El porqué de los pozos que invaden las calles locales

El tránsito, las lluvias y pequeños derrames de gasoil deterioran el asfalto. Sin embargo, según los especialistas, estas causas no deberían ser tan destructoras si las calles fueran asfaltadas de manera correcta.

En muchas arterias, el tránsito es tan intenso que termina atentando contra el pavimento. Hay camiones, colectivos, motos y autos que andan sobre un asfalto que no fue construido para tanta presión.

Lo que recubre calles, avenidas y caminos, hay que decir, es una mezcla compuesta por piedras y cemento asfáltico, un derivado del petróleo de base asfáltica. Para asegura su durabilidad, los especialistas señalan la necesidad de considerar tres factores fundamentales. En primer lugar, tener en cuenta el uso que se le da a la calle o avenida en cuestión antes de decidir cuál será el cemento asfáltico más adecuado.

En segundo lugar, mantener las proporciones de los materiales que integran la mezcla, mientras que como tercer paso apuntan a la importancia que tiene realizar la mezcla con la temperatura adecuada. Si es baja, dicen, no se consigue el grado de compactación preciso.

En áreas de alta circulación vehicular, además, los expertos recomiendan usar un cemento asfáltico duro que proporciona mayor estabilidad y durabilidad. Este tipo de material se hace casi imprescindible en bocacalles y esquinas, donde la fricción vehicular es más intensa.

Para combatir los efectos de la lluvia, en tanto, la mezcla debería incluir aditivos mejorados de la adherencia. Con esto, se mejora la consistencia del cemento asfáltico al mezclarlo con las piedras. Es que el agua, se apunta, es uno de los peores enemigos del asfalto porque descompone la mezcla.

Otro elemento que afecta las calles es el gasoil que se vuelca de colectivos y camiones. Al ser un solvente, actúa directamente como diluyente de la capa asfáltica. Además, los baches no pueden ser arreglados con único método. Según se indica, hay que estudiar cada bache y evaluar qué se encuentra más abajo (puede haber agua). De lo contrario, el arreglo no sirve.