Berisso fue una fiesta

La ciudad salió a festejar la flamante coronación de la Villa

Una verdadera explosión de felicidad y júbilo se apoderó rápidamente de las calles de Berisso ni bien concluyó el clásico con Cambaceres. La histórica consagración del conjunto que dirige técnicamente la dupla Malli/Besada, que a partir de agosto jugará en la B Metropolitana, ya era una realidad.

Las catorce mil almas que llegaron hasta el Bosque para acompañar a San Carlos, vinieron en caravana y regresaron de la misma manera hacia el punto de encuentro (el centro de la ciudad) para prolongar con los tradicionales festejos, que se extendieron hasta altas horas de la madrugada.

Una interminable caravana (autos particulares, colectivos de línea, motos y camiones), de más de diez kilómetros, se condujo desde el estadio de 60 y 118 hasta Berisso, por la avenida del Petróleo.

"Esto es impresionante. No puedo creer lo que estoy viendo", dijo un hincha enfervorizado que optó por regresar caminando junto a su familia. "No hay nada más emocionante que esto. La Villa es única. Es impresionante lo que estamos viviendo", agregó otro simpatizante.

PASEADOS COMO IDOLOS

Los flamantes campeones, que fueron transportados en una autobomba, perteneciente a los Bomberos Voluntarios de Berisso (tuvo que tomar un camino alternativo para llegar a tiempo a la sede social), tuvieron que esperar más de una hora en el estadio para emprender el viaje de regreso; mientras la gente salió a las calles para participar de la fiesta.

En cada rincón de Berisso hubo fiesta. Grandes, chicos y hasta familias enteras, con distintivos "celeste y blanco" colgados en alguna parte del cuerpo, se apostaron sobre la avenida Montevideo (fue cortada entre las calles 9 y 23) para celebrar semejante coronación. Y nadie faltó a la cita.

MARTINI Y SU BALLET...

Al grito de ¡Dale campeón!, ¡Dale campeón...!, y "dirigidos" por el emblema y capitán, Leandro Martini, los jugadores, mientras eran llevados a la sede social por una autobomba de los Bomberos Voluntarios, se dedicaron a cantar y a celebrar la flamante consagración.

Envueltos en banderas "celeste y blanca" y portando la copa que puso en juego una reconocida compañía de seguros (la misma que patrocina al equipo), el grupo no paró un instante de cantar y dar rienda suelta a los festejos.

Y ni bien el vehículo apareció sobre la avenida Montevideo, miles de hinchas que esperaban este momento, explotaron de alegría.

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