La feria de plaza Italia pierde terreno en la Ciudad con menos puestos y escasa actividad

En 7 y 44 los artesanos buscan sobrevivir. Ya no cuenta con atractivos musicales y ven que la oferta decae con el tiempo

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En la prolija página oficial del Ente Municipal de Turismo platense, la tradicional feria de plaza Italia es correctamente descrita como la más antigua de la ciudad, y la única que alberga objetos realizados “exclusivamente en forma artesanal”. Sin embargo, otro dato desentona: la mención a los 130 puestos con que contaría el paseo. Actualmente promedia menos de un tercio de esa cantidad.

Deslucidos en su conjunto y sin cubrir toda la superficie del espacio asignado, en un entorno que no muestra demasiadas evidencias de la presencia de la Comuna, unos cuarenta stands resisten en el espacio verde de 7 y 44 merced a la calidad y nobleza de sus productos y una clientela mermada pero fiel. Creadores y visitantes coinciden en que a la “feria hippie” le falta brillo, y en que el presente se está haciendo cuesta arriba.

Ayer, en una tarde dominical templada y sin lluvias después de bastante tiempo, poco más de tres docenas de puestos se apretaban, formando un corredor, en el tramo de avenida 7 que atraviesa la plaza, entre 44 y 45. Pero en una sola de las manos del sector adoquinado. El resto se hallaba vacío. Los artesanos cuentan que tomaron la medida de desmontar los puestos que no estaban siendo ocupados asiduamente, y juntarse en un mismo lugar para reforzar la sensación de “paseo”.

“No quedaba bien estar desperdigados a lo ancho de toda la plaza entre estructuras armadas y vacías” explica Marcelo Centofante, con catorce años en el lugar y actualmente uno de los delegados del grupo de artesanos.

“Los puestos permanentes varían entre 40 y 50; pensar que en el mejor momento de la feria llegaron a ser 180” recuerda Centofante: “sabemos que ver esto genera en la gente una sensación de vaciamiento, pero es la realidad que estamos enfrentando y se debe a varios factores que influyen por separado y entre sí, desde la escasez de promoción y estímulos por parte del Estado, hasta la situación económica general que genera una caída en las ventas, pasando por el envejecimiento de los artesanos históricos y la falta de relevo que se da entre las nuevas generaciones”.

A metros del monumento y sus canteros recientemente restaurados, estructuras de caños y tablas en desuso se apilan debajo de un tilo. Junto al cartel que indica que estamos en una “zona wi-fi”, los teléfonos móviles sólo detectan la ausencia de ese servicio. Al pie de una columna de alumbrado, uno de los gabinetes eléctricos desde los que se tienden los cables para cada puesto luce severamente deteriorado.

todo a pulmón

Los artesanos señalan que “hacemos todo a pulmón, y como no hay un depósito para las estructuras que no se usan, quedan armadas o desarmadas a la intemperie; de hecho cuando llueve, nos mandamos mensajes y el que está más cerca viene con un palo a sacar el agua de los techos de lona para que no se desgarren por el peso”.

La presencia de espectáculos artísticos que atraigan público a la plaza es otra de las cuentas pendientes. “Nosotros nos manejamos con la autogestión y logramos traer buenos espectáculos de folklore, como hoy, o de rock” advierte Centofante: “pero de todos los eventos y fiestas, cuando se programan grandes recitales y traen bandas grandes, nunca es acá. Ni siquiera pasa por acá el City Bus. Antes, de vez en cuando venía un micro con un contingente de turistas, ahora no ocurre”.

Inaugurada hacia 1982, la feria de plaza Italia es la más antigua en actividad; abre los sábados, domingos y feriados entre las 12 y las 20, y ofrece solamente objetos artesanales en metal, madera, cuero, vidrio y tela.

La feria de la plaza Alsina (1 y 38), lugar al que se habían trasladado hace cinco años los revendedores y manteros erradicados de plaza Italia, fue recientemente trasladada al perímetro del parque Saavedra.

“No es complicado sumarse a la feria de plaza Italia” explican los artesanos: “el interesado viene el sábado a primera hora, y si la mercadería que presenta es buena y está acorde con los requisitos, se le ofrece un lugar para armar su puesto. El canon es muy accesible y se destina a cubrir el armado, el desarme y el flete si es necesario”.

El Código del Espacio Público, sancionado como ordenanza 9880, cita entre las “actividades de intercambio, exposición y venta” permitidas, la de las ferias artesanales. Y define como “artesanía” todo objeto utilitario o decorativo, en el que prevalezca en el producto final “el trabajo manual al de la máquina, sin que la producción sea industrial y/o semi-industrial”.

Regida desde 2001 por ordenanzas 9177 y 9338, la feria de Plaza Italia tiene condiciones específicas; allí está permitido comercializar tallado, grabado, cincelado, calado, trenzado, repujado, pintado, teñido, modelado y collage de cuero, madera, metales, cerámica, tejidos, telas, hueso, cera, vidrio, papel, piedra y resinas.

“Muchos estamos acá por amor; no queremos ser los últimos, los que apaguemos la luz de este lugar” resume el artesano Marcelo Centofante: “es un lugar con mucha historia como para dejarlo caer así, sin dar pelea”.

50
Puestos Es el promedio de asistencia actual al paseo artesanal de plaza Italia, en un día con buena asistencia de feriantes. En tiempos de esplendor, el numero llegó a superar el triple de esta cifra.
35
Inaugurada hacia 1982, la feria de plaza Italia es la más antigua en actividad; superó los 35 años, y abre los sábados, domingos y feriados entre las 12 y las 20.

 

 

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