Más emergencias hospitalarias se vinculan con el alcohol

Alrededor de la sala donde pasó su larga agonía se escuchó una y otra vez lo absurdo de la historia: que venían tomando cerveza, que venían en moto, que él manejaba, que por pedir la botella al amigo que viajaba como acompañante se distrajo, que el choque fue contra un árbol. Los esfuerzos que hicieron los médicos para salvarlo no alcanzaron y el final fue el más doloroso. A los 19 años, el joven protagonista de esta historia murió y sumó su caso a la larga lista de episodios dramáticos atendidos en las guardias de fin de semana de los hospitales y que tienen un elemento en común: su vínculo con el consumo excesivo de alcohol.

La historia es una de las que cuenta María Magdalena Aprea, jefe del servicio de Emergentología del Policlínico General San Martín, donde los fines de semana se duplica el número de lesiones traumáticas graves atendidas y derivadas de accidentes de tránsito y de episodios de violencia. De entre ellas, la mayor parte se registra a la hora de salida de los boliches. Sobre todo, los domingos, entre las 3 de la mañana y las 12 del mediodía. Y en un alto porcentaje están vinculadas al consumo de alcohol.

El del Policlínico no es un caso aislado y una situación similar se registra en todos los hospitales bonaerenses, en cuyos servicios de emergencia el abuso de las bebidas alcohólicas genera un fuerte impacto. Según datos difundidos por el director de Hospitales de la provincia de Buenos Aires, Sergio Alejandre, durante los fines de semana se quintuplican los casos de intoxicación por alcohol y drogas atendidos.

Los datos surgen de un estudio realizado en hospitales de Tigre, San Fernando, Moreno, Quilmes, La Plata y La Matanza, que revelan asimismo que la mayor parte de los intoxicados que requieren atención médica tienen entre 18 y 30 años. Asimismo, destaca que la ingesta excesiva de alcohol explica el 55% de los accidentes que se producen en la vía pública.

Algunos de los médicos de guardia consultados para esta nota relativizaron el peso de las consultas directamente referidas a intoxicaciones alcohólicas en las guardias de los hospitales platenses. Y consideraron que en el ámbito local se nota más la influencia del alcohol como factor asociado a traumas derivados de accidentes y episodios de violencia.

"El alcohol es un clásico del fin de semana en las guardias, pero su incidencia ha crecido en los últimos años, lo mismo que el papel de las drogas como disparadores de accidentes y peleas. Pero también hay otros problemas derivados del elevado consumo de alcohol que viven los profesionales que atienden la emergencia: entre ellos, las agresiones de parte de pacientes y acompañantes de pacientes que se encuentran alcoholizados", dice Inés Sasiain, vicepresidente de la CICOP, la asociación sindical que nuclea a los profesionales de la Salud de la provincia de Buenos Aires.

Para ilustrar la influencia del alcohol en las guardias y sobre todo las de fin de semana, desde el Hospital San Martín se alude al último estudio realizado por el Sedronar en hospitales bonaerenses y porteños, del cual se desprende que el 30% de los traumatismos de mayor importancia que se atienden en las guardias hospitalarias se relacionan con el consumo de alcohol. Desde allí se indica que si el promedio de consultas con esas características es de entre 6 y 12 un día cualquiera, los fines de semana se duplican. Pero se trata de un promedio: fuentes de ese hospital destacaron que el último jueves se atendieron seis accidentes, cinco de los cuales estuvieron relacionados con el consumo excesivo de bebidas.

Según Aprea, esa influencia no sólo se encuentra detrás de una importante porción de los accidentes -sobre todo de motos- y las riñas callejeras propias de los fines de semana. También explica casos de violencia familiar, accidentes laborales y el comportamiento de "pacientes combativos" que generan trastornos con el personal del hospital o con otros pacientes que esperan ser atendidos.

Abundan las historias que se cuentan en las guardias donde el alcohol es un protagonista central. Se cuenta, por caso, la de una joven de 28 años que volvía en moto de un cumpleaños y después de haber bebido alcohol en exceso perdió el control del vehículo. Como resultado del accidente sufrió traumatismo de cráneo y tórax y debió permanecer internada más de 100 días hasta que recibió el alta. El accidente le dejaría graves secuelas: una pierna con problemas motores y trastornos psicológicos derivados del prolongado uso del respirador.

También son numerosos los relatos de casos que asocian el alcohol a la violencia nocturna y al horario de salida de los boliches. Uno de ellos se registró un domingo a la noche pocos meses atrás, cuando llegó a la guardia un joven con traumatismo de cráneo y facial, consecuencia de una golpiza recibida en la puerta de un local bailable. Después de recibir suturas, el paciente abandonó el hospital por la mañana para encontrarse con una desagradable sorpresa. Allí no sólo estaba esperándolo en moto el amigo que lo había llevado al hospital: también estaba el grupo que lo había golpeado, dispuesto a volver a atacarlo. Y por tratar de escapar de ellos los jóvenes chocaron contra la puerta abierta de un taxi y volvieron al hospital que acababan de abandonar.

El alcohol en las guardias genera otros problemas, según dice Sasiaín, como la falta de centros de derivación para atender emergencias psiquiátricas en casos de intoxicaciones alcohólicas o por drogas. "En la región sólo tienen servicio de psiquiatría de guardia el hospital San Martín y el de Melchor Romero y hay ocasiones en que tenemos cuadros de excitación psicomotriz y no hay donde derivarlos", dijo.

Pero los profesionales destacan además el impacto económico del problema: se estima que el costo de la primera atención de un paciente traumatizado ronda entre los 10.000 y los 12.000 pesos. Una pérdida que -como las muertes, como las secuelas- podría evitarse con una eficaz prevención de un problema que se considera evitable.