Vuelve a sonar el Argentino: clásicos, humor y música de películas en la Piazzolla

Con la Ginastera en obra será la Piazzolla anfitriona este domingo desde las 18.30 del concierto sinfónico con el que la Orquesta Estable del Teatro Argentino, bajo la dirección del joven Ezequiel Fautario, inicie un ciclo que buscará promocionar a los solistas de la agrupación.

El concierto debut estará integrado por un atractivo programa pensado especialmente para ese espacio y que, según anticipó el conductor en diálogo con EL DÍA, se presenta variado, con obras y compositores clásicos, para mimar al público habitué, aunque también incluirá música contemporánea, la que “solemos escuchar en las películas”, con las que el teatro se encaminará a intentar capturar la atención de nuevos espectadores.

Fautario, maestro interno del primer coliseo bonaerense, ya había dirigido a la Orquesta Estable cuando, a fines de marzo, estrenaron la zarzuela “La Corte del Faraón” en el Coliseo Podestá. Tras esa “grata experiencia” llegó ahora esta posibilidad que enfrenta al director a asumir un doble desafío porque, por un lado, su labor está “más vinculado a lo operístico” y, por el otro, por las características especiales de la función, en tanto que “no estamos hablando de acompañamiento de cantantes sino de instrumentos, lo cual implica toda una mecánica de sonido distinta”.

Sobre la primer obra del programa, la Obertura de El rapto en el serrallo, KV 384, de Wolfgang Amadeus Mozart, Fautario manifestó que su particularidad radica en “la incorporación de la temática oriental a los libretos que estaba de moda en esa época”, con instrumentos típicos como el bombo, los platillos y el triángulo.

También se ejecutará el domingo la Sinfonía Nº 94, Hob. I: 94, en Sol mayor, La sorpresa o La del toque de timbal, de Joseph Haydn cuya belleza, según manifestó Fautario, tiene que ver con “lo sorprendente que resulta para el espectador el despliegue virtuosístico que exige a la orquesta luego de iniciar, sin embargo, de una manera bastante estática, y que uno piensa que se va a tratar de un concierto más estático, por no decir aburrido”. Esta pieza incluye, además, el conocido “Golpe de Timbal” en el segundo movimiento, con el que el compositor “procuraba despertar al público que habitualmente se quedaba dormido”. Esta inclusión, manifestó el director, “refleja una vez más el humor que caracteriza subrepticiamente a la obra de Haydn en general”.

Remarcó Fautario que “no es habitual interpretar sinfonías de Haydn, quizás a veces porque no se entiende la intencionalidad de su música. Yo creo que conociendo o intuyendo este perfil sarcástico que incluye su obra, hace que tomemos consciencia de la grandeza que conlleva este compositor, padre de la música y de las sinfonías, teniendo en cuenta que escribió más de cien, un dato no menor y que sirve para que tomemos una idea de la magnitud de su labor”.

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El programa incluirá además la Rapsodia para trombón bajo y cuerdas de Eric Ewazen (con la participación como solista de Guillermo Mengel); y el Concierto para flautín y orquesta, Op. 50, de Lowell Liebermann (con la intervención como solista de Horacio Massone). Según Fautario, se trata de obras de dos compositores contemporáneos norteamericanos que se destacan por “los instrumentos solistas para los cuales fueron escritas y que no son habituales, como lo son el trombón bajo y el píccolo”.

Definidas como piezas con una “estética tonal”, contó que Liebermann “tenía vínculo con James Horner (ganador del Oscar por la banda sonora de “Titanic”), por lo tanto vamos a escuchar sonoridades a las que estamos habituados por la pantalla grande”. Sobre esta última pieza reveló una curiosidad que radica en el hecho de que en el tercer movimiento, “el compositor termina parodiando fragmentos de la 3 sinfonía de Beethoven y de la 40 de Mozart, y del tema “Barras y Estrellas”, que viene asociado al patriotismo norteamericano. El compositor termina diciendo con su música que todo en definitiva debe ser relativizado y que todo es broma”.

El director, que pese a la actividad acotada de la Orquesta durante esta temporada no dudó en manifestar que su nivel sigue en lo más alto de la vara artística, asegurando que es “una de las cuatro principales del país”, opinó que el problema de la convocatoria de público para este tipo de conciertos radica en el “ritmo en el que vivimos en esta época” en donde estamos haciendo varias cosas al mismo tiempo.

“El hecho de no poder enfocarnos más de diez minutos, que es más o menos el tiempo que se puede sostener sin mirar el celular según estudios, nos lleva a que estar en un concierto durante una hora y media se convierta realmente en un desafío enorme”, analizó el director, remarcando que este hecho los enfrenta como “integrantes de la producción del ambiente artístico” a tener que aggiornarse “ajustando la dinámica de estas presentaciones”.

Según consideró, “es muy difícil hoy en día pedir a un público no habitué estar tres horas en una sala y, básicamente, en lo concreto de los conciertos, ya una hora y media es un tiempo muy extenso, en donde creo que hay que ser prudente sobre qué tipo de repertorio se establece, porque muchas de las obras que se interpretan usualmente pueden resultar aburridas”.

“La problemática del aburrimiento existía ya en la época de Haydn, en el siglo XVIII, donde un compositor genial como él, tuvo que incluir un golpe de timbal para despertar a la gente. Eso nos tiene que servir para tomar consciencia de nunca permitirnos que los espacios de concierto se conviertan en un reducto para snobs o ‘intelectualoides’. Es necesario entender que también tiene que ser posible tener un goce estético de la música para gente que no está habituada a este género”, cerró.

Para el primer concierto del ciclo, que tendrá nuevas funciones el 15 de julio, 16 de septiembre y 7 de octubre, habrá entradas generales con un valor de $ 200 que podrán adquirirse en la boletería del Teatro Argentino (habilitada hoy y mañana de 10 a 20 y los días de función hasta el horario de comienzo del espectáculo). Las personas con discapacidad cuentan con acceso gratuito y su acompañante abona la mitad del precio.