Ladrones de pico y pala

Por ALEJANDRO CASTAÑEDA

La albañilería al servicio de la delincuencia es el dato de este verano tan caliente. El lunes, casi en paralelo con el golpe boquetero al Banco Provincia del barrio Belgrano, ladrones asaltaron otra sucursal de la entidad, la de Pablo Podestá, en el partido de Tres de Febrero, y robaron unos 4.000 pesos en monedas. Evidentemente, el ministro Arlía y el gobernador Scioli alardean tanto con la mejora en la recaudación, que los muchachos apuntan al Provincia. Desde la Policía informaron que este robo se produjo en la sucursal ubicada en el cruce de la ruta nacional 8 y la avenida Primero de Mayo, en el oeste del Conurbano. Los ladrones rompieron una de las chapas del techo, bajaron hasta el sector donde hay una caja y, tras violentarla, se llevaron alrededor de 4.000 pesos en monedas. Menos estudiosos que sus colegas del barrio Belgrano, los cacos de Pablo Podestá ni siquiera precisaron un feriado largo. Está tan fácil la cosa, que utilizaron más audacia y menos ingeniería: treparon por un parecita, llegaron al techo, rompieron una chapa y listo.

Los dos casos confirman algo que decíamos ayer: que los bancos están demasiado desguarnecidos, que no se compadecen las fortunas que deberían custodiar con las pocas precauciones que adoptan. En estos tiempos de sensores celosos y super sofisticados, sorprende que el sistema de alarma no se haya puesto a la altura de una delincuencia tan capacitada. También la policía deberá ajustar mejor el protocolo de sospechas a la hora de descifrar alarmas. Y si no, ¿por qué no contratan a algún jubilado que trabaje de sereno en los feriados largos?

Es curioso que a los bancos se les pasen por alto semejantes atracos. Justo a ellos, que tienen los sensores más que alertas para detectar atrasos, punitorios y hasta el mínimo saldo deudor. Si aplicaran igual celo para cuidar lo ajeno, los boqueteros no tendrían chance. Ya que cobran tanto por alquilarte una caja de seguridad, entonces que tomen los recaudos indispensables para que la sufrida clientela no corra peligro. ¿O habrá que ir a retirar el reloj de oro del abuelo cada vez que llega un feriado largo? Como la especialidad de los atracadores de cajas de seguridad es penetrar en los subsuelos, ¿por qué no llevan los cofres al entrepiso? En estos días de boqueteros infalibles puede ser atinado ponerlos lejos de los cavadores. Que entren por la medianera si se animan, pero no dejar los valores ajenos a tiro de pico y pala.

El verano, como se ve, arrancó con algún traspié para la sufrida policía. El otro suceso misterioso de la primera semana es la rara desaparición del helicóptero que partió el domingo desde Brandsen. Por favor, que no manden a buscarlos a la dotación que rastreó el auto de la pobre y olvidada familia Pomar.

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