Por qué San Luis puede salir campeón

Por RODRIGO CHAGARAY
rchagaray@eldia.com

En 1993 San Luis tuvo el último descenso a la Segunda de la URBA con ese equipo que era dirigido por Tito Debeza y Lalo Galán. Algo doloroso y que ocurrió justamente en la cancha de su rival de siempre: La Plata Rugby. Pero algo ocurrió en ese vestuario visitante de Gonnet. Allí mismo se armó una gira a Europa para refundar algo que estaba fuera de lugar y varios se juramentaron, que lo sucedido no ocurriría de vuelta.

Rápidamente el Marista consiguió retornar a la elite del rugby porteño para no perder nunca más su sitio. Y ahí mismo comenzó la “revolución”; se armó un coaching que trabajó a destajo en todos los rincones del club, durante 10 años. Las giras al exterior o al Interior de nuestro país se hicieron sucesivas y las distintas camadas empezaron a encontrar un sentido de pertenencia y un ADN deportivo que también rápidamente, dieron frutos. Primero estuvo el campeonato en el Nacional del ´98 que se compartió con San Cirano y puso a San Luis en el mapa. Luego se dio la campaña de la M-17 campeona en el 2005, más las dos M-19 que se coronaron dos años seguidos en el 2010 y el 2011. Trabajo, trabajo y más trabajo.

Y todo, pero todo eso desembocó en las últimas campañas tanto a nivel URBA como a nivel Nacional, con cuatro semifinales jugadas en el máximo nivel. Es cierto, hasta ahora eso es una barrera infranqueable para San Luis. Pero este año se rompieron varias cercas: se le ganó por primera vez a Belgrano de visitante (2 veces), se le ganó a Hindú en Don Torcuato (en el mejor partido del año) y se vapuleó tanto de local como de visitante al campeón tucumano y al monarca cordobés. Jugando realmente un rugby de alto vuelo y se empezó a llamar la atención. Con un pack de forwards durísimo y con una línea de backs que están “jugando a otra cosa”. Por todo aquello y por la actualidad, San Luis puede salir campeón y destronar al mejor de todos: Hindú. Un verdadero gigante que se instaló en su 18° semifinal en los últimos 20 años. Pero la primera estación para San Luis dice Alumni y en La Cumbre es en lo único que piensan.