Belleza masculina según pasan los años
Edición Impresa | 24 de Agosto de 2017 | 01:26

Que el mundo de la moda y estética atrapó a los hombres desde hace unos años, no es novedad.
El nicho comercial para que ellos se vean más lindos, prolijos y atractivos va desde los gimnasios hasta la indumentaria y la depilación definitiva, pasando por las cremas y tratamientos corporales.
Pero claramente, esta tendencia masculina de estar “a última moda” y cuidarse de las marcas que deja el paso del tiempo, no fue siempre así.
Un diseñador gráfico estadounidense, Nickolay Lamm, se encargó de realizar un rastreo sobre los ideales de belleza masculina que se impusieron.
Utilizando tecnología 3D, Lamm realizó unos modelos corporales en base a lo que “se imponía como la belleza masculina” en cada momento en los últimos 150 años.
Si en la década de 1870 los cuerpos ensanchados eran el modelo- porque representan la riqueza y la prosperidad- durante el siglo XX, Hollywood fue el que marcó la pauta de los cuerpos más deseados.
En los sesenta fue el rock el que trajo el idea de cuerpo extremadamente delgados mientras que en los 80 la vida de gimnasio marcó un nuevo modelo a seguir.
A finales del siglo XIX, la gordura física de los hombres era un símbolo de poder.
La obesidad o los kilos de más se asociaban con un buen pasar económico, que permitía alimentarse bien.
Hoy, muchas veces son sinónimo de mala calidad de la comida de sectores de bajos recursos o sin conciencia sobre su salud.
Incluso en el siglo XIX existía un club de “los hombres gordos” en Connecticut, Estados Unidos, al que entraban personas con sobrepeso como muestra de una ostentosa vida.
Hacia 1930, los cuerpos de los hombres apuestos tenían forma de “triángulo musculoso”.
El inicio del siglo XX apuntó en el cine a hombres de contextura fuerte y marcada en cuanto al tamaño de la espalda.
Para la década del ‘60, con la revolución hippie y las corrientes culturales mucho más globalizadas, “el rockero” marcó la tendencia de belleza masculina.
Los cuerpos se presentaban elásticos, delgados y algo consumidos. La delgadez era vista como sinónimo del éxito. Pero además, el cabello, más que el físico, pasó a ser el arma de seducción.
Unos 20 años más tarde, el icono de hermosura pasó al otro extremo. Sin ser gordos, el modelo de “macho” se representaba con cuerpos con músculos por todos lados.
Películas como “Rambo”, “Conan” y el gimnasio como ritual de salud, inundaron el cine y la industria cultural de la década.
Por último, este diseñador gráfico encontró en su investigación, que desde 1990 para acá, el cuerpo del hombre apunta a tener músculos fibrosos sin exagerar en su tamaño, delgados pero “marcados”.
Lo que prima en estos últimos años es que el físico muestre salud y buenos hábitos alimenticios y de actividad física, pero sin ir a los extremos.
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