La dama del metal

Pedro Garay

El ghetto metalero celebrará el próximo 11 de noviembre el regreso a nuestra ciudad de una estrella del firmamento del metal sinfónico que los argentinos ya sienten propia: Tarja Turunen, ex vocalista de Nightwish que ha construido una exitosa carrera fuera de la agrupación que dejó en 2005, nació en Finlandia, pero, cuando no está girando por el mundo, vive en nuestro país junto a su marido, Marcelo Cabuli.

Su última gira, de hecho, la tiene lejos de casa hace casi dos años, y es la misma que presentará en La Plata en la fecha señaladas, desde las 20 en la Sala Opera, 58 entre 10 y 11: “Colours in the dark Tour” trae la presentación de su último álbum, aunque, claro, avisa Tarja que “voy a tocar canciones de mi carrera también y cantaré algunas canciones de mi próximo disco de rock, por lo que la lista de temas será algo diferente de la que mis fans ya han escuchado el año pasado”.

“La banda que llevo a La Plata es también muy diferente, porque está armada con algunos músicos de rock argentino. Vamos a rockear como nunca antes”, se entusiasma la finlandesa, adorada por los metaleros por su gélida belleza nórdica y una voz potente producto de sus estudios clásicos.

La voz operática combinada con la música de su ex compañero de clase Tuomas Holopainen, con quien fundó en 1996 Nightwish, se convirtió de hecho en el sello de la agrupación finlandesa que influenciaría a tantas formaciones en los albores del nuevo milenio.

Producto de su trasfondo lírico, de hecho, durante mucho tiempo se sostuvo el mito de que su espectacular voz se debía a que tenía un rango vocal de tres octavas, pero Tarja afirma que “eso es algo que alguien ha inventado. No tengo el rango vocal de tres octavas, incluso si pudiera vocalizar en tres octavas, no significa que pueda cantar propiamente dentro del rango”.

LOS AÑOS DE NIGHTWISH

“Los años con la banda fueron muy importantes para mi, crecí dentro del grupo como una mujer, viajando y realizando shows en todo el mundo. El trabajo que realicé con la banda me dio la oportunidad de tener una carrera propia como cantante de rock. Aprendí enormes cantidades sobre mi misma y sobre la vida con la banda”, recuerda de aquellos años dorados.

Pero también, recuerda, había complicaciones: “No fue fácil continuar mis estudios en la Universidad mientras la banda se hacía conocida y comenzamos a realizar muchas giras. No había nadie que me ayude con mi voz, con la banda, pero necesitaba encontrar mi propia manera de cantar las canciones de la banda. Continué tomando clases de cantante lírica, porque sentí que si mejoraba, me ayudaría a cantar mejor los temas de rock”, recuerda aquellas correrías de juventud Tarja.

De hecho, producto de diferentes intereses y sobre todo, diferencias de opiniones nunca del todo aclaradas, Tarja y Nightwish separaron sus rumbos en 2005 de manera menos que amigable, a tal punto que dice la finlandesa que “no he estado interesada en escuchar la música de la banda luego de dejarla”.

“El hecho de que sea siempre recordada como la primera cantante de la banda no cambiará dentro de los fans que me conocieron en ese tiempo, pero yo he dado vuelta la página hace mucho tiempo y no necesito pensar nunca más en mi pasado”, afirma tajante.

HORIZONTES EXPANDIDOS

Fuera de la banda que inició su carrera, los horizontes se ampliaron para Tarja, que se dedicó durante algunas temporadas al canto lírico, presentándose en prestigiosos teatros europeos, a la vez que comenzó a componer sus propias canciones, que resultaron en su primer disco, “My winter storm”.

Sus cuatro álbumes hasta la fecha comparten el deseo de la vocalista de expandirse por fuera de las fórmulas del metal e incorporar elementos de la música clásica y otras influencias: tal es el deseo expansivo de la finlandesa que prepara para el futuro un álbum “basado en electrónica, música chill-out relajada, mis voces y las guitarras de rock clásico”, del cual será parte Walter Giardino.

Han sido diez años en la ruta para Tarja, viajando por el mundo en extensos tours por los cinco continentes, algo que, avisa, podría comenzar a cambiar debido a que, desde hace tres años, es madre de Naomi.

“Empecé a realizar tours con Naomi cuando tenia 4 meses y no hemos parado desde ese momento. En el futuro, esto seguramente cambie, cuando empiece la escuela. Yo realizaré giras mas cortas, así podré apoyarla en sus estudios, pero seguiré viajando “hasta mi último aliento”, como dice una de mis canciones”, explica Turunen. ¿El motivo? “Viajar es cansador, pero al mismo tiempo gratificante. Los conciertos y los fans son los principales que me hacen seguir. La presión y el nivel de estrés es alto, pero cuando miro a mi hija, que viaja conmigo a todos lados, y veo lo feliz que es, me olvido de las pequeñas preocupaciones. Ella ha sido una bendición en la vida para mí”.