Enrique Bunbury se reencontró con su público argentino

Enrique Bunbury se reencontró anoche con sus fanáticos argentinos, fue nada menos que en el mítico estadio porteño Luna Park, en el marco del cierre de la gira latinoamericana presentación de su nuevo álbum, "Palosanto".

El show que ofreció el cantante español comenzó a las 21.15 y desde antes del primer acorde quedó marcado por la gran apuesta audiovisual que complementó el vuelo poético que propuso en su último trabajo discográfico.

El romance con el público argentino logró anoche picos de exaltación con dos interpretaciones de Héroes del Silencio, la banda que lo ubicó como uno de los precursores del rock en España y que cosechó elogios en todo el mundo.

Se trató de una versión lenta de "Deshacer el Mundo" y otra de "Apuesta por el rock´n roll", ésta última entonada por una de las grandes sorpresas de la noche, Andrés Calamaro, quien también cantó el tango "Cosas Olvidadas".

El otro gran invitado fue Manuel Moretti, de Estelares, que le puso voz a "Puta desagradecida", del álbum "El Tiempo de las Cerezas", que Bunbury grabó a dúo con Nacho Vegas.

Con respecto a "Palosanto", las gradas atiborrada de gente que llegó desde todo el país deliraron con la crítica política de "Despierta" y "Destrucción masiva", aunque hubo instantes de contemplación con canciones como "Más alto que nosotros solo el cielo" y "Salvavidas", momento en el que la pantalla gigante al fondo del escenario evocó a grandes exponentes de la literatura argentina.

No faltaron clásicos como "El viento a favor", "Lady Blue", "Infinito", "Que tengas suertecita", "De todo el mundo", "El Hombre delgado que no flaqueará jamás", "El rescate", "Los Habitantes", "Frente a frente", "Sí" y el "Club de los imposibles".

Para la anécdota, en un intervalo del show, Bunbury envió "un abrazo a los hermanos que fueron a ver al Indio Solari" a Gualeguaychú y comentó que "todos quisiéramos estar ahí".

Con un protagonista efusivo y predispuesto en cada segundo del show, como de costumbre, el reencuentro bunburysta duró casi dos horas y media que pasaron "volando". Los fanáticos quedaron con el eco de su voz a la espera de un pronto regreso