Un año en la Antártida

El guardaparques platense Mariano Spisso completó un año de trabajo en la base Orcadas, la más antigua de la Antártida, monitoreando la fauna y flora del lugar en el marco de condiciones ambientales y climáticas extremas. A poco de concluir con esa experiencia, refleja sus vivencias en esta nota y a través de un blog y un especial publicados en la página web de El DIA (www.eldia.com).



La Expedición

Acompañado por el guardaparques Emilio Daher e integrando una dotación de 15 personas en un recóndito punto del continente blanco, Spisso se ocupó del monitoreo de distintas especies, registrando el estado de los ejemplares y de los nidos y tomando muestras para investigaciones en el terreno. En esta foto se lo ve observando a una comunidad de aves en el marco de un estudio que tuvo como uno de sus principales focos a los petreles.

Pingüinos

Durante su estadía en la Antártida, los guardaparques se ocupan de estudiar a las comunidades de pingüinos. En esa geografía viven ejemplares de las especies Adelia y de barbijo. En salidas donde se veían obligados a enfrentar el azote de los vientos y las bajas temperaturas, Spisso y Daer se ocuparon de medir parámetros poblacionales como el tamaño de las poblaciones, el éxito reproductivo, el peso de los pichones y la dieta.

Mamíferos

En el caso de los mamíferos, el trabajo consistió en hacer censos poblacionales y estudiar la dieta de los lobos de dos pelos, las focas de weddel y los leopardos marinos que se pueden encontrar en el lugar. También se ocuparon de identificar y monitorear ejemplares marcados. Trabajos todos destinados a contribuir a la preservación de las especies.


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