Desesperado clamor de justicia de una madre

Por NESTOR LLIDO

"Ya perdí demasiado en la vida. Vengo de un golpe tras otro. Soy una madre más de todas las que venimos reclamando justicia, sin que nadie nos escuche. Sin dinero y con poca ayuda, sólo nos queda seguir luchando. Despertar cada día y pensar que los asesinatos de Gastón y Jorge no pueden quedar en la nada, es lo que mantiene de pie". Este es parte del crudo relato de una madre que sufrió la muerte de sus dos hijos en los últimos diez años, cuando uno de ellos fue baleado por un ex policía al quedar en medio de un presunto enfrentamiento armado y el otro al ser ejecutado de un tiro en la nuca por un sujeto que nunca fue detenido.

Patricia Bernachea es mamá de ocho hijos y desde el 29 de diciembre de 1998, en momentos en que mataron a Gastón Ezequiel Vallejos, de 10 años, su vida y la de su familia dio un giro inesperado, producto de esta desgracia. El chico salía de su casa hacia un kiosco en el populoso barrio Don Orione de Claypole y un balazo le destrozó la cara, llevándose su precoz existencia. Tres sujetos, entre ellos un ex suboficial de la Policía Federal, intentaban hacer justicia por mano propia persiguiendo a dos supuestos ladrones y desataron la tragedia.

Dilatada espera

El hecho llegó a juicio oral y público, en abril de 2005, luego de varias dilaciones y sortear innumerables escollos. El Tribunal Oral Criminal Nº 2 de Lomas de Zamora condenó a Hugo Roberto Villalba a 12 años de prisión, al considerarlo culpable del delito de "Homicidio culposo", en perjuicio del niño Gastón Vallejos. De todas maneras, el imputado nunca fue a la cárcel, pues sus abogados apelaron y la sentencia no está firme. La resolución de la Cámara de Casación, que luego remitió el expediente a la Suprema Corte bonaerense, todavía no se conoce, pese a que transcurrieron tres años y medio.

Mientras esperaba justicia en este caso, el 27 de febrero de 2008, en la localidad de Monte Grande, Jorge Luis Vallejos, de 20 años, otro de los hijos de Patricia Bernachea, fue víctima de un crimen a sangre fría, producto de una discusión con un vecino. El muchacho recibió un disparo en la nuca, efectuado por un joven, de 22 años, que pese a las sospechas que pesan en su contra nunca fue apresado. La fiscalía que investiga el asesinato argumenta no contar con pruebas sobre la culpabilidad del sindicato autor material del balazo, aunque conoce de las amenazas que han recibido los testigos del episodio.

"No mirar para otro lado"

Con problemas de salud provocados por las desgraciadas situaciones que le tocó atravesar, esta mujer demanda justicia. "En el caso de Gastón nos costó mucho poder avanzar y llegar al juicio, pero la investigación y el aporte de los vecinos que vieron lo sucedido, resultaron una gran ayuda. Ahora, ocurrió todo lo contrario, el asesinato de Jorge sigue impune, en parte el nulo compromiso de quienes fueron testigos y en eso se apoya la Policía y la Fiscalía para dejar todo en la nada".

"No voy a negar que la gente tiene miedo, que fueron amenazados por el asesino de mi hijo y sus allegados, que dicen ser los 'dueños' de esa zona de Monte Grande. Es muy difícil poder vencer ese temor, pero a esos vecinos les digo que no hay que mirar para otro lado, ya que mañana les puede pasar a ellos. Todos saben quien fue, pero no se animan a ir a declarar, tampoco los citan y por lo tanto, no hay que ser muy entendido en leyes, para darse cuenta que todo se encamina a que el expediente se cierre sin culpables", enfatizó.

"Desamparados"

Entre la falta de novedades del dictamen sobre la apelación a la condena del autor material del crimen de Gastón y la impunidad de la que goza el asesino de Jorge, la madre de ambos no duda en afirmar que "estamos desamparados por la justicia, aunque, tal como lo prometí, ante la tumba de mis hijos, voy a dejar hasta la última gota de mi vida para que quienes los mataron paguen por lo que hicieron. En estos momentos, ni siquiera tengo un abogado que me asesore, pero sigo peleando para que los casos no se olviden y queden impunes".

En diálogo con este diario, Patricia Bernachea puntualizó que "todos los días se ven hechos de inseguridad, cientos de chicos inocentes que mueren en circunstancias poco claras. Detrás de cada historia hay una familia que sufre, que anda con el dolor a cuestas y al poco tiempo, casi nadie se acuerda de ellos, de acompañarlos en su lucha por tener algo de justicia. Yo tuve la desgracia de perder dos hijos, con diez años de diferencia entre uno y otro y aún espero que los asesinos vayan presos".