Chicos en peligro y gente rara

Por

Alejandro Castañeda

EL CODIGO DEL MIEDO, de Boaz Yakin.- Es una de esas películas de acción que necesitan apenas un pretexto argumental para poder desplegar un desfile interminable de puñetazos, balazos y persecuciones. En el centro está una nena china capaz de recordar para siempre una cifra de treinta dígitos, la combinación clave para llegar a una caja fuerte repleta de billetes. La mafia china la protege y los rusos la persiguen. Ella escapa y conocerá a un vagabundo que está de vuelta de todo y que decide salvarla cuando ve que los asesinos de su esposa andan detrás de la memoriosa. Y bueno, lo de siempre: ellos dos, huyendo por todo New York, perseguidos por los rusos, los chinos, la policía corrupta y un poder político que hace la vista gorda. Nada nuevo, pero bien servido. Jason Statham está muy bien. Y el filme tiene suspenso, espectacularidad, corridas y salvadas sobre la hora. Un filme de género que no decepciona (*** BUENA) .

OTRO NENE EN APUROS

VACACIONES EXPLOSIVAS, de Adrian Grunberg.- Retorno de Mel Gibson, un actor que sufre mucho en las películas, pero más en la vida real. Aquí anda a los tumbos en una cárcel-pueblo mexicano. Una comarca donde da miedo hasta dormir la siesta. Allí se topará con un nene de 10 años que cuando sea grande deberá morir para trasplantarle su hígado al mafioso del lugar. Panorama desolador para Mel: sobrevivir, esquivar mafias, salvar al nene y jugarse unas fichitas a manos de la mami del nene. Opera prima de un portorriqueño (de padres argentinos) que tiene mano firme para dirigir esta película vertiginosa, taimada, cruel. Pero los personajes están bien dibujados y la acción no decae en esta violenta historia que habla de redenciones y de segundas oportunidades. (*** BUENA).

PORTERO DE RIESGO

MIENTRAS DUERMES, de James Balaguero.- Un portero de doble vida. El tipo vive obsesionado con una linda vecinita del quinto. De día atiende el edificio. Pero de noche se olvida del consorcio y da rienda suelta a sus perversas fantasías. La historia al comienzo funciona: es oscura, austera, misteriosa, pero después se repite, se torna forzada, incluso suena muy efectista la presencia de esa inquietante nenita (¡otra más!), que será la dueña de esos secretos inconfesables y que le agrega una falsa subtrama a un film con mucha truculencia y poco ingenio, que promete ser sugerente, pero sólo es retorcido. (** ½)

GENTE SUFRIDA

360, de Fernando Meirelles.- Es una historia coral, de esas con varios personajes y varias historias que a veces se cruzan. Pero el género exige sutilezas, fino poder de observación, un guión concentrado. Aquí el talento y el rigor, escasean. La idea de sumar historias forzando algún punto en común, no sirve. Las criaturas del siempre efectista Meirelles son seres casi derrotados que pasean sus amores penosos por Viena, Paris, Londres. Engaños, rechazos, escapadas, casualidades: un padre que busca a una hija, una novia que quedó sola, un chofer con odio, una esposa con ganas de probar, un odontólogo medio lenteja, un matrimonio en crisis. Por lo menos Rachel Weisz se las ingenia para hacer valer su talento en este melodrama pocos sustancioso, algo artificial y bastante inflado. (*** BUENA)

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