Crece la hipótesis de que hubo más de un asesino en la escena de la masacre

“Narcovenganza”, una denuncia por abuso, ausencias sospechosas, un cuadro de psicosis. En horas donde todavía gana el desconcierto por el baño de sangre en la masacre de Melchor Romero se suman versiones que buscan confirmación en pedidos de informes y una idea que cobra fuerza entre investigadores judiciales y policías: en la madrugada fatídica, donde tres personas recibieron cerca de 40 puñaladas y se intentó desmembrar cuerpos, hubo más de un asesino.

“Hay distintas ideas. Por un lado, es razonable pensar que una sola persona no pudo haber matado a dos adultos y una nena. Además, después intentó descuartizarlos. Podría haber habido, como mínimo otra persona”, indicó una fuente de la investigación.

El primer peritaje no aportó a esa línea, ya que no se encontraron huellas visibles que indiquen si hubo uno o más asesinos. Solo un dato inquietante: “lo único que se detectó hasta el momento es una pisada de un pie descalzo, con la impresión de la sangre, en la parte de adelante de la casa. Es extraño porque es una pisada sola, como si alguien hubiese llegado volando hasta allí”, indicó la fuente.

En ese sector de la casa vive Exequiel Sanso, el hijo de Graciela Holsbak (54), una de las tres víctimas del ataque, junto Alma Manino, la nieta de la mujer, de 5 años; y Raúl Bravo, pareja de Holsbak. El chico de 17 años, está ausente desde la madrugada del miércoles 1º, cuando se calcula que ocurrió el múltiple asesinato.

El fiscal a cargo de la causa, Marcelo Martini, ayer pidió activar el protocolo de búsqueda con la difusión de su identidad y fotos que ayuden a encontrarlo -ver aparte.

El adolescente, que tiene como hobbie la fabricación de cuchillos, encaja con presunciones que lo ubican como autor. En expresiones públicas lo indican integrantes de la familia, hay declaraciones sobre una relación tortuosa con su madre y el padrastro, le asignan buen manejo de las armas blancas y también hay sospechas en la Fiscalía de que pudo haber actuado bajo un cuadro de brote psicótico.

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informe psiquiátrico

Así, Martini solicitó un informe sobre su historial de atención médica, en particular psiquiátrica.

Habrá que esperar hasta la semana próxima por el informe sobre los tipos de sangre que había en la casa situada en 523 entre 164 y 165. Según los investigadores, la pieza y el comedor de la masacre estaban invadidos por charcos y manchones que hacen suponer el movimiento de un cuerpo (del hombre) desde la pieza matrimonial hacia la cocina y el uso de un lampazo o escobillón con intención de limpiar.

Cada una de las víctimas recibió entre 10 y 13 puñaladas. Los adultos tenían signos de defensa (cortes en las manos) y no está claro si fueron sorprendidos en la cama, dormidos o recién acostados.

La nena fue degollada y le cortaron las piernas a la altura de la rodilla. El cuerpo estaba dentro de una bolsa de consorcio.

Todo fue descubierto por la mamá de Alma, cuando la fue a buscar a la casa de la abuela, el 1º a las 22 horas. La mujer vive a pocas cuadras. Lo mismo otros integrantes de la familia, referenciada con la localidad de Melchor Romero.

Los cortes para desmembrar fueron hechos con una técnica que se usa en la morgue

Allí, por caso, tiene un cargo jerárquico en el servicio de calle de la comisaría local, otro de los hijos de Holsbak. El Policía estaba distanciado de la madre desde hace unos 3 años, pero hace pocas semanas, orgulloso, recibió junto a su sobrina Alma una distinción por su labor en el Pasaje Dardo Rocha.

Creen en la pesquisa que el o los asesinos sabían lo que hacían. “Se usó un cuchillo con mucho filo y los cortes en las piernas de la nena fueron hechos con precisión para desmembrar”, apuntó otra fuente del caso y precisó que entraron al área con un corte de piel, con una la técnica que se usa en la morgue”.

Esa maniobra y el movimiento de un cadáver indicarían el intento de esconder el crimen haciendo desaparecer los cuerpos, sospechan los pesquisas. “No lo sabemos pero, quizás, debió escapar antes porque hubo algún imprevisto”, se especulaba ayer.

Los policías incautaron tres cuchillos en la casa, pero creen que ninguno corresponde con el que se usó para matar a Holsbak, Bravo y Manino. “El asesino se lo debe haber llevado. Debe ser más grande que los que se levantaron”, dijo un investigador de la Policía.

En la fuerza sostienen que Sanso es la clave para esclarecer el delito: directamente lo ubican en la escena como autor del múltiple crimen. Por su parte, el fiscal lo busca para preguntarle por esa noche.

En terreno de teorizaciones sobre el móvil se combinan las ideas y también se suman presunciones. Entre esas, un conflicto derivado de una situación de abuso sexual que implicaría a uno de los integrantes de la familia. Martini también pidió informes en ese sentido y se aguardaba respuesta sobre actuaciones judiciales.

En el barrio todo se mantenía en silencio ayer, con el mismo nivel de estupor por los asesinatos y bajo la vista de policías que todavía mantenían a la cuadra como una zona restringida al tránsito.

En la fuerza rechazan versiones extraoficiales que hablan de la sombra del narcotráfico, detrás de los crímenes. “Droga y organizaciones hay en toda la Ciudad, no solo en Romero”, dijo incrédula la fuente consultada en Tribunales y preguntó en tono de sarcasmo “¿Una venganza narco con sicarios especialistas en armas blancas?”. En el vecindario, el tema genera gestos sombríos.

Se aguardan resultados de estudios sobre huellas y tipos de sangre esparcidos