Identificar las fuentes de contaminación aérea del Gran La Plata

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La información del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) referida a que instalará en La Plata el primer centro de monitoreo de calidad del aire provincial, que se focalizará en la recepción y procesamiento de información de los parámetros principales de calidad de aire (material particulado, monóxido de carbono, dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno, entre otros), abre expectativas acerca de que pueda contarse con informaciones ciertas sobre las graves emisiones contaminantes que mantienen jaqueadas a las grandes ciudades.

El tema reviste especial interés para una región que, como la que nuclea a La Plata, Berisso y Ensenada, cuenta con uno de los polos petroquímicos de mayor magnitud en el país, vertebrado por la Destilería YPF y numerosas industrias aledañas. Justamente, el informe del OPDS se conoció el mismo día en que un fuerte olor, cuya procedencia no pudo ser identificada por ninguno de los organismos oficiales consultados, generaba anteanoche una enorme preocupación y numerosas denuncias entre los vecinos de la zona.

Una vez más, como en tantas anteriores, vecinos del barrio de El Dique –ubicado junto al polo petroquímico- aseguraron que un intenso olor a gas, cuya intensidad consideraron muy superior a las anteriores que suelen registrarse, cubrió todo el lugar. De todos modos, desde la planta de YPF negaron que se hubieran producido pérdidas.

Cabe recordar que hace poco tiempo la Organización Mundial de la Salud alertó sobre la aguda contaminación aérea que afecta a las grandes ciudades. Según esa entidad, la contaminación atmosférica fue responsable de la muerte de unos 3,7 millones de personas menores de 60 años en uno de los últimos años computados. Se puso de relieve que, en especial, afecta a los países de ingresos medios, señalándose además que en el caso de América latina la mayoría de las ciudades del continente no tiene un monitoreo regular de la calidad del aire. Los expertos también señalaron que la contaminación atmosférica es cancerígena y que causa asimismo distintas enfermedades cardiovasculares y respiratorias.

Se sabe que, en nuestra zona, uno de los más acuciantes problemas se relaciona con los niveles de contaminación aérea, no sólo influidos -como en toda concentración urbana de magnitud- por las emisiones de un nutrido parque automotor y de la actividad propia de las ciudades que la integran, sino, como se ha dicho, por la presencia entre ellas del enorme polo petroquímico. Sin embargo, tal problema podría seguir indefinidamente irresuelto si no se lograra, como ocurre desde hace muchos años, identificar las fuentes contaminantes.

Para el caso de la Región, existe desde hace más de dos décadas un informe producido por el Centro de Investigacion y Desarrollo en Tecnologia de Pinturas (CIDEPINT) que, ante un pedido de la Procuración General bonaerense para determinar el origen de la contaminación aérea, analizó las pinturas de señales y carteles colocados en la vía pública e identificó el origen de las sustancias suspendidas en el aire que causaron su oxidación. Ese informe no se tradujo, sin embargo, en acción posterior alguna por parte de los organismos sanitarios.

Los reiterados –y, desde luego, inquietantes- informes de la OMS debieran servir como punto de partida para iniciar una más profunda investigación sobre la calidad del aire de nuestra región, cuyas conclusiones podrían ayudar a determinar los alcances de la contaminación aérea y, en su caso, las acciones preventivas y de índole sanitaria que debieran adoptarse.

 

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