“Triple frontera”: robos, traumas y redención en Sudamérica

Tras diez años en producción, se estrenó en Netflix la cinta que tiene lugar en algún paisaje de nuestro subcontinente, una película de acción con matices políticos protagonizada por Ben Affleck y Oscar Isaac

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Corría el año 2009 cuando Kathryn Bigelow, que acaba de ganar el Oscar a mejor filme por “Vivir al límite”, anunció que volaría a nuestra triple frontera, el límite entre Argentina, Paraguay y Brasil, para filmar una historia que retrataría las oscuras tramas, algunas míticas, que se tejen en torno a Ciudad del Este, desde sus vínculos con el narcotráfico y el tráfico de armas hasta operaciones ligadas al terrorismo internacional, haciendo énfasis en Hezbollah.

La temática resultaba atractiva, y el hecho de que una cineasta de tan alto perfil bajara al “fin del mundo” a rodar su próximo proyecto despertó sumo interés, mientras sonaban nombres de gran pedigree para el elenco como Tom Hanks y Johnny Depp (aquel Depp, claro, no era éste).

Pero finalmente Bigelow se desvinculó de un proyecto que comenzó a pasar de mano en mano, reactivándose cada tanto. Finalmente, Netflix produjo la versión que desde ayer se puede ver en su pantalla, con dirección de J.C. Chandor (“Todo está perdido”, “El año más violento”) y un elenco que incluye a Ben Affleck, Oscar Isaac, Charlie Hunnam y Pedro Pascal.

El resultado es una cinta de acción antes que el thriller político que se esperaba de Bigelow, aunque el guión (retocado) sigue siendo el de Mark Boal, periodista y guionista responsable de premiadas colaboraciones con Bigelow como la mencionada “Vivir al límite” y “La noche más oscura”, filme sobre la caza de Bin Laden. La marca del guionista se siente en el relato, que versa por debajo de su trama sobre el sacrificio pocas veces recompensado de los soldados de élite estadounidenses, aunque a la vez es un salto mayor en el género bélico y de atracos, lleno de hombres bien machos, armas y escenas de acción que diluye las implicancias políticas, tiene lugar en un territorio casi mítico de una Sudamérica no específica.

Aunque, insiste el guión de Boal, finalmente regresan los tópicos de la codicia y adicción al combate, omnipresentes en sus anteriores guiones (y el final trágico que eso conlleva) y que llevan el formato “Los Indestructibles” que tiene la superficie del filme hacia el terreno de lo alegórico, dejando intuir lo que se esconde detrás de estas vidas al límite, de obsesión y violencia.

Y Chandor suma también sus obsesiones, y salpica el filme de alegorías sobre el capitalismo que ya estaban en sus anteriores cintas, además de montar espectaculares piezas de acción filmadas con el ojo de Roman Vasyanov.

LA TRAMA

En la historia, Santiago “Pope” García (Isaac), ex militar que trabaja ahora para una misteriosa compañía contratada vagamente por “un gobierno extranjero”, reúne a sus viejos compañeros de armas (Affleck, Charlie Hunnam, Garrett Hedlund y Pascal) con la promesa de “un último trabajo” que podría generarles una gran paga. Su plan depende de derribar a un escurridizo narcotraficante escondido en la selva sudamericana y robarse sus millones con la ayuda de una infiltrada (Yovanna, a quien da vida Adria Arjona, la hija del cantante).

“Yo digo que merecemos más”, le dice García a uno de sus compañeros. “Has recibido cinco disparos por tu país y no puedes pagar tu camión”: todos los convocados para esta misión peligrosa con promesa de sorpresa han caídos en desgracia, luchando por adaptarse a la vida civil. Así los convence de emprender por primera vez una misión para su beneficio personal en lugar del de su país. Pero, claro, las cosas se salen de control cuando su plan toma un giro inesperado.

“Pope definitivamente es alguien honorable y cree en la misión que está haciendo”, dijo Isaac sobre su personaje. “Está interesado en ayudar a su país, pero también está frustrado porque ha estado allá abajo invirtiendo mucho de su tiempo y parece imposible. Entonces ve la oportunidad de eliminar a este narcotraficante... y al mismo tiempo hacerse rico, y por eso va y enlista la ayuda de estos ex soldados amigos”.

El actor de ascendencia guatemalteca (nació en el país centroamericano pero su familia se mudó a Estados Unidos cuando solo tenía cinco meses, aunque afirma que maneja de forma excelente el español) y presente ascendente en Hollywood (protagoniza la última saga de “Star Wars”, que estrena este año su cierre, el Episodio IX) comentó que le gustó el hecho de que la cinta arroja luz sobre las dificultades que muchos veteranos enfrentan al terminar de prestar servicio.

“Definitivamente creo que eso es algo que pasa no solo en las fuerzas especiales sino en las fuerzas armadas en general”, afirmó. “La gente pasa su vida sirviéndole a un país y cuando sale, tú sabes, han gastado mucho tiempo y mucha sangre y mucha sanidad en situaciones difíciles muy traumáticas y se espera que simplemente cambien y se conviertan en civiles. Les es muy difícil conseguir trabajo... y el gobierno no se ocupa lo suficiente de los veteranos”.

 

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