a los demás no se puede hablar. ¿Cómo se pueden sentir los jugadores de Gimnasia que después de dar vuelta un 2 a 0 escuchan de nosotros que somos campeones cuando ellos tienen posibilidades para alcanzarnos? Respetamos a todos, pero también queremos que la definición llegue lo más rápido posible para jugar tranquilos. En el '93 con Vélez llevábamos una gran diferencia, pero gracias a que Belgrano le empató a Independiente nos evitamos de jugar con ellos una final en la última fecha. Es jodido mantener la ansiedad de la gente, pero falta poco.
-Yo creo que sí. Donde vos le encontrás el equilibrio a la cosa, después todo es más fácil, y Bianchi es muy vivo en esto. El conformó un grupo que acostumbró a la gente a ser paciente y a confiar en los once que entran a la cancha.
-¿Ya pensaste cómos vas a festejar el título?
-No sé. Uno tuvo tantos golpes en el fútbol que dan ganas de festejar con la gente más cercana, pero después la pensás y decís, me quedo acá y exploto con todos mis compañeros y la gente. Me acuerdo cuando ganamos la Libertadores con Vélez que no nos queríamos ir del Morumbí, y con Boca va pasar algo parecido, pero hay que esperar un poco más.
-¿Qué sintieron cuando Talleres empató?
-Como estaba el partido no había mucho para pensar. Creo que el equipo no se desordenó y en los minutos posteriores no pasó por sobresaltos, tuvo la pelota. Pero en el fútbol vale lo mismo hacer un gol en el minuto uno que en el noventa.
-La gente por ahí lo sintió más.
-Sí, adentro de la cancha se sentían algunos silbidos. Lo que pasa es que cuando entramos a la cancha y convertimos el primer gol teníamos una diferencia de nueve puntos y al final esos nueve puntos podían quedar reducidos a tres. La gente se puso nerviosa por primera vez en el campeoanto, pero al final pudieron festejar con todo.
-Pepe, el equipo juega tácticamente casi siempre igual, si bien los entrenamientos son duros no hay trabajos rebuscados, los demás equipos saben cómo juegan, pero nadie les pudo ganar, ¿cuál es el secreto de esta campaña?
-Acá es todo muy simple, y si hay algún secreto está en la convicción que tienen los jugadores para hacer lo que nos pide el técnico. Igualmente somos conscientes de que nos pueden ganar en cualquier momento, pero la mentalidad que demostró el plantel sumado a la preparación física que tenemos hace que se den los resultados. Después también está el respeto que el rival le tiene a Boca, fijate que casi todos salieron a especular y nosotros esos partidos los salimos a ganar.
-¿Se habla mucho en el vestuario?
-No. Hablamos algo antes de los partidos entre nosotros del equipo contrario, cómo se para y lo que el técnico quiere de nosotros. Esa charla no va más allá de decir quién va a cabecerar, quién se queda y esas cosas. No hay misterios, Bianchi se basa en lo que puede hacer su equipo y no tanto en lo que hace el rival, en el fútbol argentino nos conocemos todos.
-¿Cómo se maneja la ansiedad que viene desde afuera?
-Creo que antes se jugaba mucho más con el estusiasmo de la gente y ahora pensamos más en lo que tenemos que hacer en la cancha. Ahora le gente entró en el ritmo que proponemos nosotros, saben que los partidos duran noventa minutos y el gol puede llegar en cualquier momento. Igual la ansiedad no se puede controlar, pero desde dentro de la cancha se siente que hay otro clima.
-¿Esa seguridad que ves en la gente parte de la solidez que trasmiten ustedes?
-Es un grupo muy bueno el que se formó, nos apoyámos en todo momento, nos aplaudimos y también nos criticamos, y eso creo que se nota dentro de la cancha. Lógico que como en todo equipo están las figuras, los más carismáticos, pero todos tiramos parejo, pensamos en el equipo. No hay otro objetivo que no sea el bien del equipo.
-Los jugadores que hoy son figuras, como decís, no lo eran en la temporada pasada, todo pasaba por Caniggia, Latorre y Fabbri. ¿Fue bueno para el grupo comenzar esta etapa sin grandes nombres?
