“Era una persona de bien, no se merecía esto”, dijo la hija del albañil asesinado

Dolor y tristeza. Esas sensaciones se palpaban ayer en la vivienda del barrio El Carmen de Berisso, donde vivía Martín Lescano Santa Cruz, el paraguayo de 52 años que el miércoles pasado fue asesinado a quemarropa durante un asalto a pocos metros de su domicilio.

Su hija menor, Zulma, ayer habló con EL DIA y dijo que “era una persona de bien. No se merecía esto”.

La joven lo describió además como “muy trabajador y familiero”, por lo que ahora, desde la angustia más profunda, gritan por justicia y no descartan realizar una movilización en los próximos días, “cuando estemos más tranquilos”, remarcó.

Demás está decir que nadie todavía puede creer cómo Lescano Santa Cruz perdió la vida en un episodio de inseguridad, en 122 y 94, cuando, alrededor de las 18.30, salió con su moto a comprar una cuchara para hacer un trabajo de albañilería.

Sin embargo, por esas cosas que tiene el azar, el hombre se cruzó con dos delincuentes, quienes, luego de sacarle su rodado, lo ejecutaron de un certero disparo.

Por estas horas, mientras la Justicia y la Policía tratan de rearmar el rompecabezas y la escena del crimen, en busca de descubrir quiénes fueron los homicidas (ver aparte), hay las dudas sobre cómo fue la mecánica del homicidio.

La Policía informó que Lescano Santa Cruz recibió un disparo en el pecho, pero la familia también maneja la versión de que le pegaron por la espalda.

PARADOJA

Cuando este diario se presentó ayer en la vivienda de la víctima, donde vivía con la mujer y tres de sus cuatro hijos, María, su prima, mencionó: “Martín decía que andaba en moto sólo de día, porque si lo hacía también de noche corría riesgo de que se la intentaran robar”.

De todas formas, por los imponderables del destino, el asalto que tanto temía ocurrió a plena luz del día, cuando Lescano Santa Cruz creía que estaría a salvo de un ataque delictivo.

La víctima era padre de cuatro hijos: dos varones de 26 y 20 años, y de dos mujeres de 28 y de 26 años.

Pero la joven de 28 años es la única que no vive en esa casa de El Carmen, porque junto con su pareja residen en España, donde el 3 de enero último nació su primer hijo.

Zulma, de 24 años, se acercó entonces a María y reveló que “mi papá al menos tuvo la suerte de haber podido viajar junto a mamá en febrero para conocer a su nietito”.

Enseguida señaló que “fue de las pocas cosas buenos que tuvo este año, ya que venía haciendo changas de albañilería, porque no había podido tener un trabajo estable”.

“Se le había presentado la oportunidad de ser contratado por una empresa para una obra que comenzó en el Camino Centenario. Pero cuando lo detuvieron al `Pata` Medina se le frustró esa posibilidad laboral”, reflejó luego la joven.

Junto con María coincidieron en que, pese a todo, la víctima “siempre andaba de buen humor y le gustaba escuchar música polca paraguaya”.

“Solía los fines de semana ponerla a fuerte volumen para que también la disfrutaran otros paraguayos que viven en el barrio”, agregó la joven.

Zulma además hizo saber que su padre gustaba mucho de “hacer un asado los sábados” para reunirse con familiares.

UN SUEÑO

Luego de quebrarse en llanto al ser saludada por un grupo de allegadas, Zulma hizo saber que “mi papá seguía avanzando en trabajos para terminar de construir esta casa. Pero su sueño era conseguir algo permanente en una empresa para juntar plata y algún día regresar a vivir a Paraguay con mamá”.

“A fin de año pensaba viajar para allá, como lo hacía siempre para las fiestas. Y con todos sus hijos lo hacía cada dos años”, reflejó después.

La chica además recordó nostálgica que “papá siempre nos pedía que nos cuidáramos. Hacía tres ó cuatro años que andaba en esa moto. Antes andaba en bicicleta. Quizás si lo seguía haciendo estaría vivo”.