Gimme Danger y en Busca del Muñeco Perdido en el 31ºFestival Internacional de Cine de Mar del Plata
| 24 de Noviembre de 2016 | 00:00

Gimme Danger de Jim Jarmusch
Jim entrevista a Jim (porque esta vez no es Iggi Pop, es Jim Osterberg). Sí, es la historia de The Stooges contada por Jarmusch. Ilustrada de manera totalmente irracional con un foundfotage delirante. Los Stooges, la banda de Detroit de finales de los '60, según Jarmush, lo iniciaron todo. La mejor banda de rock para Jarmusch, la banda que ayudó a destruir los ‘60 para Iggi.
En los inicios parece que ya todo estaba desbordado y descontrolado. Uno se pregunta cómo hicieron los productores para controlar a esos adictos adolescentes y lograr que grabaran un disco. Es que el rock and roll estaba allí, habitaba (o había poseído) esas almas. Los hermanos Asheton (batería y guitarra) inventaron un nuevo sonido gracias al baile demencial de Jim Osterberg. Gimme Danger desde su comienzo se encarga de decir que esto se trata de otra historia triste. Perdedores que revolucionaron el rock and roll pero que nunca fueron reconocidos. Ya que después de algunos años fugaces y 2 discos sin mayor repercusión la banda se separó. Unos años después tuvieron una segunda oportunidad de la mano de David Bowie. Pero rápidamente la banda se disolvió de nuevo y con ella los méritos de haber inventado un estilo renovador. Pero el tiempo que castigó a Los Ramones con su reconocimiento póstumo, fue más piadoso con Los Stooges. Por eso esta historia se vuelve emocionalmente heroica. Con un Iggi Pop casi intacto, y a pedido del público, se juntarán por tercera vez, volverán a tocar después de 30 años y seguirán su camino. Ya que todos los caminos conducen a The Stooges.
En Busca del Muñeco Perdido de Hernán Biasotti y Facundo Baigorri
En Busca del Muñeco Perdido trata sobre Fito y sus amigos de la ciudad de La Plata. Éstos se proponen, como siempre en época de fiestas, quemar su gran muñeco de fin de año, costumbre platense innegable. El problema surge cuando, esta vez, descubren que les han robado el preciado muñeco. Así es que recorrerán la ciudad enfrentándose a todo tipo de pandillas (“Los hijos de Pitágoras”, “La comunidad del Charuto”, “La orden de las Camisas”, etc) para poder recuperarlo. Además sucede que, en realidad, estos amigos son un grupo de perdedores, denominados “los suplentes” ya que de chicos no podían ni formar parte del equipo titular del club de fútbol del barrio.
Pero a mí no me engañan. A este grupo de amigos platenses realmente no los apasiona el fútbol, sino el cine. Esta comedia de humor absurdo, única, ya que nadie en Argentina se hace cargo de este género cinematográfico, está en busca del cine perdido. Como Steven Spielberg, que decía que hace películas que le hubiera gustado ver de chico, o como dice Mariano Llinás sobre La Flor: “volver a ciertos ecos que se han vuelto poco habituales en el cine”; En Busca del Muñeco Perdido sale a cazar películas como Top Secret, ¿Y Dónde está el Piloto?, Locos del Aire y lo mejor de Mel Brooks. Por eso será la pandilla de “Los Rebobinadores” los que traigan un poco de luz a este misterio. Así es que esta heroica búsqueda se convierte también en nostálgica. Con la comedia pop intacta, y a pedido del público, en el Festival de Mar del Plata se pasará En Busca del Muñeco Perdido por tercera vez, mientras esperamos que estos proyectos sigan su largo y radiante camino.
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