Accidentes cerebrales: en La Plata pasan unas tres horas hasta que reciben atención
Edición Impresa | 3 de Junio de 2017 | 01:42

A pesar de las ventajas que ofrecen sus diagonales y de disponer de una concentración de infraestructura sanitaria única en el país, en La Plata pasan en promedio unas tres horas hasta que una persona que ha sufrido una ACV recibe atención especializada. Aunque se trata de un tiempo de respuesta menor al registrado hoy en otros lugares de Argentina, esa demora deja a los médicos un escaso margen de acción para evitar que el paciente quede con secuelas graves o sufra incluso un desenlace fatal.
Este alarmante dato fue uno de los tantos que difundieron ayer durante la Jornada Internacional sobre Manejo del Accidente Cerebrovascular. Durante el encuentro -organizado en la Cámara de Diputados por el Hospital Italiano, el Sanatorio Güemes y la Comisión de Salud- expertos de varios países dieron a conocer los últimos avances en manejo del ACV. Entre ellos estuvieron dos prestigiosos especialistas internaciones en la materia, como el doctor Alex Spiotta, neuroradiólogo intervencionista de la Universidad de Medicina de Carolina del Sur (EU) y el doctor Roberto Crosa, neurocirujano especializado de Médica Uruguaya (Uruguay).
PRINCIPAL CAUSA DE INVALIDEZ
Los accidentes cerebrovasculares constituyen la segunda causa de muerte y la primera de invalidez entre adultos de todo el mundo. Cada cuatro minutos un argentino sufre esta grave enfermedad que no discrimina ni por edad ni por sexo, afectando también a jóvenes y especialmente a mujeres, que son quienes tienen mayor tasa de mortalidad.
Durante un accidente cerebrovascular tiene lugar una pérdida de nutrientes y de oxígeno en el cerebro. Cuando el tejido cerebral no recibe oxígeno por más de diez minutos se produce la muerte de células, lo que genera una pérdida de funciones neurológicas que puede tornarse irreversible. Si el ACV ocurre por una obstrucción de la arteria, lo que sucede en el 85% de los casos, existe una ventana terapéutica de cuatro horas para administrar drogas que rompan el coágulo; o de hasta ocho horas para aplicarlas localmente por vía intraarterial. Cuanto antes se actúa, mejor.
Dada la premura que exigen estos cuadros, resulta fundamental que la cadena de sobrevida que implica llevar al paciente hasta el lugar de atención se encuentre muy bien aceitada, algo que no ocurre hoy en nuestra ciudad. Como reconocieron diversos especialistas en la Jornada de ayer, entre la escasa preparación de la gente para reconocer sus síntomas y un sistema de atención con debilidades, se pierden muchas veces las horas más valiosas para atender a una persona con un infarto coronario o un accidente cerebrovascular.
“Al analizar los casos atendidos durante los últimos años surge que en promedio un paciente tarda en La Plata unas tres horas hasta entrar en lo que se conoce como `código de urgencia de ACV`. Si bien es menos de la mitad de lo que se registra en otras ciudades del país, sigue siendo mucho tiempo considerando la potencialidad para atender estos episodios que ofrece nuestra ciudad”, señala el doctor Eduardo Tejado.
Director de la Unidad de Neurocirugía Endovascular y Stroke del Hospital Italiano de La Plata y uno de los disertantes durante la Jornada de ayer, Tejado sostiene que esa demora se debe en gran parte al desconocimiento del ACV entre la población. “A diferencia de lo que ocurre con los infartos coronarios, donde a fuerza de campañas se logró que la comunidad reaccione de inmediato cuando alguien tiene un dolor fuerte en el pecho, la mayoría de las personas no sabe identificar los síntomas de un ACV”.
“Pero tan importante como el hecho de educar a más personas para que aprendan a reconocer los síntomas es lograr que el poder político entienda la importancia de crear unidades especializadas en el manejo de AVCs que trabajen en red -sostiene el doctor Tejada-. Además de salvar cientos de vidas, podría ahorrarse muchísimo dinero por el alto costo que tiene el tratamiento de sus secuelas para el sistema de Salud”.
Los principales síntomas de un ACV son debilidad repentina en la cara, brazo o pierna, especialmente si ocurre en un lado del cuerpo, confusión repentina, dificultad para hablar o entender, dificultad para caminar, mareo, pérdida del equilibrio o de la coordinación, dolor de cabeza muy intenso y brusco sin causa conocida. Cualquiera de estos síntomas necesita ayuda inmediata de un equipo profesional.
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