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Espectáculos |El estreno de la semana

“Invisible” Una adolescente desamparada contra todo

Coprotagonizado por Diego Cremonesi, el filme narra la historia de una joven que queda embarazada. La cinta aterriza en medio del debate sobre el aborto

“Invisible” Una adolescente desamparada contra todo
6 de Marzo de 2018 | 04:57
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Eli, una adolescente porteña, habita un hogar empantanado, una realidad en sordina y ensordecedora a la vez, y sufre una profunda desconexión con el mundo adulto, cuando descubre que está embarazada de un hombre mayor y en pareja: esa es la trama pequeña, íntima de “Invisible”, la segunda cinta de Pablo Giorgelli, director de la premiada “Las Acacias” y que, tras su estreno en Venecia y su paso por Mar del Plata, llegará este jueves a las salas locales.

La cinta, cuya protagonista excluyente es la joven Mora Arenillas, que comparte elenco con el actor platense Diego Cremonesi, había sido planificada para estrenarse en el marco del Día Internacional de la Mujer (el 8 de marzo), pero aterrizará en las salas en un momento donde el debate por el aborto ha llegado, tras años de empuje, a la agenda política y mediática. Es casualidad o cosa del destino, ya que Giorgelli, en realidad, comenzó con el proyecto en 2012, y la rodó en 2016.

“Que una película cruzada por el tema del aborto se de en el contexto del debate del aborto en el país aporta al ejercicio de pensar: está bueno correrse del debate pro vida-pro aborto, está un poco corrido el debate, estaría bueno que no sea tomado como un River-Boca”, afirma en diálogo con EL DÍA Cremonesi, actor de teatro (muy reconocido en la Ciudad gracias a su “Paco Rimenver”) que hace una década viene ganando protagonismo en la gran pantalla.

Para Cremonesi, la clave de “Invisible” es no abonar a esa “falsa” discusión (“El Estado tiene que legislar cuando las cosas suceden de hecho, y hay situaciones donde la gente llega a hacer esto”, opina), no buscar una bajada de línea. “No tiene la pretensión de hablar en nombre de, no quiere dejar establecido un punto de vista, sino que habla de una persona, intenta meterse dentro de esa persona, intenta que vos respires como ella mientras atraviesa una situación así”.

Esa persona es Arenillas, el alma de la película; y su respiración es una respiración tensa, contenida, siempre al borde del colapso ante la falta de respuestas de su entorno, la desesperación, el desamparo que atraviesa mientras bucea clandestinamente las opciones que puede tomar respecto al bebé en un país donde el aborto es ilegal pero donde, según cifras de la CEPAL, se estima que se realizan un promedio de entre 486.000 y 522.000 abortos clandestinos al año.

NO CREAR MONSTRUOS

Cremonesi interpreta al padre de la criatura, su empleador y amante ocasional, aunque en esas ocasiones no parece haber un intercambio pasional sino casi mecánico. Sin embargo, el guión y el trabajo sutil de Cremonesi buscan profundizar el personaje, no volverlo el “villano” del filme: “Las cosas son así en general: todos somos un poco buenos, un poco mierdas”, dice el actor, para quien “de la misma manera que la cinta intenta no ser panfletaria, busca no crear monstruos para justificar cosas”.

Un personaje masculino abusivo y maniqueo hubiera operado, en ese sentido, como una posible justificación para cualquier decisión de Eli: pero la cinta no da ese respiro, esa solución, al espectador. “Mi personaje tiene muchos aspectos negativos, pero no es un monstruo, hay diez millones de chabones así, ese personaje podría ser uno, o un amigo: y esa ambigüedad es incómoda. Todos los lugares donde te coloca la cinta son incómodos, te sacan de ese lugar de ‘o es pro o es en contra’”.

Y la película, dice Cremonesi, “no podría existir en una sociedad donde este no sea un tema tabú, incómodo”: ese es el motivo por el cual “no circulan informaciones que podrían salvar vidas”, por lo que Eli, en el filme, tiene que, en absoluta soledad, descubrir cómo proceder.

El actor nacido en 1976 en nuestra ciudad traza incluso un paralelismo con la situación del cine y la circulación de la información y la cultura, que puede permitir abrir nuevos debates y contar nuevas perspectivas: la “concentración del poder” que lleva a que las salas estén colmadas de “una forma particular de hacer cine, pochoclera, efectista”, cercena “otras opciones”, otros cines, y “eso estuvo colaborando mucho tiempo a que no se instalen este tipo de debates”, opina.

DOBLE DESAFÍO

Rodada en 2016, mientras el actor también filmaba “Nafta Súper” (continuación en formato serie de “Kryptonita”, la película ya de culto de Nicanor Loreti donde Cremonesi interpreta a Ráfaga, el Flash del Conurbano), el “desafío” para Cremonesi fue doble, ya que tenía que desprenderse del registro del cine juguetón de Loreti para ponerse en la piel de su personaje a la vez que intentaba volverse carne con un personaje atravesado por un tema complejo.

“Son trabajos que te exponen mucho: hay trabajos donde uno hasta puede prescindir de lo vincular, y otros donde hace falta que esté al frente el respeto y el cuidado”, revela el actor sobre su trabajo en el filme junto a la joven Arenillas, y cuenta que “todos en algún momento lloraron en el rodaje”. El intérprete valora para hacer frente a ese desafío el trabajo de Giorgelli con los actores, su claridad en su búsqueda, su profundidad y sensibilidad.

Con Giorgelli, Cremonesi cuenta que entabló una relación particular, una intimidad que lo ayudó a encontrar el punto justo a un personaje que tenía que ser persona, no actor, y que alimenta su crecimiento como actor de cine, una veta que se vuelve cada vez más protagonista en su carrera.

“Yo vengo del teatro, pero tengo una obsesión especial con el cine. No tenemos una enorme industria, y por eso es difícil el acceso a lo cinematográfico: es un poco lo que siempre vimos de afuera, donde siempre quisimos entrar. Nosotros un poco hacemos teatro para sobrevivir”, cuenta entre risas el actor que el año pasado filmó “Un Gallo para Esculapio”, con Bruno Stagnaro como director y “El Ángel” de Luis Ortega (se estrena en agosto), entre varios proyectos. Y no para: mientras filma la segunda temporada de la exitosa “El Marginal”, se prepara para rodar la nueva cinta de Natalia Smirnoff, “La afinadora de árboles”, y volverá al teatro porteño en junio con “Artaud”. “Y siempre estoy con mi álter ego, Paco Rimenver. Un poco así me reparto la vida”.

“De la misma manera que la cinta intenta no ser panfletaria, busca no crear monstruos”

 

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