Compost: convertir desechos en nutrientes

No se necesita de un gran espacio para prepararlo y es una muy buena forma de obtener tierra rica y abono fértil

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El compost se obtiene a partir de diferentes materiales orgánicos que son sometidos a un proceso biológico. Se forma por la descomposición de productos orgánicos ya sirve fundamentalmente para abonar la tierra. La materia orgánica se descompone de manera aeróbica (con oxígeno) y puede generarse por diferentes tipos de residuos orgánicos, como restos de frutas, vegetales, heces de animales, hojas, cascaras de huevo y bolsas de té.

Básicamente, cualquier residuo verde puede guardarse en una compostera u recipiente plástico con tapa.

De los desperdicios de nuestras casas, se calcula que un 40 por ciento es material orgánico, y si se evita que vaya a la basura haciendo un compost, se ayuda a evitar contaminar el agua y el suelo.

Pero además, a estos residuos verdes se les puede sumar la poda de árboles y arbustos de los jardines. Se trata de una enorme cantidad de materia prima llena de valiosos nutrientes que pueden ser devueltos a la tierra.

Con el tiempo, todos estos desechos se convierten en humus, que devuelve los nutrientes al ciclo natural y mantiene o incluso mejora la fertilidad del suelo.

De esta manera se puede prescindir de fertilizantes artificiales o de productos perjudiciales para el medio ambiente.

No se deben colocar en la compostera residuos verdes que tengan hongos u enfermedades, ni tampoco malezas con raíces o semillas.

Los especialistas coinciden en que en el caso de los residuos verdes de cocina todo puede ir al compost, pero no hay una postura unánime sobre el resto de los residuos.

Algunos consideran que el papel de cocina o el periódico pueden compostarse en pequeñas cantidades, como así también algunos lechos de animales, filtros de café y té y cáscaras de huevo.

Pero otros creen que sólo deben utilizarse residuos de cocina procedentes de frutas y verduras crudas, ya que los alimentos hervidos y los productos de origen animal deben desecharse en la basura tradicional porque pueden atraer cucarachas y roedores.

El compost debe tener contacto con la tierra, es decir, si se compra un contenedor de abono debe ser un modelo abierto por debajo. Esta es la única manera en que los insectos pueden acceder del suelo y trabajar en los residuos verdes.

La base puede ser una capa de ramas finas, que asegura que los residuos verdes aún reciban aire. Luego se colocan alternadamente los residuos más finos y los más gruesos. Esto también proporciona una mejor ventilación.

El proceso de conversión de material vegetal en humus se inicia automáticamente. Claro que mezclando un poco de tierra con el compost de la temporada anterior se puede acelerar el proceso.

Por lo general, los procesos de conversión duran entre seis y doce meses. Un dato para darse cuenta que el proceso está terminado: el compost terminado huele a tierra fresca de bosque.

A los residuos verdes se les puede sumar la poda de árboles y hojas secas del jardín

 

Los especialistas aconsejan esparcir el abono entre las plantas y en el césped en otoño ya que el compost es rico en potasio y este nutriente fortalece el césped para el invierno. (DPA)

 

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