Carta a un abuelo ejemplar

Araceli Hernández, bisnieta de Don Jorge M. Briggs, envió a Quilmes Presente una emotiva nota en la que cuenta quién es él y todo lo que hizo por el barrio El Sol de Berazategui. Un ejemplo de vida


En marzo cumplirá 90 años una persona muy especial, y no quiero dejar pasar la oportunidad para agradecerle el estar en este mundo y haber hecho que sea un poco mejor.

Gracias a él, aprendimos los que lo rodeamos a ser buenas personas (si se nos permite la licencia). Nos matrizó en la valorización del trabajo, de la familia, del estudio, en el ser serviciales. Tratamos de cumplirle en distintas medidas, acorde a los avatares de la vida.

Llegó a nuestro Berazategui en el año 1955 desde su San Juan natal, de la mano de su esposa y sus hijos en procura de trabajo y el bienestar que no conseguía y se estableció como pudo, como todos en esa época convulsionada.

Poco a poco se fue instalando familiar y socialmente desarrollando su potencial solidario. Ante las necesidades que vivían, creó junto con un grupo de vecinos del barrio (en ese momento “La Miranda”, hoy “El Sol”) una comisión pro-escuela. Ya que gran cantidad de chicos de la zona no tenían posibilidad de concurrir a una y reconociendo que la educación era la base de todo futuro es que se comprometieron a la creación de una, abocándose junto a otros a gestionar, solicitar subvenciones, donaciones, recaudar fondos mediante kermeses, festivales, rifas.

No quedaron allí sus intenciones de mejora del barrio, continuaron con la apertura de calles, desde el pisoneo de la tierra, el desmalezamiento a pulmón para permitir el tránsito de peatones y de vehículos. Recordando cómo le hacían de guía al médico de la zona para llegar a alguna vivienda, prosiguieron con la creación de una sociedad de fomento y de una salita de primeros auxilios.

La ciudad fue creciendo, se independizó, logró su autonomía. Nuestros abuelos, que trabajaron desde sus ideales, que se comprometieron con sus objetivos, que permitieron desde la cotidianidad el cambio, dejaron huellas imborrables abriendo caminos, siendo visionarios de que el trabajo comunitario acrecienta el arraigo, la identidad y la pertenencia generando prosperidad, y sobre eso, en Berazategui se sabe.

Hoy que el tiempo ha pasado y muchas de esas personas ya no están, escuchamos tus anécdotas, el detalle de tus recuerdos, vemos como en tus ojos brillan el espíritu de lo vivido, de lo conocido, de lo hecho.

Sabemos que es importante para vos, recién hoy, decirle al mundo que estás vivo y tenés la necesidad de agradecer a la gente que te acompañó y luchó junto a vos codo a codo, por eso recordás entre ellos a Julio Rodríguez; a Alejandro Escobar; Silguero; Lezcano; Florencio García; a Fernández; a Paez; a Mío. A Gregorio Jaime; Pratt; Benítez; a Lucas García; a Francisco Centurión; a Cetto; a Pardey; Miguel Aragón; a Lopez; a Martínez, y tantos otros que ya no recordás con tus labios, pero sí con tu mente, pues revivís día a día esas décadas de trabajo incansable para lograr encaminarte en la vida así como ayudar a otros, lo que era tu energía.

Fue esencial para vos el sostener al que estaba a tu lado, y de eso se trata: del sostén, del apuntalamiento, de los ejemplos, de los modelos que son necesarios para caminar y que no abundan; y de eso se trata esta misiva de dar a conocer esas acciones y para agradecerte a vos y a los que te acompañaron, el sostén, el ejemplo de vida y no sólo a nosotros como tu familia, sino a los que los conocieron y los rodearon en la vida.

¡Gracias Don Jorge M. Briggs por existir! ¡Gracias por estar y por haber vivido!

Tu familia y amigos

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