Autos de alta gama de presuntos narcos se entregarán para combatir el delito
Edición Impresa | 4 de Enero de 2018 | 01:09

La justicia penal platense entregará en los próximos días al ministerio de Seguridad bonaerense los autos de alta gama y una de las mansiones en las que operaba una supuesta banda de narcos que estaría vinculada al colombiano Henry De Jesús López Londoño, conocido como “Mi sangre”, detenido hace tres años en Argentina y extraditado a fines de 2016 a los EE.UU.
Así lo revelaron ayer a este diario voceros judiciales, quienes indicaron que el ministro Cristian Ritondo le solicitó la entrega de los autos y de un inmueble para ser usados para combatir el delito.
Los autos para hacer patrullajes y la casa para oficinas o albergue para casos de violencia de género, señalaron las fuentes.
También destacaron que el juez de Garantías de La Plata que interviene en la causa, Juan Pablo Masi, hará entrega de todo una vez que concluyan las pericias.
Se trata de una lujosa casa de tres plantas en Quilmes y autos de alta gama, marca Mercedes Benz, Audi, Peugeot, Citroen y Renault.
Anteayer, el juez, a pedido del fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta, dictó la prisión preventiva de dos acusados de integrar esta organización delictiva dedicada al acopio y venta de drogas, que estaría vinculada al colombiano Londoño.
El dato singular de esta investigación y posterior operativo denominado “esvásticas blancas”, es que se secuestraron 43 kilos de cocaína, en cantidad similar de panes, que tenían grabados ese símbolo nazi, usado por el cártel colombiano “los Urabeños o Clan Usuga”, del que “Mi Sangre” sería uno de los cabecillas.
La medida recayó sobre los imoutados Justo Jaime Rosado González y Hugo Alberto Rivas, ambos sospechados de haber cometido el delito de “acopio, comercialización y distribución de estupefacientes”, delito que es castigado con penas de 4 a 15 años de prisión.
En la resolución de preventiva se dio por acreditado que “desde octubre de 2016, hasta el 27 de noviembre de 2017, en un casa de Guernica, a través de hombres y mujeres, se comercializaba estupefacientes”. También se indicó que “luego de tareas investigativas se determinó que esas mismas personas comercializaban droga con al menos tres hombres, que vivían en una casa de Florencio Varela”.
“A la vez -se agrega- estos últimos recibían la sustancia estupefaciente por parte de un hombre oriundo de Quilmes, que conseguía el producto en otra casa de esa localidad, donde dos hombres acopiaban el estupefaciente”.
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