Noche de fiesta con mucho color y pasión

Otra fiesta, otra. Una más para no dejar de festejar el título conseguido en cancha de Vélez tras ganar la finalísima ante Boca. La gente de Estudiantes hizo explotar el Estadio Unico porque más de 35 mil personas extendieron el reconocimiento a los jugadores que luego de 23 años le posibilitaron volver a gritar ¡dale campeón! en el fútbol argentino.

Ovación para los protagonistas, imágenes imborrables proyectadas en una pantalla gigante, una nueva vuelta olímpica, fuegos de artificio y un partido amistoso frente al equipo suizo Saint Gallen fueron condimentos más que suficientes para que la familia albirroja continúe la fiesta que lleva más de un mes y parece no querer apagarse jamás.

UN VERDADERO SHOW

El comienzo se retrasó porque muchos hinchas llegaron sobre la hora y una vez que las dos cabeceras estuvieron colmadas y las plateas se fueron llenando, cerca de las 21:45 el Estadio Unico quedó a oscuras, señal de que la fiesta comenzaba. Sobre una pantalla gigante los rayos láser deleitaban a los presentes hasta que las imágenes fueron el punto de partida para la emoción. Una estrella empezó a girar hasta separarse y formar las nueve estrellas que simbolizan los títulos obtenidos por el club.

Aparecieron las copas, una a una, entremezcladas con relatos de aquellos goles que hicieron historia. Primero la Intercontinental, luego las tres Libertadores de América, y por último aquellas que representan los cuatro campeonatos nacionales, haciendo hincapié en el último alcanzado el 13 de diciembre, el verdadero motor de esta fiesta, ya que se formó una enorme estrella con la frase “bienvenida” y de fondo los tantos de José Sosa y Mariano Pavone en la final frente a Boca.

PRESENTACION Y VUELTA

Al mejor estilo NBA, los campeones fueron presentados en el medio del campo de juego, mientras la gente no dejaba de cantar.

Uno a uno fueron llamados, por orden alfabético, a subir a la tarima y varios dirigentes albirrojos les entregaron medallas en reconocimiento al logro obtenido. Las mayores ovaciones se las llevaron Juan Sebatián Verón, Mariano Pavone, José Luis Calderón (que subió besando su camiseta), Agustín Alayes y Rodrigo Braña. Luego llegó el turno de la presentación de Diego Simeone que al grito de “Choloooo, Choloooo”, y junto a sus tres hijos, se mostró muy emocionado. Por último recibieron el reconocimiento los colaboradores y el cuerpo médico del plantel.

Una vez que todos fueron presentados, el presidente albirrojo Eduardo Abadie le entregó la copa a la Brujita que la levantó y todo el estadio se unió en un solo grito: “dale campeón”. Allí fue cuando comenzó la vuelta olímpica. Los protagonistas recorrieron todo el perímetro del campo de juego con el trofeo y cantando junto a la gente, mientras detrás de los arcos explotaban morteros que lanzaban papeles rojos y blancos.

La inconfundible voz de Freddie Mercury en el “Where are the champions” se escuchaba de fondo y al término de la misma el relato de Víctor Hugo Morales una vez consumada la victoria en el Amalfitani hizo poner la “piel de gallina” a más de un hincha de Estudiantes. Al final, los jugadores se abrazaron y alrededor de la copa, que fue apoyada sobre el césped, daban vueltas en una improvisada ronda mientras los fuegos artificiales y la “locura” en las tribunas hacían que el marco sea aún más espectacular.

“Palo, palo, palo bonito palo es, somos campeones otra vez” cantaban una y otra vez los hinchas que mientras se retiraban los jugadores a hacer la entrada en calor bailaban al ritmo de la música del conjunto platense Los Confites y le daban lugar a una colorida murga bien albirroja. Así pasó otro festejo del campeón. A lo grande, como la ocasión lo ameritaba.


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