-Al principio no. Cuando volví, sin saber si iba a seguir, charlaba en la pretemporada con Cagna y Riquelme y nos preguntábamos si iban a traer a algún jugador más, porque vos mirabas y veías que había pocos jugadores de nombre, muchos chicos y tipos como yo que no sabían si iban a seguir. Al principio había muchas dudas, pero a base de confianza y de la preparación física que hicimos con Santella se armó un grupo bárbaro.
-Se dice que Boca no brilla, que no juega bien, ¿qué tenés para decir?
-Primero, nos tendríamos que poner de acuerdo en qué es brillar. Siempre y de alguna u otra manera se le busca algo al equipo que va arriba. O es un campeonato mediocre, o porque la mayoría no pelea, es una torneo aburrido. Al principio era que Boca no le había ganado a nadie, cuando le ganaba a un equipo importante era que lo había agarrado en un mal momento, siempre aparece algún calificativo para desmerecer lo que se está haciendo, a veces molesta, pero uno es como que ya se acostrumbró. Claro que después uno mira los partidos ganados, los goles a favor, los goles en contra y se da cuenta que no es una campaña más. Esta historia le pasó a todos los equipos, si es chico, dicen que se cae; si es grande, porque lo ayudan. Es un juego de palabras que si te agarra bien no pasa nada, pero si te toma mal te calienta un poco.
-¿Esto pasa porque Boca es el puntero?
-No. En Vélez la cosa era igual. Al principio decían que lo único que sabíamos hacer era meterle pelotazos al ®Turu¯ Flores y al ®Tanque¯ Asad, que los volantes únicamente recuperaban la pelota, y era un trabajo de equipo, Pompei hacía lo suyo, Bassedas tenía su función, yo la mía. Nos decían que éramos un equipo opaco, amargo; pero creo que en el fondo es una cuestión de envidia. Ahora, otra vez con Bianchi como técnico se utilizan los mismos calificativos, esperemos que esto siga de la misma forma que siguió lo de Vélez.
-¿Cuál es la actitud que asume el equipo rival cuando juega contra ustedes?
-Y cambia. Si vos ves los partidos anteriores te vas a dar cuenta que contra nosotros juega distinto. Por ahí interiormente aceptan que podemos ser campeones, pero al menos quieren quedarse con nuestro invicto. Talleres necesitaba los puntos y luchó hasta el final, pero los cuatro partidos que nos quedan los rivales nos van a jugar a muerte, para decir ®yo le gané a Boca¯. Quizás íntimanente nosotros nos sentímos muy seguros de lo que podemos llgar a lograr, pero debemos superar esos escollos para probarnos.
-Decís que se sienten seguros, contra Talleres mostraron que la suerte del campeón está del lado de ustedes, ¿por qué no se animan a hablar del campeonato?
-Hay momentos en que uno quisiera decir esa palabra que todos quieren escuchar, pero por respeto a los demás no se puede hablar. ¿Cómo se pueden sentir los jugadores de Gimnasia que después de dar vuelta un 2 a 0 escuchan de nosotros que somos campeones cuando ellos tienen posibilidades para alcanzarnos? Respetamos a todos, pero también queremos que la definición llegue lo más rápido posible para jugar tranquilos. En el '93 con Vélez llevábamos una gran diferencia, pero gracias a que Belgrano le empató a Independiente nos evitamos de jugar con ellos una final en la última fecha. Es jodido mantener la ansiedad de la gente, pero falta poco.
-Yo creo que sí. Donde vos le encontrás el equilibrio a la cosa, después todo es más fácil, y Bianchi es muy vivo en esto. El conformó un grupo que acostumbró a la gente a ser paciente y a confiar en los once que entran a la cancha.
-¿Ya pensaste cómos vas a festejar el título?
-No sé. Uno tuvo tantos golpes en el fútbol que dan ganas de festejar con la gente más cercana, pero después la pensás y decís, me quedo acá y exploto con todos mis compañeros y la gente. Me acuerdo cuando ganamos la Libertadores con Vélez que no nos queríamos ir del Morumbí, y con Boca va pasar algo parecido, pero hay que esperar un poco más.
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