Cómo cómo y cómo

Secretos de para limpiar paredes, colocar burletes y hasta mantener brillantes las bachas

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Mantener una casa en óptimas condiciones no es tarea fácil. Siempre hay que hacer algún arreglo, reparación y modificación para que las cosas se conserven en buen estado, funcionen y tengan una vida útil lo más prolongada posible.

Es por eso que se recomienda pintar las paredes de exterior cada dos años, al menos, al igual que las aberturas principales de la casa. Tambien es ideal realizar un pulido de los pisos al menos cada 5 o 10 años, dependiendo el material que sean, para recuperar el brillo y color original.

Pero hay algunos mantenimientos que son más cotidianos y que de vez en cuando es necesario hacer, aunque sea tedioso. Para esos quehaceres domésticos que se posponen semana tras semana, damos algunos concejos.

paredes blancas

Lo ideal es que si cae una gota o se mancha, hay que actuar en el momento: con una esponja y un paño seco, limpiar rápidamente.

Si sólo se trata de polvo, tras algún arreglo, se recomienda utilizar un plumero limpio o un trapo seco.

Si las paredes están pintadas con pintura plástica sólo es necesario un poco de agua con jabón y una esponja.

Para paredes empapeladas de color blanco no arriesgarse y usar productos específicos para papel de paredes.

Si la mancha es de algo difícil de quitar o de eliminar como grasa, sangre o aceite, hay que utilizar un poco de amoniaco disuelto en agua con jabón. Se lo aplica con una esponja humedecida y luego se deja que actúe unos minutos para después retirarlo con agua tibia y con la ayuda de un trapo limpio.

Burletes

Los burletes, básicamente, previenen que entren corrientes de aire, manteniendo la temperatura de los ambientes.

Si las ventanas de la casa están mal selladas entrará frío y gastaremos más en calefacción. Para aislarlas bien se puede colocar un burlete de una manera muy rápida y sencilla.

La mayoría de los burletes son de caucho y autoadhesivos. Con sólo pegarlos sobre el marco de la ventana estará hecho el trabajo.

Pero hay que tener en cuenta que antes de colocarlo, se debe limpiar la superficie. Además, hay que tomar la medida exacta de la ventana para cortar el burlete del tamaño justo.

Engrasar puertas

Con el paso de los años, muchas puertas de la casas comienzan a fallar. Desde una cerradura que abre o cierra mal hasta un chirrido de la bisagra cada vez que se abre y se cierra una abertura.

Para que la llave no se quede atascada hay que lubricar la cerradura utilizando polvo de grafito, aunque también se puede utilizar aceite de vaselina. El polvo de grafito se distribuye en un trapo donde se engrasa la llave, luego se la mete en la cerradura y se dan un par de vueltas para que se distribuya bien.

Para engrasar las bisagras y evitar los chirridos, lo primero que hay que hacer es elevar un poco la puerta con ayuda de una cuña y un destornillador. Después se aplica un lubricante para puertas, que se consigue facilmente en ferreterías, y se abre y cierra la puerta varias veces para que se lubrique toda la zona.

Vidrios y ventanas

Cuando hay chicos en la casa es común que los vidrios de la ventana de su habitación tengas stickers o calcomanías.

Todo queda divino mientras están nuevos, pero luego comienzan a ensuciarse, de despegan las puntas y es muy probable que haya que quitarlos.

Sacarlos simplemente, dejará restos de papel o pegamento sobre el vidrio. Para limpiar esto, hay que utilizar un limpiacristales tradicional, con el que se rociará toda la superficie a limpiar y luego hay que frotar con un trapo.

Si las marcas están muy agarradas, se puede usar una esponja o una espátula, pero hay que tener mucho cuidado de no rayar el cristal.

Acero inoxidable

Este es otro material que se va ensuciando con el uso y que es muy delicado para limpiarlo a fondo, porque suele rayarse con facilidad.

Además, los productos que suelen venderse para limpiar las superficies de este material son bastante tóxicos y poco amigables con el medio ambiente.

Por eso proponemos una manera ecológica de mantenerlos como nuevos. Se necesita cera de abeja, sal, jabón, jugo de limón y un trapo limpio.

Si en el acero inoxidable hay alguna mancha de óxido producida por porosidad o defecto en el material, hay que aplicar cera de abeja, dejarla solidificar y encima colocar una capa de sal. Después frotar enérgicamente con un trapo. Para que quede limpio se prepara una solución jabonosa y se lo frota con un trapo, evitando jabones en polvo que pueden rayar la superficie. Por último solo queda enjuagar con agua y secar con un trapo limpio.

Truco extra: si se pretende que el acero inoxidable brille, hay que pasarle un trapo húmedo impregnado en jugo de limón.

 

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