Camba no ligó y Urquiza se llevó un triunfo impensado

En Ensenada pasó de todo: un gol que no fue, pelotas en los palos y además, un "blooper" que definió el cotejo para Jota Jota

Qué a Cambaceres lo persigue la mala suerte en este torneo, no es ninguna novedad. Qué necesita algo o alguien para que pueda quebrar el maleficio que lo acosa, tampoco lo es. Pero lo que se vivió ayer en Ensenada, entre el Rojo y Justo José de Urquiza, por la sexta fecha de la Primera C, no tiene, quizás, muchos antecedentes.

Simplemente pasó de todo. Tres goles, uno que no valió, varios tiros en los palos, innumerables situaciones de peligro en ambos arcos, y como si eso fuera poco, un "blooper" entre el arquero Arias Navarro y el defensor Emiliano Carreño, que terminó por resolver el partido en favor de Jota Jota, que en definitiva, se llevó una victoria impensada e inmerecida, que ni el más fanático hincha del "celeste" de Loma Hermosa pudo imaginar.

DOMINIO ABSOLUTO

Cambaceres dominó durante todo el partido. Arrancó ganando con un cabezazo de Adrián Jones, a los 16 de la parte inicial. Y después de esa conquista, generó no menos de diez situaciones propicias, pero que no pudieron cristalizarse debido a los palos, a la descollante labor del "uno" visitante, Peranic, y a la mala fortuna de los delanteros del Rojo.

Sin embargo, y dentro del dominio que generó el local, Urquiza logró alcanzar el empate (impensado por cierto), a través del defensor Randulfe.
El partido fue de ida y vuelta. Y si bien Cambaceres fue dueño de las acciones, la visita, con más ingenio que otra cosa, también llevó peligro y puso en aprietos en más de una ocasión a la defensa y a Arias Navarro.

Camba, que necesitaba de la victoria, no mereció sufrir tanto. Hizo un pressing asfixiante sobre la salida de Urquiza, le copó la parada en el medio con inteligencia, y arriba, tanto Benítez como Naser y compañía, tuvieron los espacios necesarios para generar una y otra ocasión de gol. Inclusive, la jugada en la que todos gritaron gol, pero que no fue.

LA JUGADA INCREIBLE

Sobre los 35 llegó el "blooper" de la tarde. Arias Navarro controló el balón, y sacó en forma baja y recta hacia adelante, con tanta mala fortuna que en el camino encuentra a Emiliano Carreño; la pelota que rebota en la espalda del zaguero y pasa por encima del arquero del Rojo, para meterse dentro del arco, como pidiendo permiso. Era el segundo gol de Urquiza.

A partir de allí, el equipo se desmoronó en lo anímico. Y si bien al encuentro le quedaban más de diez minutos, puso toda la carne en el asador para alcanzar al menos el empate, pero entre los palos, las atajadas de Peranic y las salvadas (tres) sobre la línea, se lo impidieron.

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