Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar

Matemática “olímpica”: qué es y por qué podría mejorar la enseñanza en las escuelas

Propone resolver cuestiones de la vida cotidiana y se opone a las clases abstractas que se dan en la mayoría de las aulas. Docentes lo ven como una alternativa para revertir los malos resultados

Matemática “olímpica”: qué es y por qué podría mejorar la enseñanza en las escuelas

En la facultad de Ciencias exactas hace seis años que olímpicos y ex olímpicos se reúnen cada viernes “a pensar problemas”. a ese semillero, coinciden, deben muchos de los premios cosechados este año / dolores ripoll

Jorge Garay

Jorge Garay
jgaray@eldia.com

26 de Noviembre de 2019 | 03:54
Edición impresa

Al menos 40 premios, entre menciones y medallas de todos los colores. Los últimos diez, hace apenas semanas en la Olimpíada Nacional de Matemática, en La Falda, Córdoba, donde más de 20 alumnos y alumnas de la Ciudad compitieron entre los 600 con mejor desempeño del país.

Se trata, como ha publicado este diario, de un hito en las participaciones platenses en desafíos de este tipo.

Una cosecha excepcional. Una isla en en el país en el que casi 7 de cada 10 alumnos del último año del secundario tienen bajos niveles en Matemática, según los resultados de las pruebas Aprender 2017 (últimas realizadas en el nivel medio). Lo peor es el estancamiento de una tendencia que parece crónica: en 2013, un 64,7 por ciento de chicos sacaba niveles “básico” o “por debajo del básico”; en 2017, un 68,8 por ciento. Y en cuatro años, el porcentaje de alumnos con “avanzado” y “satisfactorio” bajó de 35,3 por ciento a 31,2 por ciento (aquí con una leve variación con respecto a Aprender 2016, cuando un 29,8 por ciento de estudiantes se ubicó en los mejores niveles).

¿Qué falla? ¿Es posible revertir la tendencia? ¿Podría trasladarse el método olímpico a las escuelas?

En diálogo con EL DIA, Marta Duarte, que es la secretaria regional de la Olimpíada Matemática Argentina (OMA) desde hace más de 30 años, apunta a la formación docente: “Hay que trabajar en la formulación de problemas porque si el maestro no se capacita en esto, sino estudia bien, difícilmente pueda enseñarlo en el aula”.

Al otro lado de la línea telefónica, es fácil adivinar la sonrisa dibujada en su rostro cuando dice que desde muy niña disfruta esta materia y que en sus años como profesora de Matemática y Física en facultades y colegios de la Ciudad (entre ellos, el Nacional y el Liceo V. Mercante), siempre buscó contagiar su pasión a los más chicos, pasión que, asegura, mantiene intacta. “El asunto está en despertar la curiosidad del pibe, de convencerlo de que lo que le planteás es importante y guiarlo para que, a través de un problema, llegue a algo que desconocía. Para lograr esto, para conmover al alumnado -insiste- se necesita pasión. Por eso yo pongo al docente en un lugar de demasiada importancia”.

“Estoy totalmente convencido de que el impacto que provocamos desde este lado es fundamental para el posicionamiento del alumno ante la Matemática. Lo que uno proyecta tiene mucha implicancia en los resultados”, sostiene Nicolás Mazzocato (25), profesor de Física y Matemática en secundarias privadas de la Ciudad.

Por fuera del colegio, Mazzocato también capacita a estudiantes para competencias matemáticas, una forma de poner su experiencia como ex olímpico al servicio de las nuevas generaciones de platenses. ¿Qué diferencia hay entre las clases escolares y estos entrenamientos? La principal es una en la que coinciden alumnos y profesores: la escuela se detiene en la técnica (por ejemplo sumar); la olimpíada, en cambio, evalúa la aplicación de esa herramienta -o cualquier otra- en la resolución del problema. El profesor coincide con Duarte: “Yo trato de implementar ese cambio de enfoque y recuperar la esencia de las olimpíadas, que es resolver problemas. Es decir, busco que cada tema sirva como excusa para que los alumnos piensen más allá de una técnica, que sepan cómo aplicarla en diferentes contextos, que ellos solos puedan partir de un lugar y llegar a otro”.

De esa manera, reflexiona Mazzocato, sucede el verdadero aprendizaje, con el desarrollo de un pensamiento propio y el dominio de un método determinado para adaptarlo en cualquier situación. Este, apunta, es uno de los pasos a dar para modificar los (malos) resultados.

Un paso necesario, también, para que la gran mayoría de alumnos y alumnas no reniegue con frases del tipo: “La Matemática del colegio no me gusta”. “Me aburre”. “Me resulta difícil”.

