Para Aníbal, las huelgas son por el año electoral

El Gobierno nacional atribuyó ayer la seguidilla de huelgas que diversos gremios realizan por estos días al año electoral en el país, que culminará en octubre con los comicios presidenciales.

“No tengo dudas”, respondió ayer el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, al ser consultado por periodistas sobre si las reiteradas convocatorias a medidas de fuerza sindicales tenían motivaciones electoralistas.

El jueves, el gremio de los camioneros, encabezado por el opositor Hugo Moyano, convocó una huelga con movilización para el próximo 4 de junio.

El día 9, Moyano y dirigentes de otras alas opositoras de las dos centrales obreras, la CGT de Luis Barrionuevo y la CTA de Pablo Micheli, realizarán asimismo junto a todos los sindicatos del transporte una huelga general.

Fernández reclamo ayer a los dirigentes sindicales “seriedad” en sus reclamos y “no perjudicar a los trabajadores, por encima de las discusiones propias de lo electoral”.

Además volvió a negar que el Gobierno le haya impuesto a los empresarios un tope de aumento y aseguró que los límites a las alzas que se están negociando los impone la propia economía.

“Las paritarias son libres, con lo cual no va a haber por parte del Estado una definición específica del porcentaje al que se tiene que arribar. El límite lo pone la economía porque si el aumento que se está pidiendo va a impactar sobre los precios, entonces ese beneficio circunstancial para el gremio va a terminar siendo una complicación para el resto de los trabajadores”, sostuvo.

calo y el 27%

En tanto, el secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y titular de la CGT oficialista, Antonio Caló, reconoció que el aumento logrado por su gremio del 27,8 por ciento “no era” el esperado, pero afirmó que “no había otra cosa en este momento”.

Sin embargo, Caló resaltó además que el aumento “es del 36,4 por ciento” para “50 ó 60 mil trabajadores” por la eliminación de la categoría más baja del convenio.

“Las discusiones paritarias siempre son duras. Empezamos con una oferta del 22 por ciento, del 24. Después llegamos a una oferta del 27,8 por ciento, que no era lo que añorábamos, pero era lo mejor que podíamos conseguir. No había otra cosa en este momento”, justificó el dirigente de la UOM, que había amenazado con un paro de 36 horas.