Un cínico con una doble personalidad, el secuestrador de las 3 mujeres

GLOBOS Y PELUCHES DE BIENVENIDA EN EL FRENTE DE LA CASA DE AMANDA BERRY, EN CLEVELAND

CLEVELAND.- Ariel Castro (52), de origen puertorriqueño, fue acusado ayer formalmente de secuestro y violación por el rapto de tres mujeres mantenidas en cautiverio durante una década en Cleveland (norte de EE UU), según anunciaron las autoridades.

Castro está acusado de haber violado a Amanda Berry, Gina De Jesús y Michelle Knight durante el tiempo que las mantuvo encerradas en su casa, se indicó desde la fiscalía. Los hermanos de Ariel Castro, Pedro (54) y Onil (50) también detenidos el lunes, no enfrentarán cargos por el momento. “No hay nada que nos lleve a creer que estuvieron involucrados o que tenían conocimiento de esto”, afirmaron fuentes policiales.

Ariel Castro enfrenta cargos por el secuestro de De Jesús, Knight y Berry y de la hija de seis años de ésta última, quien nació en cautiverio.

Las autoridades revelaron que las tres mujeres nunca abandonaron la propiedad del acusado hasta que fueron rescatadas el lunes a la noche, y se estima que tan sólo se les permitió dejar la casa en dos ocasiones en esos 10 años, para ir al garaje de la vivienda aunque disfrazadas.

Ariel Castro era un hombre con doble cara, según la información divulgada: por un lado un músico amante de los autos, pero por el otro una persona que golpeó a su ex esposa e hijos durante años. Este antiguo chofer de transporte escolar está acusado de haber tenido en cautiverio a las tres mujeres en una casa de su propiedad, dos pisos y cuatro habitaciones, ubicada en una zona de clase media de Cleveland (Ohio).

Castro, quien en el porche de su casa mantenía ondeando una bandera de Puerto Rico, proviene de una familia que emigró de la isla caribeña tras la Segunda Guerra Mundial a Cleveland, en ese entonces un emporio industrial. Su padre, Nona Castro, fallecido en 2004, dirigía una casa de ventas de autos usados, mientras que su tío Julio “Cesi” Castro, de 78 años, sigue siendo un pilar de la comunidad hispana de la ciudad.

La reputación de Ariel Castro en el barrio donde vivía era buena. “Vivo acá desde hace un año. Hice asados con este hombre. Comimos con salsa como música de fondo”, contó a la TV Charles Ramsey, el vecino que ayudó a Amanda Berry a escapar. Ramsey también recuerda haber visto a Castro en su jardín jugando con perros, o reparando autos y motos.

Pero Julio Castro dijo que su sobrino se aisló de la familia luego de la muerte de su padre en 2004, el año en que De Jesús desapareció, un año después del secuestro de Berry y dos años más tarde de que Knight fuera vista por última vez. “Quizás era el tipo de persona que vivía dos vidas”, expresó Julio Castro a la cadena CNN.

En 2005, la ex esposa de Castro, Grimilda Figueroa, fallecida el año pasado, había alegado ante un tribunal de familia que Castro “frecuentemente secuestra” a las dos hijas de la pareja, Emily y Arlene “y las mantiene alejadas de su madre”. Figueroa había denunciado hechos de violencia que le dejaron en diversas ocasiones la nariz o una costilla rota, el hombro dislocado o un coágulo de sangre en el cerebro, y pidió al juez en su momento que “inste (a Castro) a cesar en sus amenazas de muerte”. El hijo de la pareja, Anthony Castro (31), actualmente banquero en Cincinnati, afirmó al diario británico Daily Mail que su madre abandonó la casa con los tres hijos en 1996 tras años de abusos. “Yo también fui golpeado”, dijo.

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