Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
Policiales |DESCONTROL EXTREMO EN SAN CARLOS

Drogas y usurpaciones, las sombras detrás de los crímenes en “La Palmera”

Tras el asesinato del domingo por la noche, una venganza se cobró otra vida. Fue el corolario de una escalada de violencia atribuida a grupos que se disputan un enclave que fue “sitiado” por la Policía hace un año

Drogas y usurpaciones, las sombras detrás de los crímenes en “La Palmera”

Con la palmera de fondo, uno operativo anti narco, en 2017 / El DÍA

23 de Junio de 2020 | 02:28
Edición impresa

Sin límite, la violencia en “La Palmera”, se cobró una segunda vida en cuestión de horas. Aldo Rivas Mareco, de 19 años, llegó muerto a la Unidad de Pronta Atención (UPA) de Los Hornos en la madrugada de ayer. Sus allegados lo habían cargado en un auto, con un balazo en el pecho, apenas un rato después de que Nahuel González, también vecino de ese enclave de San Carlos como él, recibiera un disparo en la cabeza y muriera camino al Hospital de Romero.

Los investigadores están convencidos de que a Rivas Mareco lo ejecutaron en venganza luego del ataque que recibió González al salir de la casa de su novia atraído por ruidos de un conflicto que le sería familiar.

Así las cosas, en la hipótesis policial y judicial solo resta determinar quién fue el homicida en el segundo episodio del doble crimen. Anoche, los pesquisas se preparaban para una serie de allanamientos en búsqueda del sospechoso que ya tenían identificado.

Según los primeros datos que se conocieron en la víspera. González y Rivas Mareco fueron heridos de muerte en 36 entre 151 y 151 bis. Tanto en el vecindario como fuentes de la Policía y la Justicia consultadas por este diario coincidieron en relatos que describían la cuadra en esos momentos como un infierno, con decenas de personas en la calle, portando armas o piedras.

Todo habría empezado varias horas y quizás días antes. Una de las líneas sobre las que se trabaja en la causa que instruye la fiscal María Eugenia Di Lorenzo (UFI Nº 17) indica que González habría dejado el barrio unas semanas atrás a raíz de un enfrentamiento vinculado a cuestiones delictivas con otro grupo de esas calles. Recuerdan en la zona que a fines de mayo, vecinos del barrio le quemaron la casa a una mujer a quien horas antes habían asaltado en la calle. Todo, porque su ex pareja intercedió ante los ladrones. El hombre debió irse de la zona tras ese intento de ayuda.

“Lo habían echado. Volvió y lo fueron a buscar. Fue baleado y allegados suyos le tiraron a quien le había disparado”, sintetizó una fuente vinculada con la investigación.

En las horas posteriores a los crímenes, a ese resumen se le fueron añadiendo datos sobre la violencia en el sector del barrio Las Malvinas que empezó a crecer hace varias décadas por el afincamiento en la región de integrantes de la comunidad toba. “La Palmera” está pegado y quedó marcado por una enorme planta que desafía el trazado de la calle 151 entre 36 bis y 37.

En la zona también está en desafío permanente la ley: “drogas y usurpación de tierras (para la venta posterior) son los temas que aparecen en forma recurrente en las investigaciones”, apuntó la fuente judicial y aclaró que “si bien tenemos mucha información y testimonios que mencionan otros delitos vinculados a estas muertes, aún no lo tenemos acreditado en la causa”.

En ese terreno se movía ayer la información que tiene delineados a dos grupos que estarían bajo una especie de liderazgo o rol de conducción a los jóvenes asesinados. Aún en fase primaria, la investigación comenzó a sumar antecedentes penales de Nahuel González, implicado en causas por delitos de robo, informó la Policía. “Podrían ser jefes o tener algún rol secundario de conducción de otros integrantes”, apuntó la fuente.

En estas horas se busca determinar entonces la autoría del segundo crimen, atribuido a alguien del círculo de amistados de González. También, qué encendió la mecha de la explosión de violencia del domingo por la noche.

“Desde hace varios días que estamos en un infierno”, le dijo a este diario un vecino, el domingo por la noche. Entonces, reaparecían los gritos y estruendos de disparos que se venían escuchando en los días previos.

Entonces, también se relataban corridas, pedradas y hasta el uso de bombas molotov en un entorno reducido, de tres o cuatro manzanas de extensión.

Ayer, la Policía se organizaba para reingresar al barrio, que un jefe definió como una “zona hostil”, con la convocatoria al cuerpo de Infantería de la fuerza.

Toda la escena terminó con la ilusión que se había encendido en abril del año pasado. Tras armar una especie de “caballo de Troya”, un grupo de policías había logrado detener a siete vecinos acusados de conformar una banda narco que dominaba en la zona. A las pocas horas llegaron 300 policías y una topadora: se derribó así una casa que habría funcionado como búnker durante varios años.

Con los policías “sitiando” en forma permanente el barrio, el vecindario se entusiasmó con la conquista de la paz. Tanto, que tras el paso de la topadora sobre la construcción se reunieron alrededor de los escombros. Iban a despejar el área y devolverle al barrio la calle que los presuntos narcos habían cortado con el emplazamiento de esa casa.

Entonces, los vecinos le contaron a este diario que así como una palmera sobrevive en la calle, a 150 metros una banda narco había cortado en dos una calle con la finalidad de tomar control territorial para desarrollar el expendio de marihuana y cocaína.

La realidad volvió en minutos: “Qué están haciendo acá. Esto tiene dueño. Nosotros vamos a volver a poner la casa acá. Así que váyanse”. Las palabras, según le contó un vecino a este diario bajo estricta reserva de identidad, las había pronunciado un familiar de los detenidos.

En investigaciones realizadas por la sub comisaría de La Unión (con jurisdicción sobre San Carlos) se detectó que un clan familiar, con varios integrantes de nacionalidad paraguaya, se dedicaba a la venta de droga marihuana y cocaína en tres viviendas situadas allí.

Para llegar al fondo de la “cortada” 36 bis había que atravesar por puestos de vigilancia de un cuerpo de “soldaditos”.

Un año antes, en 2017, otro operativo policial también prometía. Los efectivos llegaron escondidos en autos particulares y arrestaron a siete personas. Además incautaron casi 5 kilos de marihuana y 240 gramos de cocaína. Todo, a unos 20 metros de la famosa palmera. Según la pesquisa, la droga era “importada” de Paraguay. Para entonces, ya se sabía una máxima en la zona: cuando cae una banda, aparecen otras para ocupar su lugar.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE a esta promo especial
Multimedia

Nahuel González (20 años).- Según informó la Policía, pesaba sobre él un pedido de detención en una causa que se tramita en la Justicia penal.

Aldo Rivas Mareco (19 años).- La investigación lo ubica como autor del disparo que mató a Nahuel González. Recibió un disparo en el pecho y murió en minutos.

+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Full Promocional mensual

$650/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $6100

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme

Básico Promocional mensual

$500/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3950

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme
Ver todos los planes Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional mensual
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$500.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $3950.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla