Clásico 150: empate polémico
Edición Impresa | 23 de Septiembre de 2013 | 00:00
A ninguno de los dos, por distintas circunstancias que se fueron produciendo a lo largo de los 90 minutos (las incidencias estuvieron a la orden del día), le cayó bien el empate (1-1) precisamente por eso, lo que se fue gestando a partir de los fallos del árbitro rosarino Saúl Laverni que, en su debut en un derby platense, se fue con su mochila cargada de reproches y críticas.
Hubo goles, emociones, piernas fuertes, muchas -demasiadas- exageraciones por parte de los protagonistas, y pitazos erróneos de un árbitro que trató de sacar adelante el partido sin llegar a ser drástico, y en el momento de serlo tuvo la desgracia de equivocarse, como ocurrió en la jugada clave del clásico, que derivó en el gol del dueño de casa.
Hacia adentro, albirrojos y albiazules buscaron luego de no cargas tanto las tintas sobre el árbitro y hurgaron más en sus propios errores o limitaciones como los responsables del porqué no pudieron quedarse con el festejo grande en el clásico 150 del profesionalismo.
Y para el Pincha las cosas no le funcionaron del todo bien. Es más, no pudo escaparle a la medianía en que transita actualmente, y con Verón en cancha y sin Verón en cancha, nunca pudo encontrar un funcionamiento colectivo que le permitiera torcerle el brazo a un rival que lo sorprendió con su gran carácter y oficio.
Así, pareciera que fue un partidazo. Pero no ocurrió así. Primero arrancó muy mal con unos inoportunos papelitos que se arrojaron a la cancha y que obligó a que, para sacarlos, a que el partido arrancara varios minutos después.
Después la pierna fuerte y las exageraciones y esa actitud “moderadora” de Laverni lo que arrimando a un peligroso precipicio. La lesión de Verón, el gol del colombiano Correa, y esa ya entronizada -en todos, los que están adentro y los que lo ven desde afuera- de pedir penal o tarjeta ante cualquier acción en donde se viera perjudicado su equipo. Y, se sabe, lo que pinta, al final, madura. Las cosas se descarrilaron en el segundo tiempo.
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