La indignación de los defensores

“Yo lo vi cianótico, tenía toda la cabeza uniformemente cianótica. No descartamos que haya muerto por asfixia con una almohada, que no deja rastros. Nadie se muere (en forma natural) durmiendo en una celda”, opinó el abogado Daniel Mazzocchini, aunque reconoció que su defendido, Federico Jurado, “no tenía golpes o marcas”.

El abogado apuntó al fiscal Martini y a la jueza Garmendia por haber rechazado días atrás un hábeas corpus presentado en favor del ex comisario, por considerar que la detención “se ejecutó sin notificar a los defensores y sin aguardar la firmeza de la decisión”.

“Nosotros le habíamos requerido a la jueza Garmendia un hábeas corpus, pidiendo que no lo trasladen, que los dejen en El Pato (por la comisaría de esa localidad), pero ella no hizo lugar”, se quejó. Para el abogado, los acusados deben esperar el proceso judicial en libertad hasta que haya sentencia firme y consideró que este caso tiene “connnotación política”. Además, Mazzocchini cuestionó que sea “el mismo fiscal que lo metió preso el que está haciendo la autopsia”.

Oscar Salas, que asiste a cinco de los nueve imputados, confió a este diario que “el lunes insistimos con el pedido de arresto domiciliario y nos dijeron que tenemos que esperar las pericias psicológicas”, lo que “puede demorar más de cuatro meses”, porque “la Asesoría Pericial está atiborrada y hay un solo psicólogo”.

“Así como correspondía la libertad de Mariano Bruera, también corresponde la de mis defendidos, que llevan detenidos un poquito más de tiempo”, analizó. Calificó a la causa como un “bochorno provincial” y denunció que “muchos fallos son más políticamente correctos que jurídicamente justos”.