Lagomarsino, apuntado por un tuit anti K

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner, al hablar ayer por cadena nacional desde la Casa Rosada, se refirió a Diego Lagomarsino (38), el técnico informático que le prestó a Alberto Nisman el arma Bersa calibre 22 de la que salió el disparo que mató al fiscal y único imputado por esa causa.

Sin nombrarlo, Cristina dijo que “los insultos de los mediocres nunca me importaron ni me importarán jamás”. Lo hizo en referencia, según explicó la Presidenta, a un tuit que escribió “un empleado del Poder Judicial”, a quien no mencionó.

“En el tuit no me decía Cristina, como me dicen los que me quieren o apenas me tienen respeto; me llamaba por un nombre que no voy a repetir. Y me decía: te podés ir al lugar por el que nacemos todos los seres humanos, de mi mamá. Y agregaba, en forma inmediata, sos una hija de una señora que se gana la vida de la mala manera, y finalizaba: punto, amen. Eso es lo único que puede reproducirse del tuit. El que lo escribió es un empleado que está en el Poder Judicial, y jamás se me hubiera ocurrido decirle cállese la boca o demandarlo, y curiosamente era por las leyes de la democratización de la justicia. Es como digo yo, en la Argentina todo tiene que ver con todo”, afirmó la Presidenta.

Los dichos de Cristina coinciden con lo que Lagomarsino, a quien el Gobierno señala como sospechoso por la muerte del fiscal, escribió el 8 de mayo de 2013 en su cuenta de Twitter.

“Por ciertos acontecimientos de hoy tengo ganas de decir: Kretina andate a la concha de tu putísima madre hija de puta! Amen. Diego Lagomarsino (@lagrancaruso) Mayo 9, 2013”, decía el tuit al que aludió la Presidenta.

La Presidenta ya había apuntado contra Lagomarsino el lunes pasado, cuando también por cadena nacional dijo sobre el informático: “Esta persona es un feroz opositor al Gobierno, pudimos ver en su Twitter las groserías, esos insultos dirigidos a la persona de la Presidenta de la República, que no voy a reproducir”.

En esa oportunidad, la mandataria también insistió en destacar el vínculo de “intimidad” que existía entre el fiscal y Lagomarsino. Cristina remarcó que fue el técnico informático la última persona que vio al fiscal antes de su muerte. La “última persona que lo vio con vida y que además era de su íntima confianza, de su íntima amistad”.