Jugar por jugar

“Lo que pasa es que en la Olimpíada usás mucho el ingenio”, dice María de los Milagros Elizalde (13), alumna del Nacional Rafael Hernández y que en su palmarés cuenta con medalla de oro en la Iberoamericana de Matemática y plata en la Iraní de Geometría. “En el colegio es resolver todo con un método; en la olimpíada podés sacar un problema tomando varios caminos, es divertido porque encontrás cosas que nunca hubieras pensado y cuando lo llevás a la realidad es re útil”. ¿Qué cosas, por ejemplo? “Hay problemas en los que hay que hacer una estrategia ganadora para un juego. Eso después lo podés usar al jugar con tus amigos”. Así de lúdico y sencillo.

Charo Morencos (17), del San Simón y -entre otros logros- segunda subcampeona en la Olimpíada Nacional de Córdoba, suma que “en la escuela rendís un tema puntual aprendiendo fórmulas de memoria a las que muchas veces no se les encuentra utilidad en la vida cotidiana. Eso sí pasa en la olimpíada y es de lo más mágico. Ahí nada está determinado por la memoria, lo que vale es la imaginación y las herramientas que uses para resolver los problemas que, por lo general, tienen múltiples soluciones”. Por eso, en las competencias se suele permitir el empleo de calculadora y apuntes: “Porque no te garantizan nada sino sabés para qué usarlos”.

Marta Duarte asume que el colegio no se puede transformar en una olimpíada: “Porque hay necesidades, gustos y prioridades de todo tipo. Tiene que dar lo básico, pero -repite- lo básico debe ser formular problemas, ayudar a los chicos a que piensen por sí mismos, a razonar y defender sus argumentos. En definitiva, prepararlos para los trabajos del futuro -menciona la industria del software y la informática- en los que las matemáticas, sin dudas, estarán presentes”.

De igual modo, reconoce, los resultados de los alumnos en las olimpíadas no serían los mismos si se presentaran sólo con lo aprendido en el colegio: “Por eso la mayoría va a talleres”, dice.

Por ejemplo, a esa suerte de semillero que desde hace seis años, todos los viernes de 18 a 20.30, reúne a ex olímpicos y olímpicos en la Facultad de Exactas.

Yerimen Arias (25), estudiante de Licenciatura en Matemática, es uno de los que está al frente de ese curso que impulsó ni bien terminó la Secundaria en el Colegio Nacional, motivado por el afán de transmitir a otros el “espíritu” de la OMA, que ofrece una “matemática nueva, sin el tedio de la que se aprende en el colegio; una matemática que debería estar al alcance de todos en las aulas y no sólo al alcance de los que salen a buscarla por saber que está ahí”.

El error, opina Arias, está en no presentar las matemáticas como lo que son: un juego. “A todos, desde chicos, nos gusta jugar. Yo creo que si hay personas a las que no les gusta o les cuesta la matemática es porque nunca nadie se decidió a jugar a resolver problemas con ellos. Siempre lo equiparo con el niño al que en su primer partido de fútbol lo paran en la barrera a comerse pelotazos; el resultado es que siempre detestará el fútbol, no por el juego en sí, sino por cómo se lo presentaron”. El problema, entonces, no es la complejidad de la disciplina, sino “cómo te la presentan”.

Contra la enseñanza “abstracta, aburrida y a base de pelotazos” de esta ciencia, el joven propone orientar las clases a situaciones de la vida cotidiana.

Inequidades

Claro que en la era de las pantallas el desafío es mayúsculo. Porque, si por un lado la revolución tecnológica llegó con herramientas como aulas virtuales, software de simulación y explosiones de material audiovisual, por el otro la atención se reduce “muchas veces a bloques de 10 o 15 minutos”. Y también está la ansiedad, “enemiga del aprendizaje, que es un proceso que conlleva tiempo”, puntualiza Marcos Carballido, que enseña Matemática en escuelas platenses de gestión estatal y privada.

Un cambio de enfoque, entonces, debería atender a una multiplicidad de factores. Entre ellos, uno insoslayable: la condición inicial de los alumnos, lo que llevan en sus mochilas desde el hogar, el denominado “efecto cuna”.

En ese sentido, las pruebas Aprender son reveladoras: en la Provincia, la evaluación 2017 en el último año del secundario mostró que en Matemática sólo 2 de cada 10 alumnos con bajo Nivel socioeconómico (NSE) en escuelas privadas logró el mejor desempeño; en el sector estatal, sólo 1 de cada 10 estudiantes de bajo NSE alcanzó resultados satisfactorios o avanzados. En tanto que los exámenes realizados en 2018 en el último año de primaria arrojaron que en el sector privado el 84 por ciento del alumnado con NSE alto logró los mejores rendimientos, frente al 61 por ciento del mismo NSE en escuelas estatales.

