Debe intensificarse la lucha contra el flagelo de la trata de personas

Las nuevas estadísticas dadas a conocer sobre el tema de la trata de personas en nuestro país replantearon la necesidad de que se profundicen estrategias destinadas a combatir un problema social tan grave como lo es la prostitución, reflejada en sus diversas modalidades.

En ese contexto y en el del día internacional contra la explotación sexual y la trata de personas, de reciente celebración, el ministerio de Justicia nacional acaba de informar que desde abril de 2008 hasta agosto de este año fueron rescatadas 4917 víctimas de las redes de las organizaciones criminales que se enriquecen obligándolas a prostituirse. En lo que va del año, la PNR recibió 823 denuncias de explotación sexual y rescató a 195 víctimas.

Los especialistas aludieron a los esfuerzos que, evidentemente, se han realizado en los últimos años para enfrentar el flagelo de la trata de personas. Se aludió a que, desde que se sancionó la ley de trata en 2008, cambió la forma en la que se asiste a las mujeres forzadas a hacer trabajos sexuales, a la vez que hoy no se considera a las mujeres victimarias ni autoras de un delito cuando son explotadas.

En otro orden, la crisis de la familia, la pobreza extrema y la falta de acción de los organismos públicos responsables han terminado por originar una “liberalización” que, entre otras cosas, se manifestó en la presencia en las calles cada vez más acentuada de mujeres muy jóvenes y aún adolescentes en el ejercicio de la prostitución. Y simultáneamente proliferaron los prostíbulos que, por su carácter de “legalmente clandestinos”, no estaban sujetos a un mínimo control ni siquiera en relación a la posible presencia de menores.

Todo esto -muy conocido donde debe ser conocido, según se sospecha- ocurre ante una indiferencia que resulta por lo menos llamativa. Los distintos poderes y organismos del Estado no pueden seguir fingiendo que ignoran lo que ocurre hasta en las calles e inmuebles ubicados en la zona céntrica de la capital de la provincia de Buenos Aires a la vista de todos los habitantes. Porque esa actitud los convierte en cómplices. De allí que resulten auspiciosos todos aquellos operativos que concluyen en la clausura de estas casas.

Según especialistas, la provincia de Buenos Aires es un área crítica en lo que hace a la trata de mujeres, considerándosela lugar de origen, tránsito y destino de las afectadas. Presuntos castings de modelos, promocionados a través de afiches en las calles, integran los distintos modos de captación de mujeres, calificándose como puntos candentes de destino a la costa atlántica y a las rutas del petróleo, de la soja y de la droga, que son aquellos lugares que concentran el mayor consumo de prostitución.

Es bien sabido que las mujeres son las que más sufren este problema, pues en muchos casos se les promete un trabajo lícito y luego son obligadas a ejercer la prostitución. En el caso de los menores de edad, se entiende que se comete el delito aun cuando existiera el consentimiento de la víctima.

En los últimos años esta modalidad se ha visto notablemente agravada, a raíz del auge del denominado turismo sexual que tiene a los menores como objetos de este ignominioso tráfico. Combatir a este flagelo exige los máximos esfuerzos. Pero acaso el principal de ellos pase por la toma de conciencia interior, en cada una de las personas, y a partir de allí enhebrar desde el Estado políticas que no sólo repriman el delito sino que asistan a las víctimas y les devuelvan dignidad y condiciones de libertad que les permitan elegir una mejor calidad para sus vidas

Buenos Aires
calles
delito
Justicia
menores
personas
prostitución
sexual
trata
víctimas

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE