Néstor Kirchner, La Película de Paula de Luque vs. Néstor Kirchner, La Película de Israel Adrián Caetano


“Pero va ser como ayer, vas a ser.

Oh tan grande como un Dios,

Yo voy a verte.”

Tan grande como un Dios. Gabriel Fernández Capello

 

Tener una relación con Dios es bastante difícil. ¿Cómo entender, nosotros seres inacabados, a un ser perfecto, o peor aún, cómo podría él entendernos e interactuar con nosotros, una existencia tan alejada de nuestras realidades imperfectas? Con el caso de Jesús y otras religiones Dios estuvo astuto. Al ver que la gente se le descarriaba mandó a un dios más copado, o sea, humano; que se equivoque, que falle, que dude. De esa manera resurgió su creencia y su iglesia.

En Néstor Kirchner de Paula de Luque de entrada nos enteramos que la película trata de un ser supremo, muy solidario, como así lo demuestran los testigos con una estética publicitaria o al mejor estilo Iglesia Universal para seguir con la analogía, más allá de , esta vez, su evidente veracidad.

En cambio, la película de Caetano (siendo solo un boceto) empieza con una clásica duda humana. ¿Quién era este tipo? ¿Este tipo, que se tropieza torpemente en la nieve, que empuja un auto lejos de los flashes, llegó a ser presidente? ¿Este ser humano que nadie conocía, que no se sabía ni cómo se escribía su nombre, pudo ser y será tan reconocido? ¿Un ser con una “mirada vulnerable y de tal vez  un poco de temor” en su asunción, será presidente de uno de los períodos de más crecimiento en nuestro país?

Por ejemplo, en una escena vemos en un plano detalle la mirada desordenada y débil de Kirchner. Muy lentamente el encuadre se empieza a abrir, mientras escuchamos un discurso de fondo y esta mirada se va transformando en poderosa y vigilante ya que notamos que en realidad está relojeando nada más y nada menos que al presidente de los Estados Unidos, George Bush. Aquí, gracias a la construcción específicamente cinematográfica entramos amablemente al juego y nos acercamos al hombre. Donde el testimonio era una afirmación aquí el leguaje del cine se vuelve argumento. Caetano nos lleva necesariamente del humano al mito a través de su arte.

Por eso será que nuestro Dios argentino del fútbol el mismo día en que hizo el mejor de sus milagros haya cometido una de sus faltas más recordadas. Para que lo acompañemos, para que sea nuestro, para que creamos en él, para que sea Gente Querible.

 

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