“Un chico que tiene una biblioteca en su casa ya es otro y esa condición inicial indudablemente lo posiciona mejor que a otros que no tuvieron su suerte -advierte Duarte- Hoy, muchas veces las docentes, quizá con salarios que no son los deseables, se convierten en asistentes sociales de padres y alumnos que, por ejemplo, van a la escuela a comer. Son muchas las carencias y las dificultades. Pero frente a eso, el colegio tiene que ingeniárselas para rescatar las potencialidades de cada chico”.

El profesor Carballido observa como “muy desfavorable” la relación actual de los estudiantes con la Matemática, pero al mismo tiempo contextualiza: “Hace tiempo se sabe que al menos la mitad de nuestros chicos son pobres. Es muy difícil esperar un ‘rendimiento adecuado’ de un estudiante que sufre carencias elementales, por las cuales no es responsable y mientras corresponde a los adultos sacarlos de esa vulnerabilidad si pretendemos construir la educación”.

Mazzocato enciende otra alarma: “Atender a los aprendizajes en la Primaria (en La Plata, según Aprender 2018, más de 4 de cada 10 alumnos del último grado tuvieron los niveles más bajos en Matemática, con mejores resultados en el sector privado que en el estatal), fortalecer la lectura y comprensión de textos -fundamental para interpretar los enunciados- y ejercitar la resolución de problemas desde muy chiquitos para lograr lo que se quiere en la Secundaria”.

Políticas de Estado para la crisis

Para Carballido, entre tantas otras crisis, la educación sufre una de “responsabilidad: “Los docentes universitarios vuelcan las culpas de bajos rendimientos en el secundario, donde a su vez se responsabiliza al nivel primario, y en general todos vuelven las miradas hacia las familias”.

Urge entonces una necesaria articulación entre niveles. Y “un cambio de fórmula que sea independiente de los resultados; como en la OMA, donde pasás por más frustraciones que alegrías, pero ganás en aprendizaje”, compara Mazzocato.

Desde el taller de Exactas, Yerimen Arias dice que sus mejores docentes en Matemática han sido sus pares o ex olímpicos y que ahora, al entrenar a los estudiantes para las distintas competencias, su misión está en revertir “la evaluación arcaica de la mayoría de los colegios”, donde “se intenta normalizar a un grupo de 30 personas, se los convence de que la materia es una ciencia imposible para ellos y se les exige que tengan el mismo ritmo de aprendizaje. En el taller trabajamos con cada uno en particular, teniendo en cuenta sus objetivos y base previa”.

No obstante, Mazzocato advierte un incipiente cambio de enfoque a través de programas como Aprender Matemática, elaborado por el Ministerio de Educación de la Nación para modernizar la enseñanza de la materia, o por medio del Aprendizaje basado en proyecto, que intenta un abordaje interdisciplinario de las clases (por ejemplo, la Matemática en conexión con la Física y esta con la Química).

Un cambio tal -con sus posibles mejores- demandará de un proceso largo y complejo, coinciden en las escuelas. “A veces me pregunto si voy a ver un país mejor”, piensa Duarte, incrédula de que el sistema educativo argentino no garantice para todos lo básico: “Leer, escribir, las cuatro operaciones matemáticas”. Entonces propone, “sino trasladar la Olimpíada al colegio, al menos ir por el camino que marca la competencia en cuanto a su continuidad en el tiempo, algo que no pasa en la educación en general”, necesitada como está de políticas de Estado de largo plazo.

Tal vez, la colocación de esa piedra fundamental, atendiendo al sistema en sus múltiples urgencias, sea el primer paso para acariciar un futuro auspicioso y las postergadas mejoras que se persiguen.

“La formación docente tiene que trabajar en la formulación de problemas”

“Hay que ir por el camino que marca la Olimpíada. Se está intentando un cambio de enfoque”

“La Matemática del colegio no me gusta, me aburre, me resulta difícil”, repiten los alumnos

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE

Multimedia

En la facultad de Ciencias exactas hace seis años que olímpicos y ex olímpicos se reúnen cada viernes “a pensar problemas”. a ese semillero, coinciden, deben muchos de los premios cosechados este año / dolores ripoll

Pura concentración, otra postal de un viernes en exactas / d. ripoll

+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Básico Promocional

$120/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $2250

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme

Full Promocional

$160/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3450

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme
Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$120.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $2250.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla