“The Great”: la serie sobre el ascenso de Catalina la Grande donde el vestuario cuenta su historia

Uno de los programas más aclamados del año, debuta en la plataforma STARZPLAY el jueves esta comedia de época con trajes a la altura del exceso de la época

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“The Great” se estrenó en Estados Unidos como una bomba silenciosa: parte de la oferta de la plataforma poco popular Hulu, el boca en boca la hizo posicionarse como una de las mejores series del año, que ahora, este jueves, llegará a Argentina a través de la plataforma STARZPLAY.

Y “The Great” tiene con qué reclamar el título de la serie del 2020: es una superproducción de época que relata el ascenso al poder de Catalina la Grande con Elle Fanning y Nicholas Hoult como protagonistas, y la pluma de Tony McNamara, el guionista de la galardonada “La favorita”.

¿Otro dramón de época? Al contrario: nada en “The Great” es convencional. Como en “La favorita”, McNamara juega entre el retrato de hechos verídicos y la parodia del exceso de las cortes, construyendo una comedia al borde del absurdo celebrada como la más grande fiesta televisiva de la cuarentena.

Y como en toda celebración, claro, el vestuario es una pieza clave: “Los trajes incorporan hechos históricos importantes y relevantes para contar la historia de Catalina la Grande”, afirma la diseñadora de vestuario Emma Fryer, en exclusiva con EL DIA.

“Como diseñadora de vestuario, lo que buscamos es que a través de sus trajes puedan interpretar mejor su papel. Ese es mi trabajo, ayudar a los actores a que encuentren a su personaje, es un proceso de colaboración mutua, definitivamente”, explica su arte Fryer, y cuenta su proceso: “Cuando conoces a un actor por primera vez, traes a la mesa tus pensamientos sobre el personaje y traes tus ideas de diseño y las telas que quieres usar. Y luego a través de las charlas, las discusiones que vas teniendo puedes ir evolucionando esa idea primaria. Cuando vas conociendo mejor el personaje comienzas a pensar mejor cambio la tela o este color va a ser el mejor para la personalidad del personaje”.

Apasionada, Fryer describe como “para el caso particular de ‘The Great’, los zapatos y la altura de los zapatos eran muy importantes, pero también debía buscar algo cómodo para cada actriz y que ellas se sintieran bien caminando con éstos. Lo mismo con los corsés, por ser una pieza que se ajusta demasiado al cuerpo y es único para cada mujer. Esta pieza era clave en este diseño porque es algo típico de la época. Finalmente, la discusión sobre los accesorios que le dan tanta vida al vestuario era muy importante hablarlo con cada actor y nuestro equipo de vestuario. Así fuimos formando los personajes por medio de cada detalle”.

Fryer explica cómo el vestuario cuenta su propia historia: “Amé la capa que lleva Catalina cuando van a visitar a los reyes de Suecia. Es una capa en tono café y con azul agua y el toque final se lo da un sombrero en la misma tela. Además de ser un traje con mucho poder, este es el primer diseño Ruso en el que aparece el personaje. Así se muestra la evolución de Catalina hacia su empoderamiento con la cultura rusa a la que ahora pertenece”, relata.

“The Great”, para muchos, la mejor serie del año, relata el ascenso al poder de Catalina la Grande

 

Para Fryer, vestuarista británica nominada al BAFTA, con pasado en la Royal Opera House y que ha hecho el trabajado en Hollywood en películas como “Free Fire”, “Feliz año nuevo” y la reciente “Maestras del engaño”, fue un trabajo soñado, pero también complejo, de equilibrista: debía capturar la suntuosidad de la época y la excentricidad del tono de la comedia, caminando por la fina cuerda entre lo clásico y lo excesivo, es decir, sin caer en la parodia o la exageración.

“Tanto hombres, como mujeres en la serie llevan trajes muy reales aunque era una mezcla de disfraces eclécticos extraños y maravillosos, y luego muy reales para la época”, explica. Por ejemplo, dice, “vestir a Pedro me fascinó. Nicholas Hoult amaba sus trajes de Pedro, que es una maravillosa mezcla de diferentes telas, diferentes texturas, todo este tipo de locura, una especie de punk rock del mundo del siglo XVIII, que realmente va acorde con su carácter inseguro”.

Hoult y Fanning son Pedro y Catalina, los protagonistas de esta desfachatada, desaforada ficción basada en hechos reales, aunque que advierte al inicio de cada episodio que no del todo. “Fue simplemente maravilloso trabajar con ellos: los actores se vuelven tus aliados a la hora de trabajar. Desde el comienzo cuando hicimos los fittings o las pruebas de las tallas, nos divertimos mucho, allí comenzamos a tener una gran conexión. Conversábamos mucho acerca del personaje para luego poderles colaborar a lo largo de toda la serie y las grabaciones”, relata Fryer, que se encariño particularmente con la hermana menor de Dakota Fanning: “Elle es una persona alucinante. Recuerdo que siempre tocaba a la puerta de su camerino y entraba sin problema para hablar sobre las nuevas telas y los nuevos episodios. Con Nicholas también me divertí mucho, tanto con su personaje, como con el actor. Había momentos graciosos con él, por ejemplo cuando le pusimos una falda: hacer el fitting fue todo un tema, porque no es una pieza que exista para hombres”.

Para esta producción, se hicieron cerca de 200 trajes de época, 4 ó 5 por personaje

 

“También me divertí mucho haciendo los trajes para los aristócratas porque llevaban muchas capas de tela y unas texturas especiales”, sigue Fryer. “Y para Catalina, el vestido del final que es un vestido magenta muy llamativo y poderoso. Como que piensas en todo lo que viviste atrás cuando escoges las telas y haces los diseños, el fitting, pero luego lo ves todo armado por completo y es como... guau, lo hemos logrado ¡lo hemos hecho realidad! Es un momento de mucha felicidad y orgullo”.

Fryer tuvo que investigar profundamente los trajes de la época antes de comenzar a diseñar, para lo cual visitó las galerías de Londres y se inspiró en las pinturas del siglo XVIII. También, cuenta, “asistí a varias exposiciones de arte para investigar sobre el ADN de la época y estudié muy bien las siluetas, los cortes, las mangas, los accesorios y el tipo de tela que podrían ser emblemáticos de la época”.

´”Las características generales están marcadas por las siluetas, pues son típicas y fieles a la época del siglo XVIII”, define la británica. “Todos estos corsés de las mujeres que van muy pegados al torso, marcando la cintura y los escotes profundos que le dan un toque muy femenino a cada pieza”.

En total, Fryer estima que realizó cerca de doscientos vestidos, cuatro o cinco por personaje, aunque no puede estar segura: “Estábamos tan concentrados con todo el equipo de tener cada vestido listo para la siguiente escena, que nunca lo contamos”, se ríe. El tiempo fue el mayor desafío: el volumen del trabajo parecía infinito, y en el medio Fryer, obsesiva, se disponía a encontrar telas especiales, botones o pequeños adornos para las capas de los hombres, visitando varios mercados antiguos en Londres hasta encontrarlos.

“Lograr todo de una manera perfecta era un reto porque la producción estaba filmando a un ritmo muy rápido. Creo que logré todos los desafíos de diseño que tenía, pero había mucho por hacer para cada personaje”. Mucha tela para cortar, claro.

 

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