Tras el paro reabrieron los bancos y hubo trastornos con las jubilaciones

La atención al público en los bancos se normalizó ayer después de que los trabajadores del sector llevaron a cabo un paro de actividades por 48 horas en el marco de la negociación paritaria que el gremio La Bancaria lleva adelante con el Gobierno nacional.

Desde el viernes pasado no había actividad en el sector. Por eso ayer a mañana, antes del horario habitual de apertura de los bancos, cientos de personas ya hacían fila frente a distintas sucursales de la Ciudad para ser atendidos cuanto antes.

Quienes se llevaron la peor parte fueron los jubilados, que en algunos casos debieron soportar colas de hasta tres horas para poder cobrar sus haberes.

Desde antes de las 08.00 nutridos grupos de jubilados y pensionados hicieron fila frente a las principales entidades. Esa postal se pudo ver, por ejemplo, en el Banco Provincia de la avenida 7, donde la cola se extendía en ese horario a lo largo de una cuadra.

Encima, durante algunas horas una falla en el sistema informático del Banco Provincia hizo que se retrasara la acreditación de las jubilaciones en las cuentas de los beneficiarios (ver recuadro).

Ayer a la mañana donde más se percibieron las consecuencias del cese en las actividades bancarias -fueron cinco días, entre el fin de semana, el feriado del 25 de mayo y los dos paros- fue en las sucursales donde se pagan las jubilaciones y pensiones. En las entidades de calle 6 entre 46 y 47; 58 entre 11 y 12; 7 entre 41 y 42 y 13 entre 58 y 59, donde perciben los jubilados perciben sus haberes, se vieron colas toda la mañana.

Tras sacar número o identificarse, muchos adultos mayores optaban por aguardar su turno afuera de las sucursales, ya que a esa hora estaban colmadas.

“Uno sale afuera porque adentro hay demasiada gente; está lleno y no hay donde sentarse”, comentó Ramón José, jubilado del barrio San Carlos que esperaba su turno sentado en la vitrina de un negocio.

Para el resto de los clientes se registraron algunas demoras. No obstante, la jornada estuvo lejos de presentar tan caótica como lo hubiera sido si se tratara de una fecha en la que se acumularan vencimientos y cobros.

La asistencia de clientes a los cajeros automáticos para extraer dinero fue constante aunque en ningún momento las terminales de expendio colapsaron.